Una vida juntos

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Las cinco de la mañana, era testigo la madrugada del escape en pijama de una esposa cansada.

Kotoko -aún adormilada escucho la intensa alarma del celular, estiró sus brazos para callar el ruido infernal que la hacia ponerse ansiosa, su mano paso por todo el mueble tirando y desacomodando cosas de su lugar, una vez llegado al celular lo callo y se levantó-; De nuevo a irme, este horario. -tallo sus ojos con pereza, dio un gran bostezo y paso sus manos a su cabello enredado. Se paró de inmediato después de unos minutos para que su cuerpo despertará, buscó su ropa, ordenó su cuarto algo vacío sin su ex esposo- Cierto... -dijo con pereza, recordando a su hija- Le dejaré algo de desayunar, aunque a mi manera.

La castaña camino hacia la cocina de forma torpe, en su andar llegó a hacer demasiado ruido y molestias a los habitantes, al llegar a la gran cocina; Tomó el primer sarten que vio, prendió la luz para ver y sacó el guisado del día pasado "Carne ahumada".
Camino hacia los trastes, tomó el bento de su hija para hacerlo y solo dejarlo sin decir nada.

Su ser pedía ir al otro lado de la ciudad ya, en cuanto término salió de la casa con un casco rojo en su mano izquierda y unas llaves de su motoneta, apresurada prendió el vehículo para ir donde se encontraba su amante y su hijo.
A las 5;20 am, sonidos de llaves y pasos resonaron en el departamento de Keita.

Un pelinegro que dormía plácidamente en su cama, mordía una almohada y con la cobija a la mitad de la cintura, su cabello en su cara siendo alborotado cada vez más por sus movimientos, sintió el frío de la madrugada...pero no fue lo único que sintió. Un pequeño cuerpo, que se colocó en su pecho y unas delicadas manos que tomaban sus brazos haciendo que abrazara algo y la suavidad de la cobija y la piel de su amada, hizo reaccionar la conciencia de Keita abrazando la.

Unas horas mas tarde.

En la casa Irie.

Kotomi -ya se había despertado, su rutina no cambio a excepción de ese día que observó que su madre le había dejado el desayuno y su almuerzo, su ser sintió un escalofrío rechazando aquel gesto.-; No comeré algo, que ella preparó. -camino hacia el refrigerador, observó que la comida había sido arrasada por los mayores y solo había leche para cereal. Capacité unos momentos, camino hacia el horno de microondas donde metió el plato con comida.- Será está vez solamente. -se apena por dentro, sabiendo que nadie la
llevaría y su mirada se apago para ser fría-

Después de tomar un desayuno rápido, salio caminando hacia su escuela y mirando las grandes avenidas repletas de gente, la enana no sintió las ganas de querer ir a la escuela. Su memoria la hizo recordar que nadie está en casa, regreso sin prisa para saltarse la escuela y sintiéndose rebelde.

Kotomi; Si nadie me ve, no pasará nada y los exámenes son tonterías. Son muy fáciles, para alguien para mi. -mufo al aire, llena de orgullo que la hacia sentir bien y se ánimo para seguir adelante.- Si, así debió ser desde antes.
¿Quien necesita un papá?...¿O a una Kotoko?. -miro el cielo, su ego de nuevo subía.- Nadie. Esa es la respuesta, Kotomi Irie, no necesita de nadie. -fue entonces que camino hacia su casa sin arrepentimientos dentro, al llegar a su gran hogar se metió para tomar un libro, un bocadillo y paso esa tarde encerrada en su cuarto-

Las horas pasaron como agua, nadie le molestaba, era solo ella y su libro en un silencio lleno de tranquilidad. La castaña pequeña, había tomado la decisión de alejarse ya que "ya no era necesaria", la hizo sentir mal pero no se dejaría vencer tan fácil.


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Me reporto con este pequeño capítulo....

;-;

No me asesinen por lo corto, los estudios son pesados...

Una vida mejor para mi (Kotoko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora