Testigo

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Ella era un testigo de un crimen, del mayor crimen que podían cometer esas dos personas.
La escenas era similar a una que vivió en un pasado, la mujer que sale temprano de la casa y regresa tarde por la noche.

A Nanami se le veía más alegre, más sonriente y bromista desde hace una semana.

Kotomi era una testigo presencial del hombre que robo a su madre, robar a su nueva madre lejos de ella.
Lo noto.
Cuando regresaba de la escuela un miércoles por la tarde, en lo normal, Yasahiro la acompañaba de camino a el psicólogo, la esperaba para ir a casa y ambos platicaban de su día en el camino, llegaban a casa y comían, hacían tareas, jugaban y dormían.

Esos días eran los normales, pero iba sola al psicólogo y volvía a su casa y no al castillo donde habitaba el príncipe.

Pero ese miércoles fue especial.

Kotomi no tenía su cita con el psicólogo, así que no tuvo más opción que ir a su hogar; podría pasar tiempo con Yasahiro.
El camino a casa fue rápido, quería llegar para descansar y hacer sus tareas.

Cuando llegó, subió por el elevador y escuchaba la música de espera. Al salir del elevador vio algo que le pareció imposible, Nanami estaba con el chico moreno y entraban al departamento.
Con sigilo miro hasta que entraron, el shock y los recuerdos le hicieron sentir enferma.

Kotomi fue a su casa en silencio, no quería llamar la atención de los adultos y mucho menos quería saber que se traían entre manos. No se sentía capaz de soportar la noticia.

No de nuevo.

Entró en su departamento, cerro la puerta con sumo cuidado y corrió a la cocina para tomar un vaso y tratar de escuchar la platica de los mayores en el otro lugar.
Deseo que hubiera un hueco para poder saber mejor la situación, la curiosidad le estaba matando.

Kotomi -Estaba recargada en la pared con un vaso, no podía escuchar nada en particular más que las escandalosas risas de Nanami y Yasahiro-; ¿De que se rien? -la amargura volvió a su ser por un momento, fue a su cuarto ya que podía escuchar mejor desde ahí y se recargo en la pared.- Ya sabía que esa mujer no era tan buena y ni hablar del tonto de su hijo. -No iba a dejar que insultara a su padre como lo hizo la otra mujer que llamaba "madre"- todas las mujeres adultas son iguales. 

Kotomi desconfío de Nanami, estaba molesta y triste. Todas las mujeres adultas eran siempre iguales con su padre, admiraban su físico y luego lo lastimaban sin piedad.

《¿En eso iba a convertirse?》

Y entonces Kotomi se quedo dormida con el vaso en la mano.

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Capítulo corto...

Michiru se disculpa por lo breve...me distraje escuchando música y entre los días ya no pude terminarlo.

Tal vez, en la madrugada actualice.

Michiru fuera.

Una vida mejor para mi (Kotoko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora