En la penumbra

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En la penumbra tuve un sueño,
una voz me llamaba.
El dolor me susurraba,
entre risas y recuerdos.

En el alba desperté,
encontré la calidez,
a un lado de mi cama.

Kotoko se encontraba en el jardín, plantaba algunas plantas que había comprado para darle vida a la casa.
Desde el nacimiento de sus hijos se cuestionaba el hablar con su hija mayor, lo intento, pero la menor huyó en cuanto la vio entre lagrimas y palabras incomprensibles.

Sabía que la relación no sería igual, aunque término en malos términos con Irie; ambos adultos no podían mirarse a la cara sin sentir el peso de sus pecados y sin pensar en su hija.
Ahora vivía con Keita y sus tres hijos, considero en llevarse a Kotomi con ellos.

No le haría mal la amabilidad de sus hijos a su pequeño trozo de hielo, también pensó en visitarla y presentarle a sus hermanos menores, pero sabía que no lo tomaría tan bien.

La situación le causaba dolor de estómago, se había vuelto cobarde ante tales decisiones.

Kotoko estaba con la mirada agachada y mirando sus manos llenas de tierra, removía la tierra tratando de no pensar en eso por más tiempo. Tampoco le había comentado a Keita el como se sentía, su corazón dolía.


Pero su actitud extraña no paso desapercibida por su enamoró, no sabia la razón por la cual estaría tan distraida Kotoko.
Keita la miraba por la ventana todo la tarde, se preocupo y después se decidió a ir a preguntar.

Keita -salió de la casa, se sentó a su lado y sonrió con amabilidad-; ¿Buscas lombrices en la tierra?

Kotoko -desvio la mirada de la tierra, sacudió sus manos y negó-; No, en realidad no. -su voz era monótona y apagada-

Keita -asintio escuchando, le acarició la cabeza y hablaba con voz suave-; Puedes contarme sobre cualquier cosa que te preocupe, si la tierra de tus plantas es marrón o si las nubes tienen forma de conejito, estoy aquí para ti, en las malas y las buenas.
Tus preocupaciones, miedos o sueños me interesa escuchar.

Kotoko -Siguió sin mirarlo, se quedo unos minutos en silencio y tomando valor para hablar de aquella situación. Le resultaba difícil.-; Kei-kun, yo...¿Soy una mala madre?, llevo pensando en eso mucho tiempo.

Keita -le tomó el rostro para verla a los ojos-; Una mala madre -repitió pensando en esa frase, volvió a sonreír y le beso su frente- No dire que has sido buena del todo, pero si una madre con complicaciones y esta bien, has aprendido de ello. Pero me preocupa que te llevo a pensar en eso.

Kotoko -cerró sus ojos y se sintió la calidez de Keita-; Kotomi, sigo pensando sobre ello.

Keita -comenzó a entender la situación y la abrazo para darle apoyo.-; Podemos ir a hablar con la niña, claro, si el padre no lo permite. No creo que me quiera cerca, pero tú sigues siendo su mamá y puedes hablar con ella.
Creo que no sería mala idea.

Kotoko -Asintió un poco, ya tenia una idea de lo que tenia que hacer. Beso a Keita, se separo de él y se levantó para entrar a la casa, fue directo al teléfono-; Espero que siga siendo el mismo número. -busco entre sus contactos a su ex esposo, marco el número y espero a que contestara, aunque con pocas esperanzas-

Irie contestó la llamada;

-¿Eres tu Aihara?

-Hola Irie, cuanto tiempo que no hablamos.

-¿Qué quieres?

-Es sobre nuestra hija.

-Ahora recuerdas que tienes una hija, pensé que ya no querías saber sobre ella.

-Quiero volver a verla.

-No se si debería dejarte, pero aun eres su madre...

-Soy su madre, no aceptaré un no.

-Está bien, te dejare verla, pero debo estar ahí y no quiero ver a tu esposo.

-Me parece bien. ¿Cuándo podré verle?

-Mañana después de salir de la escuela, irás conmigo a verle y bajo mi supervision.

-No necesitas estar allí.

-Ella aún sigue aceptando el divorcio, no quiero que se ponga mal.

-¿Qué le sucede?

-Demasiadas cosas, podemos hablar mañana sobre esto. Buena tarde, Aihara.

Irie colgó.

Keita se acercó a abrazarle, Kotoko contó todo y ambos decidieron que mañana irían ambos para hablar con la menor.

Una vida mejor para mi (Kotoko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora