Capítulo 8

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- ¿Cómo estás ______?

Era Oscar. Hacía mucho que no tenía noticias suyas, y que apareciera de repente no me apetecía demasiado. Aún así intenté actuar con la mayor normalidad posible pese a lo ocurrido.

- Supongo que bien - alcé los hombros.

- ¿Todo bien con Hemmings? Ayer ninguno de los dos pisasteis el instituto - quiso aparentar normalidad, aun que sabía que estaba empezando a salirle ese instinto controlador que había estropeado tantas cosas pasadas.

- Oscar no creo que eso a ti te...

- Me importa. Me preocupo por ti - me hizo callar mientras se rascaba levemente la nuca. Alzó los ojos hasta los míos y me miró antes de pasarse la lengua por los labios -. Te echo de menos, me da igual cuantas veces tenga que repetirlo, _______.

- Oscar basta - puse punto y final.

Quiso hablar pero decidí irme antes de empezar otra flamanete discusión, y amaba demasiado esos pantalones como para que acabaran otra vez prácticamente bañados en café. Me senté en mi mesa, pensativa, y durante toda la clase estuve ausente en uno de mis mundos.

En el fondo, seguía pendiente de Hemmings, por si venía. No sabría decir exactamente por qué quería verlo, si quería perderle de vista. De alguna manera, lograba ver a Luke tan malo como bueno a la vez, y tan peligroso como débil, aunque él no quisiera mostrar esa faceta. Quizá me hacía demasiadas historias en mi mente, y era un simple capullo disfrutando de la adolescencia, de otro tipo de adolescencia, digamos que de alto riesgo si hubiera que ponerle un nombre.

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El día se había hecho eterno, más que de costumbre. Mike llamó por teléfono al salir del instituto.

- ¿_______? - me llamó cuando descolgué.

- Qué - podía imaginarme el motivo de la llamada.

- Voy con James, lo siento, te llevo a la próxima -hizo silencio -. Y deja de poner esa cara que se que estás poniendo.

Cambié la cara sin poder evitar contener una risita. Me conocía tanto que a veces podía llegar a asustar. Mi madre una vez dijo: nunca dejéis de tener esa confianza entre vosotros dos. Y hasta ahora no la habíamos perdido, la habíamos ganado en todos los puntos. Y a pesar de tener un hermano probablemente calvo, con colores de pelo poco usuales, podía hacerse querer más que nadie. Incluso conseguía hacer que olvidara al cretino de Luke Hemmings.

Caminando hacia mi casa, me puse los cascos y empezé a escuchar Therapy de All Time Low, una de las canciones que conseguían aliviarme un poco. Al paso de la canción caminé hacia casa, susurrando la canción por dentro mientras estaba absorvida en mi completo mundo de pensamientos.

Al llegar a casa, solté la mochila en el primer rincón que se me puso por delante. Dejé mis botas y el jersey en la entrada y subí arriba para poder tumbarme en la cama, algo que deseaba hacer desde que pisé el instituto esa mañana. 

Mi cuerpo cayó rendido en la cama y cerré los ojos un momento para saborear el fin de semana que por fin había llegado. "Malditos viernes, que largos se hacen" murmuré.

Mi móvil sonó y lo cogí sin mirar la pantalla, esperándome a Abby o a mi hermano.

- ¿Diga? - descolgué.

- Hola.

Una palabra para adivinar quien era. Una palabra me fue suficiente.

- ¿Cómo tienes mi número? - pregunté seca.

- Te sorprendes por cosas obvias - su voz resonó ronca, y me tensó involuntariamente.

- ¿Qué quieres Luke? - instití, con ganas de acabar con esa llamada.

Amnesia (Luke Hemmings y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora