Capítulo 17

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Sentado en el sofá de su casa, Charlie miraba desde hace un buen rato el techo. Había pasado casi una semana desde que estuvo ingresado en el hospital a consecuencia de una recaída. Su enfermedad había avanzado y lentamente su cuerpo se iba marchitando. En lo único que podía pensar era en Yanira. Ella era su única cura, y por lo cual debía alejarse de ella para no lastimarla.
Charlie maldijo una y otra vez, por haber permitido que Alexander se marchara amando a Yanira y él se sentía incapaz de llegar hacerla feliz.
Unas pequeñas gotas se deslizaban por las mejillas de Charlie, un hombre abatido que ya no le encontraba sentido a nada, puesto que la vida se había encargado de ponerle un obstáculo tras otro y a cual más difícil. Ahora quedaba superar el más complicado que le ha puesto la vida. Alejarse de Yanira para que ella no se ate a un hombre enfermo y pueda ser feliz.

El sonido de su móvil hizo que dejara sus pensamientos a un lado, para centrarse en la conversación con su padre.

—Hola hijo, como sigues.—Preguntó Rafael preocupado por su hijo.

—Mejor padre, parece que el nuevo tratamiento está haciendo su efecto.

—Te llamaba para decirte que nos acompañes a la cena benéfica que van a dar esta noche. Sé que no tendrás ganas, pero hijo debes ser fuerte y seguir adelante, de hecho, me ha comentado tu madre que también asistirá Antonella.

«Antonella» pensó Charlie. Antonella fue una mujer muy importante en la vida de Charlie. Ella antes de comenzar su carrera como cantante, estuvo un tiempo siendo la novia de Charlie. Pero cuando la fama se fue apoderando de ella y supo que Charlie estaba enfermo, inmediatamente terminó con aquella relación y con todos los sueños de Charlie de casarse con la mujer que quería y formar una familia. Ahora ella le serviría como excusa para que Yanira se aleje de él.

—De acuerdo, iré a la cena. —Pronunció Charlie desganado puesto que no le agradaba asistir a esos eventos y menos tener que encontrarse con su ex novia.
Sin quedarle de otra, se metió en el baño, se duchó sin dejar de pensar en Yanira. Cada vez que pensaba que tenía que separarse de ella su corazón latía más despacio y su dolor aumentaba.
La amaba tanto que si fuera un hombre sano no la dejaría ir. Si no que se casaría con ella para demostrarle cuanto la desea y la ama haciéndola feliz todos los días. Pero esos pensamientos quedarían guardados en el corazón de Charlie.

Vestido con un traje negro, Charlie se veía muy atractivo, sus ojos azules podían derretirte al momento y sus labios te proporcionaban unos besos que parecía que estuvieras en el paraíso.
Eso era lo que pensaba Yanira mientras pasaba sus dedos por la fotografía que estaba viendo en una revista que había llevado una clienta. Sus compañeras piropeaban a Charlie y criticaban a Antonella. Sin embargo Yanira se fue al trastero donde guardaban los productos para desahogarse en forma de lágrimas mientras respiraba con dificultad aumentando cada vez su congoja, dejándose caer al suelo desvalida. Charlie la había engañado, se había burlado de ella. Pensó Yanira mientras dejaba caer su cabeza hacia atrás y seguía llorando sintiendo como su corazón se había roto en mil pedazos.

—Yanira...no llores por favor.—La voz de Susi hizo que Yanira alzase su cabeza un momento para mirar a su amiga y culparse de haberse enamorado de un hombre imposible.

—Yanira no debes hacer caso a las revistas, ya sabes cómo esa gente inventa cosas. Habla con Charlie, él te podrá explicar lo sucedido.—Susi intentaba ayudar a su amiga, quería ayudarla de alguna manera, aunque las fotos y lo que se veía en la revista da mucho de qué pensar. Charlie se ve muy sonriente al lado de Antonella, en otra imagen el la tiene sujeta por la cintura dándole un pequeño beso en su mejilla. Y si ha  eso le añades que está escrito que puede haber una reconciliación entre Charlie y Antonella, aquello era la gota que colmaba el vaso.

ÁMAME O DÉJAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora