Capítulo 8-Dos segundos más/La cueva

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Después de muchas discrepancias, las diez naciones se pusieron en marcha, dejando aquel lugar seguro, aventurándose a los oscuros pasillos de aquella mansión maldita, tratando, esa vez sí, de hacer el mínimo ruido posible. Al frente, abriendo la marcha iban lis gemelos, América con sus Colt preparadas, Canadá junto a él con su arco en la mano, entre los dos, Kumajiro, repuesto del todo de la anterior batalla; siguiéndolos de cerca, China y Japón, ambos con sus manos en la empuñadura de sus aceros; cerrando el grupo, Rusia y Prusia, no perdiendo dato de todo lo que acontecia a su alrededor.

Finalmente, y sin sobresaltos, el nutrido grupo llegaba a la antesala que daba a la cueva, quedando algunos de ellos sorprendidos por el estado en que se encontraba aquella habitación.

-¡Aiya! Parece que ha pasado un tifón por aquí, aru.-

-No vas desencaminado, China... El tifón se llama Iggy.-ironizó America, recibiendo acto seguido un golpe en el estómago por parte de un irritado Inglaterra, provocando que soltará todo el aire de golpe, doblándose sobre sí mismo.-What? I don't lie...-logró articular con un hilo de voz.-

-No era necesario hablar tanto, wanker!-reprendió el británico.-

-Pensaba que el de los arrebatos destructivos era yo, da?¿Quieres robarme el sitio?-rió Rusia, mirando a su alrededor.-¿O fue uno de tus arranques de locura?-

-Go to Hell, Russia! Si no hubiera movido todo esto, no hubiera podido detener a nuestro amigo... ¿Te recuerdo que está empeñado en hacer Steak Tartar con nosotros?-

-Dejémonos de discusiones y vayamos a lo que nos interesa.-intervino Alemania, colocándose entre los dos, apoyando una mano en el hombro de ambos contrincantes.-Tendríamos que estarle agradecido por esto, Rusia, no tratarlo de loco... Y ahora, ¿quién viene a la cueva? Es una estupidez que entremos todos...-

Inglaterra se relajó, al igual que el ruso,  el cual observaba al alemán. Ambos tenían que darle la razón.

-Voy con usted, Doitsu-san.-se ofreció Japón, inclinándose levemente delante de él.-

-Yo no quiero dejarte sólo ahí adentro, Alemania.-señaló Italia, colocándose junto al japonés, observándose ambos con sospecha.-

-Me apunto.-intervino América, acercándose con las manos en los bolsilllos, pasando a sacar una de ellas y depositarla en un hombro de Japón, rodando sus ojos zafiros hacia Italia.-

-Ufufufu~No tengo muy claro que pasa, pero me da que será más divertido que quedarme.-rió Rusia, clavando sus ojos amatista en los tres enfrentados, tensándose ante sus palabras. Los presentes movieron la cabeza de aquellos tres a Rusia y viceversa. ¿A qué se refería el eslavo con sus palabras?-

Alemania negó con la cabeza. Con la mirada buscó a su hermano, viéndolo algo retirado del grupo, apoyado en el escritorio, pareciendo muy disperso. Algo le llamó la atención, pues su rostro, ya de por si blanco por su condición,  se veía exento de color por completo, llevando una mano a su pecho, dando la sensación que respiraba con dificultad.

-Brüder? -

Sobresaltado, alzó la cabeza, viéndose reflejado en los ojos celestes de su hermano pequeño, no gustándole lo que veía en ellos, de primero, por como se veía él y, de segunda, por la preocupación que enturbiaba su hermosa mirada. Suspiró, pasando a sonreír levemente.

-Me quedo.-informó con aplomo.-No me encuentro demasiado bien y no querría que eso os perjudicará. Supongo que los nervios me están pasando factura... ¿Francia?-

-Oui?-

-¿Puedes ir tu en mi lugar y vigilar a mi dulce y tierno hermanito?-pidió el prusiano.-

HetaoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora