Capítulo 2

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Durante la clase no hice nada más que pensar en lo sucedido con Luke, y no me di cuenta de que era el completo centro de atención.

"Puto Oscar" espeté interiormente mientras miraba el lápiz. Oscar tampoco estaba en clase, lo que me relajó un poco. Abby me miraba y de vez en cuando me sonreía.

Cuando el timbre sonó, creí que era el fin del mundo. ¡Qué día tan largo! Y eso que era viernes...

En el pasillo fui directa a mi taquilla, y solté los libros con pesadez. Tras besar la foto de mi papá, cerré y me encaminé hacia la puerta de salida.

- Lufo - mi hermano gritó a pleno pulmón desde el otro pasillo.

- ¡Qué no me llames así! - vocalicé a lo lejos.

Mike sólo se rió. Se acercó con parsimonia a mí. Detrás estaban sus amigos.

- ¿Te llevo a casa hermanita? - preguntó cuando me tuvo cerca.

- Vale - murmuré mientras su amigo no paraba de mirarme.

Este le susurró algo en la oreja de mi hermano, y en seguida frunció el ceño en modo de disgusto.

- Idiota - le dijo clavándole levemente la punta de las llaves del coche.

- Era coña tío - le respondió el otro frotándose dónde mi hermano le había dado.

Mike hizo un gesto con la cabeza y yo me fui. Antes de entrar en el coche se paró a hablar con una chica. Tremendamente alta, rubia, algo desvergonzada. "Date prisa, quiero merendar Mike" le regañé para mis adentros mientras esperaba sentada en el coche como buena inútil.

- ¡Mike! - me impacienté.

Mi hermano besó la mejilla de esa chica y vino hasta el coche, gemiendo como de costumbre. Nadie dijo nada por el camino, yo porque seguía pensando, y él porque me odiaba ahora mismo.

- Siempre tan oportuna... - finalmente espetó entre dientes.

- Lo siento, tengo hamre - me excusé divertida.

Mike no pudo evitar reír suavemente también.

- Que inoportunas tus tripas - corrigió codeándome.

Esta vez reímos ambos. 

- ¿Qué ha pasado este mediodía _______? - su rostro pasó a ser otro completamente diferente.

Apretó las manos al volantre, y sus nudillos pasaron a un rojo más visible. Mi hermano sabía lo que había pasado.

- Nada, además ya lo sabes. He protagonizado otro espectáculo... Mejor dicho: ¡ha! Ha protagonizado él.

Me miró por el rabillo del ojo antes de soltar un suspiro. Mi hermano era extremadamente protector, sorbretodo con los chicos. Y Oscar no era menos. Así que posiblemente mañana hubiera problemas, y ahora mismo era lo que menos deseaba.

- No hagas nada, porf...

- ¡Los cojones! - me cortó - Vaya trozo de mierda Luce.

La conversación se acabó aquí. Primeramente porque el instinto sobreprotector de mi hermano estaba aflorando, y si le interrumpía iba a estallar en pedazos. Después, porque seguía encasillada en Luke Hemmings, sin poder evitarlo.

La semana acabó como había previsto ese día: Luke Hemmings no había venido a clase en toda la semana, Mike le había dado la paliza de su vida a Oscar, y me habían invitado a una fiesta.

El sábado por la noche me arreglé para la fiesta en casa de Kurt, a la que asistiría una cantidad enorme de gente. Me puse unos pantalones cortos, una camiseta un tanto corta de color rosa - la adoraba - y unas vans negras al igual que los pantalones. Dejé el pelo caer por la espalda, y me maquillé un poco. 

Mike me llevó a la fiesta - después de literalmente dos horas suplicando - de Kurt. En la entrada me esperaba Abby, quien al verme me abrazó como sólo sabía hacerlo ella. 

- Con cuidado Lufo - gritó desde la ventana del coche mi hermano.

- ¿Quieres dejar de llamarme así? - abrí los ojos.

- Jamás - dijo, y arrancó.

Entramos a la fiesta. Casi toda la gente que melodeaba por ahí era gente del instituto, así que estaba bastante bien.

- Esta Oscar - Abby torció la boca y se peinó su melena rubia.

"Genial" dije asqueada por dentro. 

Una mano se posó en mi hombro y se quedó ahí, con tranquilidad. Al girarme vi a Hemmings.

"Jodidamente guapo" mi fuero interno murmuró al verle. Agradecí ser de noche para que no pudiera vez lo ruborizada que estaba ahora mismo. Aún así, él lo supo y me dedicó una sonrisa de medio lado.

- ¿Sólo vienes a las fiestas? - no sé con claridad por qué dije eso.

- En parte - pareció no molestarle -. Toma, bebe algo.

Me alargó un vaso rojo, que cogí con inseguridad. Luke se percató - como todo - y no se cortó en soltar una enorme carcajada.

- No voy a drogarte. Además, es mi vaso, yo he bebido de ahí, ¿me ves drogado? - acercó su cara a pocos centímetros de la mía, y retrocedí sin pensar.

- Está bien, dame esta mierda - fue lo último que dije antes de tragarme aquél líquido casi de un sólo sorbo.

Tanto Hemmings como Abby quedaron sorprendidos ante mi repentina acción. Luke cortó el silencio y se acercó a mi oreja con cautela, pero con una seguridad que pocos chicos tienen.

- Te veo por aquí - me susurró mientras con la otra mano se sacaba un cigarrillo de sus pantalones negros y se lo llevaba a la boca, con ansias.

Práctiamente pude notar mi rojez pasearse con descaro por mi cuerpo. Mierda, ese efecto sobre mí le estaba dando ventaja, y me la estaba quitándo a mí. Aún así, ahora lo que menos me apetecía era pensar en chicos, ni nada parecido, así que desvanecí el pensamiento de mi mente. A todo eso, Abby seguía mirándome. Al final dijo:

- Joder Luce, Hemmings... 

Negué con la cabeza. No me gustaba. Sólo su presencia me alteraba.

Aquí está el segundo capítulo. Si alguien se lo lee, podéis comentar qué os parece, y si debo seguir? Muchas gracias xx

Amnesia (Luke Hemmings y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora