Amnesia (Luke Hemmings y tú)

Capítulo 7

Esta vez Luke hundió la rabia en sí mismo, y contuvo un soplido que ahogaba con ansias.

- Jamás temería semejante ser - le espetó sin abrir demasiado la boca, y mirándole de reojo con un desprecio que no lograba comprender (como era habitual a esas alturas).

Ese chico, que supuse instantáneamente que era Derek esclató en un estallido de risas que hasta a mí me dejó perpleja.

- No pensaste lo mismo en el almacén, cuando en vez de poner el culo en los asuntos decidiste darte a la fuga como un cretino miedoso - este dijo al final de su carcajada, mientras se acercaba a mí.

- Había terceras personas en medio - Luke me señaló con el dedo y se sacó un cigarrillo con su maestría y agilidad - y no tenía nada que ver en esto.

- Samantha tampoco - esta vez ese tal Derek quien acumuló su rabia en sus nudillos.

Poco a poco fue calmándose y se acercó a mí hasta una distancia prácticamente nula. Podía notar su aliento rozar mi piel, y me estremecí antes de que Luke me apartara, incapaz de reaccionar a su gesto.

- No fue mi culpa - Luke escupió por lo bajo mientras se preocupaba de mantenerme alejada de Derek y sus miradas pretenciosas.

Este no se cortó y siguió lanzándome miradas lentas y dedicadas, y a cada una de ellas, Luke contenía un gemido de ira que disimulaba como podía.

- Nos vemos por ahí, Lucas - le despidió con una enorme sonrisa Derek, mirándole a él. Ambos tuvieron un duelo de miradas, azul contra negro, visible a quilómetros luz de ellos. Decidí alejar a Luke de ese ambiente, y él, a pesar de resentirse al principio asintió y me siguió, perdiendo de vista a ese chico que me ponía la piel de gallina con su oscura voz.

- ¿Qué te pasa con él? - le pregunté mientras me sentaba y él hacía lo mismo.

- Nada.

- No me mientas Luke Hemmings - me mordí el labio inferior.

- Maldita sea - gritó suave pero alterado -. No es asunto tuyo.

Espetó eso de repente, sin haber dicho nada. Había cambiado su expresión por una muy ruda, como aquella que vi el primer día de clase, inaccesible. Le dediqué una mirada fugaz y no me contuve a contestarle:

- Claro que es asunto mío, estoy aquí metida en tus problemas por ahora, y créeme que no me gustaría.

- ¿Entonces quieres irte? Mierda, vete.

Era yo esta vez quien contenía una rabia que ardía. ¿Por que me estaba hablando así de repente, sin haber dicho nada malo? ¿Por que me trataba de imbécil? Definitivamente estaba haciendo el ridículo.

- Gracias - me levanté de la silla sin mirarlo, cogí la chaqueta negra y me fui, sin pensar en nada más que su estupidez.

Esa situación me transportó automáticamente a Oscar, y maldecí aún más la situación. Sacudí la cabeza para evadir esos pensamientos y seguí andando sin mirar a nadie. Abriendo la puerta salí, y una bocanada de airse me erizó la piel, así que me puse la chaqueta. "Soy una jodida estúpida" me auto regañé mientras me colocaba bien la chaqueta de los hombros.

De repente una mano un tanto dura se posó en mi hombro y me giré al instante, quedándome fija en su mirada.

- Te ha tratado como una auténtica idiota - Derek ladeó su sonrisa, mientras me miraba.

Ahora era completamente diferente. Sus ojos no llevaban aquella ira de hacía 10 minutos, y tenía una sonrisa mínimamente formada en su boca, que marcaba su fuerte mandíbula. Me tocó levemente el brazo pero al ver que me incomodaba lo retiró.