Capítulo 1 (Temporada 3)

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______'s POV:

Era una locura cada vez que me paraba a pensar todo lo que había ocurrido. Nuestra historia no era la típica de adolescentes, era tan compleja que solo nosotros podíamos entenderla. Estaba llena de locuras, de miedos, de aventuras, de amenazas, pero seguíamos juntos después de todo.

Habían pasado 3 meses desde entonces, 3 meses desde que Luke me salvó la vida. Yo estaba bien, más feliz que nunca, y había empezado el segundo curso en la universidad.

Recordé otra vez lo ocurrido con James, esa horrible noche, y mi cabeza dio un giro. Sujetándome la frente con ambas manos, tomé aire fresco y me aseguré de que Luke estaba a mi lado.

- Por favor, no pienses más en eso - me suplicó ladeando la cabeza.

- Lo siento, no he podido evitarlo - me sonrojé algo debilitada, y él besó mi frente.

Malditos domingos, los odiaba. No podía dejar de pensar que mañana era lunes y otra vez teníamos que poner en marcha toda la rutina. 

- ¿Pizza? - Calum gritó desde la cocina.

- Sí. Deja de gritar, joder - contestó Luke arrugando la nariz.

Reí. Había echado de menos estos momentos durante mucho tiempo. Y por fin podía saborearlos. Luke era mi novio, Calum seguía siendo el misterioso y alocado Calum, y Ashton estaba esforzándose para centrarse y estabilizarse poco a poco.

- Quédate a dormir, mañana te llevaré yo a la universidad - me susurró cansado.

- Pero no te duermas - rodé los ojos.

- Nunca me duermo, ______ - negó como si fuera cierto.

- Siempre llego tarde por tu culpa, no seas mentiroso.

Ambos reímos y subimos a la habitación. Había sido un día tranquilo, pero estaba cansada. 

Cogí la camiseta de Luke que colgaba del sofá de cuero negro, y empecé a desnudarme para ponerme su camiseta. Me saqué mi jersey, el sujetador, y los pantalones.

- Joder, jamás me acostumbraré a esto - Luke murmuró al otro lado de la habitación, mirándome con los ojos abiertos como platos.

Su mandíbula rozaba el suelo, y notaba como un ligero rubor había subido hasta sus mejillas, algo poco frecuente en él. Me encantaba causar ese efecto sobre él. Sentía como el invencible chico de acero se derretía en mis pies. Y yo en los suyos, sin duda.

Me metí dentro de su camiseta y dejé que su olor corporal se impregnara por mi piel,. como siempre. No podría dejar de gustarme eso, jamás.

Luke me miró complacido, mientras se quitaba también sus pantalones negros rotos y se quedaba en calzoncillos. Su piel pálida, pero dura me encantaba. Siempre tenía un par de magulladuras en ella, de alguna pelea que él mismo causaba. Se mordió el piercing de labio, totalmente consciente del efecto que éste causaba en mí y se puso unos pantalones negros de chándal, algo tirados, que sólo a él podían quedarle así. Sonrió, y a través de la poca luz de la habitación vi sus hoyuelos reflejados en ambas mejillas. 

Me hundí en la cama y él hizo lo mismo pocos minutos después, acercándose a mí.

- Nena - susurró, besándome el lóbulo de la oreja, muy suavemente -, no tengo sueño.

Su respiración chocaba en mi nunca, lentamente. Su tacto me erizaba la piel. Todas mis partes del cuerpo se tensaron, y necesité un beso suyo en ese momento.

Volteé la cara, buscando sus labios.

- Yo tampoco - sonreí algo pícara, y le besé.

Saboreé sus labios muy lentamente, cada beso era delicioso. Sus manos empezaron a recorrer mi cintura hasta llegar a las caderas, y volvió a subirlas, esta vez dirigiéndose a mis pechos. Sus manos estaban cálidas, y su tacto conseguía hacerme estremecer en pocos segundos.

Amnesia (Luke Hemmings y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora