Capítulo 19 (temporada 2)

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Cuando de repente los pasos finalizaron y escuché alguien detrás de mí. Me giré, pellizcando mi labio. Un chico de ojos algo oscuros y pelo castaño me miraba fijamente. Su casco yacía cómodamente en su mano y me miró algo divertido mientras pasó la lengua por sus labios.

- Creo que uhm... esto es tuyo - alargué las llaves hacia él, y se sorprendió.

- Gracias morena - tomó las llaves.

Di otra vez la vuelta para salir de allí de una vez, pero me llamó nuevamente.

- Escucha - esbozó una sonrisa en sus labios - ¿qué hacías aquí dentró? - alzó una ceja.

- Simplemente... eh siemplemente busqué para darte tus llaves -me encogí de hombros.

- Pareces lista - se acercó a mí e instintivamente retrocedí -. No voy a hacerte nada - rió.

- Lo que sea. Tengo prisa - me marché.

Ese chico siguió manteniendo sus ojos chocolate en mí, podía notar la intensidad en su mirada. Me sorprendió su manera de actuar, como si me conociera de algo. Sacudí la cabeza, sacándome cualquier estupidez que pudiera tener en la mente.

Con la cabez algo gacha, seguí andando. Había olvidad plantearme el hecho que cojer una chaqueta, así que el frío recorría mi cuerpo y luchaba para no tiritar como una idiota.

Me habíá alejado apenas unos metros de aquel garaje, cuando el rugir de la moto me hizo girar con inocencia. Podía ver todo con perfección. Pequeñas gotas empezaron a caer del cielo, que se había nublado completamente, pero no me di cuenta de nada.

Ese chico de antes se había subido a su moto, pero no se iba, así que quedé unos instantes viendo qué es lo que tenía en mente.

Sí, tal vez no era lo mejor, y la curiosidad me había hecho poner mi culo en riesgo muchísimas veces, pero después de lo que había visto, no me iba a ir sin más. 

Un coche negro metalizado aparcó al lado, haciendo sonar el motor como si fuera algun tipo de joya. Rodé los ojos, dispuesta a irme nuevamente, cuando de repente, un perfecto pelo rubio se dejó entre ver.

Mis entrañas rugieron, faltas de autocontrol. Gemí incrédula. Esos ojos azules. Ese cuerpo alto que conseguía asustar a la persona más fuerte de la ciudad. Esa manera de caminar. Y esos pantalones negros.

Llevé mi mano a la boca por unos instantes, ahogando un pequeño grito que me delató.

Su cabeza giró gradualmente hacía mí, y ambas miradas chocaron. Se clavó en mí como una estaca, recorriéndo milésima a milésima mi piel. Quería fundirme, quería simplemente desaparecer. La idea de un gigante agujero negro en mis pies me parecía la  mejor en aquel momento.

Decidí andar hacia él, quería hacerlo. Avancé un pie, decidida a andar hacia Luke, que seguía con esos ojos azules paralizándome por completo.

Cuando avancé un par de pasos, alargó un sobre a ese chico y volvió a entrar en su coche. Quedé totalmente quieta, como si una manda de elefantes hubiera pisado mi cuerpo. Había fingido no haberme visto. Simplemente me ignoró. Había pasado a ser una completa desconocida, una mas en su lista de chicas. Su larga lista.

Los segundos siguieron pasando, cada vez más lentos, prácticamente eternos. Mi pelo había quedado empapado, y el agua empezaba a mojar mi jersey, pero no me importaba en absoluto. Noté el agua correr mis mejillas, y con una de las mangas sequé la pequeña gota que bajaba por mi cara.

- ¡__________! - alguien me llamó, pero no me giré para ver quien era.

- __________ joder - unas manos me rodearon y me atrajeron hasta un cálido cuerpo.

Amnesia (Luke Hemmings y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora