Capítulo 20 II Parte

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Desde que su padre llegó a su oficina avisándole de lo que le podía ocurrir a Yanira si la prensa iba tras ella, Charlie se puso inmediatamente manos a la obra para hablar con directores de revistas del corazón impidiendo que publicasen algo referente a la vida de su prometida. Aquella misma noche, Charlie cenó con varios periodistas con el propósito de que no publicasen la vida privada de Yanira. Pero mientras él se hallaba negociando, un programa de moda de salsa rosa dió la noticia de la boda del abogado Charlie Quirma con la peluquera Yanira Vera. Por su puesto añadiendo más comentarios y terminando con la noticia bomba sobre el embarazo de Yasmina.

Como era de esperar Olga también vio el programa, al ver el programa y todo lo que decían referente a esa chica, empezó a frustrarse sin poder creer que su hijo quiera casarse con una vulgar peluquera, rodeada de problemas que por su puesto estaban salpicando el buen nombre de su familia.

A la mañana siguiente, Olga se presentó en casa de su hijo dispuesta ha obligar a su hijo para que terminase la relación con Yanira.

––Mamà buenos días, a que debo tu visita.

––Buenos días hijo. Te podrás imaginar a que vengo. Hablarte de tú prometida y su fastidiosa familia.

––Madre, tenga cuidado con sus palabras.

––No Charlie. Vengo abrirte los ojos, dime si no llevo razón y te dejaré en paz. ¿Acaso no sientes abominación de tener una relación con una mujer pobre e irresponsable que no sabe ni cuidar de sus hermanos? Qué clase de persona permite que su hermana se deje embarazar por un hombre mucho mayor que ella, y lo peor de todo su profesor y un hombre casado. Piensa hijo en la clase de educación que le está impartiendo a esos adolescentes. Y aún crees que esto no te afectará, que nuestras amistades no comentarán sobre lo sucedido y que tú acabarás abochornado con todo lo que le suceda a tú prometida.

Charlie miró a su madre furioso, aún así no pudo responderle, en cierta parte llevaba razón. Confuso, le dió la espalda a su madre mientras preparaba sus medicamentos encima de la mesa.

Olga sonrió de medio lado sintiéndose victoriosa. Abrazó a su hijo acariciándole su rostro cansado. Olga ayudó a si hijo a pincharle la insulina, mientras lo hacía, miró a los ojos a su hijo volviendo a repetirle que la vida se ha enzarzado en no permitirle poder compartirla con otra mujer, puesto que por desgracia está condenado. Con tristeza, Charlie miró para otro lado, justo hacia el sofá donde hizo por primera vez el amor con Yanira junto a la chimenea. «Nuestra primera noche» Pensó para sus adentros Charlie mientras se ponía su chaqueta agarrando su maletín dispuesto para marcharse a su oficina.

A primera hora llegó Charlie a su oficina, miró el correo que le había entregado Tomasa su secretaria. Antes de comenzar a leer el correo llamaron a la puerta.

––Hola Charlie cariño ¿que tal estás?––Le saludó Letizia una antigua compañera y muy buena amiga, que ahora trabajaba como redactora en un programa de tertulia.

––Gracias por venir Letizia.––Le saludó Charlie dándole un cariñoso abrazo en agradecimiento a lo que hacía por él. Ayudarle a dar otra versión de los hechos y desmentir las calumnias que se hablaron en el programa sobre Yanira y Yasmina. Precisamente en ese momento apareció Yanira. Sin darle tiempo a explicarle nada, Yanira lo besó con descaro fulminando a Letizia. Aquella manera de actuar, no le prestó bien a Charlie y más ver cómo se iba su amiga intimidaba por la actitud celosa de Yanira, fue la gota que colmó el vaso.  Yanira empezó alzar la voz y casi ni le dió tiempo a Charlie que se explicase.

––Yanira basta. ¿A qué ha venido ese comportamiento?

––¿Quién era esa mujer Charlie?

Aquella pregunta empezó a molestar a Charlie, tanto que acabó precipitándose hablando mal sobre los hermanos de ella.

La reacción de ella fue inmediata, no podía consentir que nadie hablase así de su familia. Aquellas palabras fueron flechas ardientes  clavadas en su corazón consiguiendo que a pesar del amor que sentía por él, diese por terminada la relación.

Mientras Yanira se marchaba acongojada, él se giró hacia el ventanal poniendo sus manos en el frío vidrio.
Mil pensamientos rondaron por su cabeza, la había dejado marchar sin haber luchado por ella. Abatido, sintiéndose como un desgraciado apoyó su frente en el cristal mortificándose por todo lo malo que le ocurría.
Desolado su cuerpo se fue resbalando dejándose envolver por su sufrimiento y agonía de no poder combatir contra sus temores, sus miedos y ser más valiente y defenderla.
Lo mejor era así, que ella lo hubiera dejado, en realidad sería un obstáculo en la vida de Yanira. Sus lágrimas fueron ascendiendo como su coraje, la amaba tanto que hasta el corazón le dolía, la mejor opción era esa. Dejarla ir para que fuese feliz.

Fuera en la calle, Yanira caminó deprisa hacia su coche, apretando sus puños llena de cólera. Nada más montar en el auto sus ojos no tardaron en llenarse de agua para rodar sus lágrimas por sus mejillas mientras pensaba una y otra vez en Charlie puesto que lo amaba y nunca más podría tenerle, todo terminó. Su 
dolor parecía no detenerse
y no encontraba solución para poder estar juntos.

Posteriormente Yanira se dirigió a su trabajo. En apariencia quería demostrar que nada de lo sucedido le afectase, aunque por dentro su dolor no se alejaba.

Sólo tuvo que poner un pie en la peluquería para que todas las mujeres que habían girasen sus cabezas empezando a murmurar. Yanira buscó a Susi con la mirada, cuando la encontró está fue a su encuentro pero Gloria se le adelantó y la hizo pasar a su oficina.

––Yanira siéntese por favor.––La voz de Gloria sonaba autoritaria, con semblante serio tomó asiento agarrando unos papeles para hacérselos entrega a Yanira.

––¿Qué es esto Gloria?

––Tú despido Yanira. Entiendo que tú no has hecho nada, pero debes comprender que este es mi negocio y tú vida privada está afectado mi negocio y reputación. Lo siento mucho, pero no me ha quedado de otra. Espero que lo entiendas.

Yanira observó a Gloria con impotencia. Había trabajado durante dos años aguantando su mal humor y hasta se había dejado de humillar por no tener donde ir. Pero aquello superaba cualquier límite.

––Así resuelve las cosas Gloria. Despidiéndome como si hubiera trabajado dos días o peor aún, como si hubiera robado. Eres una mal agradecida, una vieja amargada que sólo sabes echar las culpa a los demás de tus problemas, porque tú no quieres ver la realidad. Y lo mejor que sabes hacer es desquitarte con la gente. Me voy Gloria, y espero que encuentres otra imbécil que aguante la mitad de lo que yo te aguantado. Hasta más ver Gloria.

Gloria no supo ni qué responder a Yanira. Sólo le entregó un sobre con el finiquito y le dio un simple hasta luego.

Seguidamente Yanira se despidió de sus compañeras y algunas clientas entre sollozos.
Después de echar un último vistazo al que fue su lugar de trabajo, Yanira se marchó cerrando sus ojos y pensando cómo y de que manera iba a solucionar los problemas que se le echaban encima.

ÁMAME O DÉJAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora