Me llamo Kotoko, llevo casada con el doctor Irie 7 años, no puedo llamar especial a nuestro matrimonio.
Mi relación con mi hija es pésima, Kotomi siempre muestra preferencia a su padre y me desprecia.
Pero no más.
Me harte de años de sufrimiento p...
Irie después de ver esa escena tan escandalosa, decidió no decir palabra alguna. Su reputación estaba en juego, sabía que si decía que su esposa tuvo un amante y un vástago con "El enfermero". No sólo la reputación de su familia, su honor, su trabajo y vida se verían alteradas....El castaño presionó sus ojos con fuerza, desvío la mirada y se clavo en la de su inocente hija.
Tomó suavemente la frágil mano de la menor, le retiro el libro y sin avisar, la cargo tapando la cara y la puso contra su pecho; Suficiente parque hoy, me estresa todo esto. Vamos ya a casa o una biblioteca. -su voz era fría como de costumbre, pero sentía como se quebraria en algún momento- Kotomi...
Kotomi -miro a su padre por un segundo, no reprocho absolutamente nada ya harta de tanto ruido. La menor suspiro, se acurruco un poco y miró a aquellos ojos fríos, como si fueran a romperse-; ¿Padre?...¿Te encuentras bien? -tocó la mejilla de su padre, notó por un momento a su madre en medio de el parque y comprendió- Ya entiendo, te da pena que venga hacia nosotros y por eso nos vamos. Esta bien, padre comprendo. -cerró sus ojos, era un día fresco y sonrió-
Un Irie algo derrotado, sintió por primera vez un dolor tan profundo dentro de su corazón.
¿Qué era?, ¿Qué lo provocó?.
Irie camino hasta su propia casa sin mencionar alguna palabra, su mente se perdió en tratar de resolver fríamente todo como era habitual. Ni siquiera la larga caminata que tuvo que pasar lo desenfoco, sentía los movimientos de su hija para bajarse. Pero negó a bajarla, jamás perdería a alguien que es suyo de nuevo.
Al llegar a la casa, lo primero que hizo fue examinar todo con la mirada. Noto que ya había llegado Kotoko, su madre la recibía de forma alegre y amorosa con un pastel....Como si no hubiera pasado nada, empezó a creer eso y entro sin saludar.
Irie -sentó a su lado a Kotomi, estiró sus brazos y piernas algo cansado. Su cuerpo reclamo el gran esfuerzo. Miro a su madre que servía té, miro a Kotoko de nuevo de manera fría y habitual para todos. El ambiente fue familiar para entonces, decidió hablar y agarro el periódico.-; Kotoko, quiero café.
Kotoko -en ese momento, una mirada cansada se hizo presente y una risa salió de ella. Se levantó de su lugar, camino a la cocina para traer la cafetera y servirse una taza de café para ella-; Si quieres, levántate y sirve te tu mismo. Verás -señaló el cuerpo de Irie- Tienes cuerpo, estas sano y piensas....Puedes servirte el café perfectamente solo. -tomó una galleta de manera brusca, la remojo en su café y la comió- O acaso eres tan flojo y peor que un vagabundo...
Irie -Miro alrededor como todos, se impacto de la nueva conducta de aquella castaña. Solo decidió ignorarla de nuevo como de costumbre, se fue a la sección de "Medicina"...Leyó hasta cansar la vista. Sintió los jalones de una pequeña mano, se encontró con la mirada de su ingenua hija-; ¿Que necesitas?
Kotomi -Se sintió absolutamente molesta por la actitud de Kotoko, se indigno aún más y le retiro el periódico-; Padre, no permitas que "esa" te hable así. ¿Quien se cree?...
Irie -Miro a su hija de nuevo, acarició su cabello suavemente hasta que la tomó en brazos y antes de decir algo lo interrumpieron....
Kotoko -alzó la voz por primera vez, tomó a Kotomi con cuidado cargando la y marcando quien mandaba-; Pero miren a la señorita, suficiente de insultarme. Si quieres no me llames madre, me daría pena una hija como tu...Pero si quiero respeto, yo te respeto y tu me respetas de regreso. Así de facil o tendremos la otra parte más dura de ahora en adelante, Kotomi -la dejo en el suelo, tomó su taza de café y sonrió- Iré al cuarto Irie-san. No subas, hoy duermes con tu hija -desapareció de la vista de dos personas, en shock que aún no entendían que pasaba pero...Sabían que nada sería igual-
