Capítulo 37.

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Después de mil años, lo prometido es deuda.
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*Narra _________*

Me encontraba en el hospital, tratando de levantarme por enésima vez e intentar caminar de una maldita vez. Bufé. ¿Por qué era tan difícil ahora? Ya había logrado ponerme de pie dos o tres veces en el pasado.

Tal vez sea el estrés o el constante recordatorio de Niall en mi cabeza. Todo se había vuelto confuso la última semana. Desde que me dejó he venido con Zack todas las mañanas y hasta tardes a rehabilitación pero ya lo he visto varias veces escondiéndose en el hospital sólo para asegurarse de que estuviera aquí y no en casa llorando.

¿Quién se cree que es? Jamás me verá derramar ni una sola lágrima por él. Al menos no en público o en su cara. Lo hacía, sí, todas las noches. Maddie llegaba de trabajar sólo para consolarme y llevarme con chocolate caliente y uno que otro dulce, engordaría mucho dentro de poco.

Estaba harta de varias cosas:

1.- No poder caminar
2.- Llorar por él todas las noches
3.- No poderlo sacar de mi cabeza
Y la más dolorosa de todas:
4.- Descubrir que realmente le quería y no pensaba que fuera algo pasajero, sino más bien una relación que todo el mundo envidiara (no porque quisiera ser el centro de atención, más bien por ser una relación única).

Estaba perdidamente enamorada de él. No podía sacar de mi cabeza esos hermosos ojos azules con destellos amarillos, esa mirada en la que, sin darme cuenta, me perdía una y otra vez. En cada una de las palabras que me alentaba a seguir y que me levantaba el ánimo cada vez que salía de su boca. Y para que hablo de los besos y caricias, eso me perjudicaría aún más.

-Oye _______, ¿estás bien?- la voz de Zack me distrajo. Asentí y me encontré con la mirada de Christian.

-Sólo una vez más e iremos por algo de comer ¿te parece?- dije monótona.

-Sólo una vez y ya- dijo algo esperanzado.

Christian se acercó y me ayudó a levantarme una vez más. Se escuchaban unos gritos afuera, los ignoré. Era un hospital, cualquiera gritaría aquí dentro.

Me levanté sosteniendo fuertemente a Christian de mi lado derecho y a Zack del izquierdo. Los gritos se oían aún más cerca, los volví a ignorar.

Respiré profundo y cerré los ojos. Intenté mover mi pierna derecha pero no sentía nada. Intenté con la izquierda, la cual siempre sentía que movía pero esta ni se inmutaba.

De repente sentí un leve apretón en la mano. Abrí los ojos, era la mano de Zack que estaba entrelazada con la mía y el miraba sorprendido al piso. Volteé a ver lo que pasaba y era mi pierna. ¡Se estaba moviendo! Una sonrisa amenazaba con llenar mi cara pero decidí mover la otra pierna, logrando así dar otro paso. ¡Lo había logrado! Zack apretó una vez más mi mano.

Los gritos de nuevo. ¿Por qué gritan? ¿Qué no entienden que necesito concentración?

Solté a Christian del brazo e intente dar otro paso sólo sosteniéndome de Zack con Christian muy cerca de mi teniendo la oportunidad de alcanzarme si caía y Zack no aguantaba mi peso. Di otro paso y ahora si que había una sonrisa abarcando mi cara. Otro paso y otro más. Mire a Zack y asentí, dando a entender que quería dar uno sola.

Él me devolvió el gesto y lentamente me soltó. Me mantuve de pie por un largo rato y decidida a cumplir mi meta di un paso, tambaleándome un poco pero sin caerme aún, di otro paso más y solté un pequeño grito de emoción provocando las risas de los dos que se encontraban a mis espaldas.

Otro grito, puse los ojos en blanco y di un paso más. Lágrimas amenazaban con salir, di un paso más y la primera lágrima rodó por mi mejilla cuando de repente la puerta se abrió con gran fuerza. Volteé y ahí estaba él, el que hacia mis noches un infierno por el insomnio.

Perdí la concentración y caí pero Zack logró atraparme antes de que mi cabeza se golpeara fuertemente contra el suelo.

Maddie estaba detrás de él, enojada. Con razón los gritos. Maldita sea, justamente hoy se le ocurre venir. Todos nos quedamos viendo por un segundo y Maddie rompió el silencio.

-Le dije que no podía entrar, me ha gritado y ha entrado empujando a cuanta gente se le pusiera enfrente el salvaje éste.- dijo claramente exhausta

-Ya te he dicho que lo siento pero necesitaba verla- dijo sin apartar la mirada de la mía. Yo la desvíe.- pero veo que esta muy bien en brazos de alguien más- me gire de nuevo para voltearlo ahora con el ceño fruncido

-¿Disculpa?- susurré entre dientes.

-Pues que ya me iba y que les vaya bien. Veo que ahora estas feliz con alguien más- se giró y me solté rápidamente del agarre de Zack. Me levanté y lo alcancé agarrando me de dónde podía, no quería caerme y hacer el ridículo.

-¿Crees que ando con él?- le grité y se giró. Al verme se quedo boquiabierto al verme de pie. Se acercó rápidamente y me cargó.

-¿Pero...? ¿Qué haces? Bájame, animal- grité golpeando su pecho pero él sólo apretaba su agarre. Llevándome a no se dónde fuera del hospital.- ¡Idiota bájame! No siquiera traigo zapatos- dije al sentir el frío aire en mis pies cuando salimos del edificio

Me llevo a su coche y me subió en éste. Me dejo encerrada bajo llave mientras estaba recargado en el cofre negando con la cabeza. ¿Pero qué diantres? Una vez que estuvo dentro del coche, empecé a golpearlo en él brazo, gritando que me llevara adentro de nuevo.

-¿Andas con él?- preguntó de repente, deje de golpearlo

-¿Qué persona crees que soy? Terminamos... Terminaste conmigo hace una semana- empecé con un tono de voz elevado pero cuando vinieron a la mente los recuerdos de esa noche mi voz disminuyó.

-Yo...- suspiró

-Llévame de nuevo al hospital, he vuelto a caminar, unos pasos pero es algo, y ahora quiero volver allá y poder caminar como antes y así estar lejos de ti toda mi vida- dije tranquila pero con resentimiento escondido en mis palabras.

-¿Me quieres lejos?- preguntó ¿triste?

-Tu me has dejado, me has dicho que no podías estar con alguien como yo. No porque haya vuelto a caminar volveré contigo, fuiste un patán idiota y no necesito de tu lástima ni la de nadie más. Ahora abre esta maldita puerta y me llevas o yo me voy sola sin importar hacerme uno que otro raspón- dije aumentando de nuevo mi tono de voz.

-No quiero que te vayas...- ¿Pero qué? Maldito cínico.

Levanté mi mano para darle una cachetada pero el fue más rápido y la agarró en el aire, se acercó a mi y susurró:

-No miento, me he equivocado, soy un idiota - porque me tenía que mirar así. Mi corazón empezó a latir más rápido y mi mirada se dirigió a sus labios. ¡Concéntrate! No lo mires. Aparte la mirada y soltó mi mano para después dirigir la suya a mi mentón y para así poder conectar nuestras miradas de nuevo.

Deje de respirar por segundos. Sin siquiera darme cuenta sus labios ya estaban en los míos y yo no lo aparté ni le seguí el beso. Sólo me quede ahí sin saber que hacer, después de un rato, él se separó y susurró en mis labios:

-Sólo bésame, si no quieres verme más. Ésta será nuestra despedida.- sus palabras me llegaron al corazón, eran como una daga que lo atravesaba y lo hacía más débil de lo que ya era antes. Sin pensarlo dos veces lleve mis manos a su cuello y lo atraje a mí. Lo besé.

Revenge // PAUSADA // EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora