Inglaterra y Canadá iban rezagados del grupo, caminando uno al lado del otro, pero embutidos en sus propios pensamientos, pero ambos con la misma sensación de que aquello era peligroso.
Canadá no hacía más que mirar a su alrededor con aprensión, apretando contra su pecho a Kumajiro, el cual lo miraba con sus pequeños ojos negros. El joven era un gran amante de la naturaleza y el aire libre, practicando toda clase de deportes relacionados con la montaña, acostumbrado a recorrer las grandes extensiones de bosque que había en su casa... Pero había algo en aquel bosque que le ponía los nervios de punta y que no acababa de entender. Un bosque siempre estaba lleno de vida, de sonidos, pero en aquel lugar... todo era un atronador silencio.
"¿Por qué? Esto no parece un bosque, sino que parece una tumba...", pensó Canadá, muy incómodo por primera vez bajo la sombra de los árboles.
Canadá miró a su derecha, encontrando a un pensativo y taciturno Inglaterra, dándole la sensación de que él tamvien iba preocupado, mirando inquieto a su alrededor.
El británico también se sabía mover con mucha naturalidad por zonas boscosas o de montaña, sintiendo una gran pasión por las zonas alejadas del ajetreo de una gran ciudad como lo era Londres y, hasta hacia bien poco, iba encabezando el grupo, pero algo cambió, mirando a su alrededor con sospecha. Inglaterra miró de reojo al canadiense, viéndolo caminar cada vez más abrazado a su oso.
"Está asustado.", pensó el británico, volviendo la vista al frente.
Francia tropezó con una raíz, cayendo por enésima vez al suelo, incorporándose enfurecido y frustrado, harto del bosque. Canadá pasó junto a Inglaterra, soltando a Kumajiro, hablando con el parisino para calmarlo, manteniendo a raya sus ganas de reírse, mientras el resto se reían a carcajadas. Fue entonces, mientras lo ayudaba a ponerse en pie y discutía con América y China, Canadá se dio cuenta que Inglaterra no dijo nada, manteniéndose impasible, con los brazos cruzados, mirando a su alrededor, atento a todo, con el ceño fruncido y los párpados entornados.
Finalmente, y después de varios percances más con Francia, el grupo llegó delante de una enorme mansión, pero a ninguno de los que la contemplaban en ese momento les pareció aterradora. El jardín tras la vaya se veía limpio y bien cuidado, la mansión parecía limpia, como recién pintada... Fue entonces cuando la pregunta les asaltó a todos, ¿realmente aquella mansión estaba encantada o era un burdo rumor?
Inglaterra la miró confundido y cada vez más inquieto y molesto... Ignoraba si realmente estaba embrujada o no, pero aquel lugar destilaba maldad pir cada rincón.
-Realmente existía, aru.-comentó maravillado China.-
-Apenas tiene ventanas para lo grande que es...-puntualizó Canadá, extrañándole.-
Entonces América empalideció, mirando a su alrededor, visiblemente espantado. Nadie entendía el porque de ir a un lugar que le daba miedo.
-¿No... no habéis o-oído una v-voz?-preguntó el estadounidense mirando a su alrededor, cuando algo le golpeó con fuerza la parte de atrás de la cabeza, girándose, encontrándose con el rostro malhumorado de Inglaterra.-
-¡No digas estupideces, hamburger brain!-regañó molesto el británico.-¡Es Canadá!-gruñó, pasando al lado de América, quien lo observaba con un mohín, para ver a continuación como el inglés lo fulminaba con la mirada. Le molestaba mucho aquella manera que tenía de ignorar a su propio hermano gemelo, irritándolo.-
-¿Podríamos sencillamente dar un vistazo por alrededor?-preguntó Rusia, colocado junto a China.-Creo que podríamos estar de vuelta antes de que caiga la noche, da?-
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Hetaoni
FanfictionUna mansión en medio de la montaña, rodeada de un oscuro y profundo bosque, a tres horas a pie de la civilización. Nadie sabe cuanto lleva allí y si alguna vez estuvo habitada por alguien... Pero se dice que todo aquel que se atreve a cruzar el umbr...