Amnesia (Luke Hemmings y tú)

Capítulo 20

- Mañana lo sabrás - aunque lo tenía de espaldas, sabía que tenía dibujada esa sonrisa probocativa.

- Te odio - gemí.

En esa situación, lo que más apetecía era aventarle algún golpe, pero mi sueño me lo impidió. Mis ojos pesaban tanto que sólo podía pensar en dormir. Los días eran realmente agotadores al lado de Luke.

- Descansa nena - fue lo último que dijo antes de plantar un beso en mi hombro.

En ese instante caí totalmente rendida.

Un rayo inquisidor consiguió despertarme. Lentamente abrí el ojo y busqué a Luke con la mirada, incoporándome sin despertarle. Estaba sujeto a mí, con la mano apegada a mi cintura, y respirando profundamente. Ahora mismo se vería tan vulnerable que era imposible pensar en lo otro. Mordí mi labio inferior mientras le miraba con detenimiento. No sabía decir con precisió que fue lo que me atrajo tanto de él, pero había algo que anulaba todo mi sentido común. Eso me encantaba.

Con cuidado me zafé de su agarre y me encaminé hacia el lavabo, donde me duché con calma, quedándome por un rato pensando allí dentro. Cómo no sabía qué iba a hacer Luke hoy, me puse un jersey negro, unos rejanos rotos por las rodillas y las vans.

Al salir del baño, Luke estaba abrazado a la almohada ahora mismo; una mezcla entre gracioso y ridículo. A horcajadas conseguí subirme sobre él. y me acerqué a su oreja.

- Levanta - susurré, y dejé un recorrido de besos por el cuello, hasta llegar a la boca.

No reaccionaba, simplemente remugó un poco, así que seguí con el plan.

- Luke - pasé una mano por debajo de su camiseta y acaricié su piel, haciendo que se moviera levemente.

Con cuidado pelliqué su labios con mis dientes, y dejé un beso después. Seguí aquél beso mientras con una de las manos bajaba peligrosamente por su barrija, hasta llegar a la cadera. Sonreí, sabía lo que hacía. Mi mano se deslizó un poco más hasta llegar al inicio del pantalón. Sin dejar aquél beso, deslicé un poco más la mano.

- Joder, para - murmuró de repente, incorporándose tan repentinamente que caí atrás.

No pude evitar reír por lo bajo mientras Luke se pellizcaba el entrecejo, con la respiración entrecortada.

- Joder esto no puede ser bueno _______ - gimió con la voz peligrosamente ronca.

A modo de respuesta sonreí y guiñé un ojo. Luke se levantó al instante, atrapándome con uno de sus brazos y con agilidad atrayéndome a él.

- Eso no ha estado bien - susurró con la voz cortada, entre mis labios.

- Nadie sabe lo que está bien - contesté antes de quitar la distancia entre su boca y la mía.

Al final del beso, sus ojos se clavaron en los míos, como de costumbre.

- Voy a cambiarme, puedes ir a por algo de comer - dijo antes de abrir las puertas del armario y ponerse a registrar dentro de él. 

Le hice caso y bajé a la cocina a desayunar algo. Distraída, no me di cuenta de que Calum estaba allí sentado, y nisiquiera dijo nada al verme. Cogí algo de pan para tostar y zumo de la nevera, y una vez todo hecho me senté a comer.

- ¡Mierda que susto! - grité al ver a Calum allí sentado, sin decir nada - ¿Cuanto llevas aquí?

- Desde que has entrado en realidad - rió al ver mi cara levemente sonrojada -. ¿Qué haces tan temprano levantada?

- No lo sé, Luke quiere llevarme a algún lado - me encogí de hombros y mordí la tostada mientras Calum me miraba - ¿Y tú?

- Acabo de llegar - contestó, quitándose la camiseta como si nada - y creo que me iré a dormir algo. ¿Sabes si Ash está aquí?