Siempre supe que el fuego sería mi perdición.
Rojo, ardiente, apasionado. Vivo.
Cada noche mi padre echaba nueva leña en la chimenea. Era entonces cuando las llamas revivían y consumían todo a su paso. Decían que malgastaba el tiempo mirando algo tan simple como el fuego, pero ellos no lo entendían. Nunca lo hicieron.
Todos sueñan con tener alas con las que volar.
Yo tengo esas alas, plumas suaves y ligeras con las que poder surcar el cielo. Pero yo no soy como ellos.
No, yo sueño con poder nadar entre las llamas del infierno.
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IGNIS
ParanormalLas normas para sobrevivir eran sencillas y claras: 1.No lo nombres. 2.No lo mires directamente. 3.Jamás lo desees. Cassandra las conocía y nunca se atrevió a incumplir cualquiera de estas tres pautas. ¿Pero cómo no caer en la tentación de a...