*Narra ______*
~Flash Back~
Estaba encerrada en el armario de mi habitación. Mamá me dijo que me quedara aquí, que no saliera hasta que ella viniera por mi y podría bajar a cenar. Todos los días era lo mismo. Me decía que papá estaba cansado y que cuando llegara del trabajo yo debía estar dormida o al menos en mi habitación callada pero son las 6 de la tarde no puedo dormirme a esta hora. Frunzo el ceño.
Salgo del armario con mucho cuidado, después abro la puerta de mi habitación despacio para no hacer ningún ruido; no quiero hacer enojar a mamá pero quiero ver a papá. Nunca lo veo y cuando lo veo es en fin de semana y siempre esta encerrado en su habitación. Bajo las escaleras y me detengo en seco al oír unos gritos por parte de papá. ¿Qué dice? Pensé. No entendía lo que decía por que los gritos provenían de la cocina y la puerta de ésta estaba cerrada. Bajo lo que queda de escalera y tomo mi oso de peluche que deje en la mañana antes de ir a la escuela. Me acerco a la puerta de la cocina y pongo mi oído en ésta para escuchar mejor lo que grita papá.
-¿Qué mierda es esto? ¿A esto le llamas comida mujer? Estas loca. ¡Hazme algo más de comer!- me tape mi boca, papá dijo una palabrota. Mamá no dijo nada.
Escuche un golpe. Me sobresalte y corrí escaleras arriba cuando papá abrió la puerta de la cocina.
-¿Qué haces aquí?- me pregunto furioso. No sabía que responder, papá nunca me gritaba.- ¡Contesta!- gritó de nuevo y me espanté aún más. Lágrimas corrían por mis mejillas. Papá se acercó a mi y me tomo del brazo. Cuando me volteó vi a mamá en la puerta de la cocina con lágrimas en los ojos y al verme se acercó.
-Déjala por favor. Tiene sólo 6 años. Desquítate conmigo pero a ella no la toques por favor. Te lo suplico- mamá dijo a papá llorando, enroscando sus débiles brazos en las piernas de papá.
-Suéltame y levántate vieja ridícula.- papá le grito haciendo a mamá a un lado con una patada. Solté un sollozo y lleve mis manitas a mi boca.
-¡Mamá!- empecé a llorar. Quería que papá me bajara y así podría abrazar a mamá y curarle las heridas que habían en sus brazos, las cuales no había visto jamás.- ¡Bájame! Papá, déjame ir.
Papá me llevo escaleras arriba ignorando las súplicas de mamá y las mías. Empece a patalear y cuando llegamos al segundo piso me lanzó contra una pared. ¡Auch! Mi pequeño cuerpo cayo al suelo y empecé a llorar. Me dolía mucho mi brazo. Lo vi y estaba rojo. Mamá subió corriendo y se puso a mi lado llevándome a sus brazos.
Yo era muy pequeña, a diferencia de todos los de mi salón.
Mamá empezó a sobar mi brazo y papá volvió a acercarse queriendo tomarme de nuevo pero mamá se lo impidió.
-¿Qué haces? ¡Muévete! ¡Dame a esa pequeña alimaña!- gritó papá con más fuerza que antes.
-¡No! ¡Ya te lo he dicho! ¡No permitiré que la toques!- gritó ahora mamá pero ella lloraba.
-¡Dámela de una buena vez idiota!- papá volvió a decir una palabrota. Me cubrí mis oídos y cerré mis ojos, no quería escucharlos.
-¡Te he dicho que no!- dijo mamá poniéndome de nuevo con mucho cuidado en el suelo haciéndome ver lo he pasaba de nuevo, se levantó y se colocó justo enfrente de papá. Cerré los ojos por segunda vez.
-Entonces serás tú la que sufra las consecuencias- dijo papá con un tono frío de voz que me hizo abrir los ojos. En una fracción de segundo mamá ya estaba de nuevo en el suelo por que papá le dio una cachetada. Yo grité.
-¡Cállate mocosa!- me gritó y en ese momento supe que ese no era mi papá, él era un monstruo. Me levanté y salí corriendo escaleras abajo. Volteé por un segundo y el monstruo malvado seguía golpeando a mamá. Abrí la puerta principal de la casa y crucé la calle hasta la casa de los viejos Thompson. Toqué la puerta muchas veces y la señora Thompson me abrió, me llevó en sus brazos dentro de su casa después de oír los gritos que provenían de la mía. Una vez dentro cerró la puerta y empezó a llamar al señor Thompson.
-Llama a la policía, ¡ahora!- le dijo desesperada
-Aguarda, ya los llamo.- le contesto subiendo de nuevo las escaleras por las que había bajado momentos antes.
-Todo va estar bien pequeña- me decía la señora Thompson- Vamos a la cocina, te daré algo de
comer ¿quieres?- mee le quede viendo por un momento y asentí.
Después de unos minutos el señor Thompson bajo y se nos unió en la cocina. Yo tomaba leche con unas galletas que recién acababan de salir del horno. Seguía preocupada por mamá pero ya no lloraba y la señora Thompson me aseguró que ella estaba muy bien y que llegaría por mi en cualquier momento. Seguí comiendo más galletas y tomando mi leche hasta que mis ojos se empezaron a cerrar. Sentía mucho cansancio, ya había obscurecido y la hora de dormir había llegado.
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Revenge // PAUSADA // EDITANDO
Fanfiction"Antes de embarcar a un viaje de venganza, cava dos tumbas" SUSPENDIDA