You're Not Alone

Cap 41

- Veo que has sobrevivido...
Su sonrisa maliciosa llega hasta el fondo de mi alma, haciéndola temblar.
Todos esos años vuelven a mí.
No puedo creerlo.
- ¿Tú?
Ríe.
- En persona.

Damas y caballeros, la personificación del mal en persona. La prueba de que las brujas malvadas existen.
Así es, mi GRAN amiga, Gracie Martins.

- Y veo que no has llegado sola.
Dios mío, dame paciencia, que si me das fuerza alguien acabará en el piso..
- De verdad pensé que te habías ido con Marcus. Digo, lo hubieras seguido ¿no? Como la perrita faldera que eres...
- Cállate. La. Boca.- murmuro.
- Por cierto, ¿sabes donde está él?- pregunta.
No contesto y paso de largo.

Camino sola por ahí hasta que encuentro como un pequeño pedazo de pasto verde que parece fresco.
Hay un árbol haciendo perfecta sombra, así que me acuesto ahí.
Siento de nuevo la frescura del pasto, cosa que no había sentido en años.

Regulo mi respiración hasta que, no se cómo, pero me quedé dormida.

Alguien dice mi nombre y siento una sensación en la frente. Como un beso.
Abro los ojos y veo a Carl sonriendo. Está casi encima de mí.
- Ya nos hicieron la entrevista y nos van a dar las casas.
- Está bien- digo mientras me levanto.

Empezamos a caminar para llegar al lugar. Ahi, Carl me dice que se va a quedar con su padre en una casa y que a mí me iban a dar otra, pero cerca de ellos.
Ally se va a quedar conmigo y Rachel con su tía Jessie, a la que tanto ha estado buscando.
Me alegro por ella, de verdad. Al menos a ella le queda familia.

Cuando al fin llegamos, noto que es de tarde.
Carl se acerca a mi oído.
- ¿Te veré en la fiesta de esta noche?- pregunta
- Claro- respondo antes de entrar a mi casa, donde me espera Ally.
Hablamos de la fiesta de bienvenida que nos organizó Deanna.

Entro y hasta me asombro. Parece una casa cualquiera. Aparentemente está limpia.
Abro las alacenas y, ¡Milagro! Hay comida.
Y no sólo comida común, también hay algunos dulces.

Oigo un ruido arriba. Seguro que es Ally.
- ¿Allysa?- digo mientras subo las escaleras y entro a un cuarto.
Está frente a un espejo, poniéndose dos vestidos, todavía en sus ganchos, por encima, como decidiendo que ponerse. Uno parece que es una talla menos que ella. Todavía no se percata de mi presecia.
- ¿Que haces?- pregunto riendo.
Ella se sobresalta, pero también ríe.
- Viendo que vestido me voy a poner.- responde
- ¿Y cuál te pondrás?- pregunto.
- Obvio este- dice señalando el más grande.- Este otro es tuyo de hecho- dice pasándome el chico.

- ¿Y que hacías probándote mi vestido?- pregunto yo
Ella se encoge de hombros, pero hace una cara tan chistosa que no puedo evitar reirme.

Todavía me falta bañarme, peinarme y cambiarme.
- Estaré monopolizando el baño- anuncio mientras me voy.
No oigo su respuesta, porque ya estoy en la regadera.

El agua tibia corre por mi cuerpo. Me encanta.
Una vez que salgo y me pongo mi ropa interior, me fijo en un espejo en el que estoy reflejada.
Y, como toda adolescente, empiezo a contemplarme.

Mi cabello, oscurecido por la tierra y la sangre, ahora tiene un ligero brillo y se ve más largo.
Tengo algo de pecho. Atrás, en la retaguardia, no se diga. No por nada Carl lo notó.
Y me doy cuenta, ya no soy una niña. Tampoco soy una mujer hecha y derecha. No, soy una adolescente. O mejor conocido como "El purgatorio del crecimiento".

- ¿Es que tienes chorrillo (para los no mexicanos, diarrea xD)?- oigo a Ally
- Estoy perfectamente, ¿porque lo dices?
- ¡Llevas ahí una hora entera!

A pesar de los gritos de Ally, tardo un poco más en salir porque me estoy secando el cabello.

Finalmente, estoy lista y dandole los últimos toques a mi arreglo personal.
Sinceramente amo mi vestido.

De último momento pude encontrar unos zapatos de piso que hicieran juego. Lo malo es que me aprietan un poco.
De todas formas, no pienso bailar, apesto para eso.

- ¿Lista?- pregunta Allysa, ya lista con su vestido y cabello en orden.
Lanzo un eterno suspiro.
- Eso creo...

Si Gracie está en la fiesta, que es lo más seguro, me voy a dar un tiro...