La persona que amo

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Por octava vez toque la puerta de aquella guarida a punto de romperla en pedazos para poder pasar, justo cuando estaba haciendo un "piedra, papel o tijeras" la puerta se abrió con el alegre rostro de Kabuto (noten mi sarcasmo), por el pequeño tic en su ojo supuse que no le alegraba para nada el tenerme enfrente, sonreí dulcemente y me adentre en la guarida luego de que se hiciera aun lado.

Lo seguí en silencio hasta que llegamos a una gran puerta, me hizo una señal de que la abriera, obedecí despacio, dentro de aquella habitación se podía divisar, por lo caótico del lugar, que era una sala de entrenamiento, una criatura se encontraba ahí, su piel se miraba oscura con grandes alas y pelo largo < ¿Qué es eso? >, sentí como era empujada suavemente dentro de la habitación, miré a Kabuto quien se limitó a cerrar la puerta sin mirarme.

No sentía miedo ni nervios, en realidad no sabía cómo me sentía, el aire que desprendía aquella criatura me era muy familiar, tenía una sensación cálida en mi estómago, por alguna razón la sangre se acumulo en mis pómulos haciéndome sonrojar, caminé despacio hacia aquel ser que al parecer aun no notaba que me encontraba dentro de la habitación. Sin darme cuenta ya tenía la mano estirada y me encontraba tocando su espalda, la criatura se dio la vuelta despacio, dejándome sin aliento.

-S-Sasuke...

Era imposible, ¿Que le habían hecho? Sentí ganas de golpear a Orochimaru por hacerle esto pero podía sentir un gran poder emanando del Uchiha. Avance lentamente hasta llegar a él, pasé mis manos con suavidad por sus brazos, sus costillas < Sasuke.. >Mi corazón bombeaba sin control mientras mis manos se mantenían sobre el abdomen de Sasuke, este se mantuvo callado todo el rato observando cada movimiento que hacía, cada expresión, cada idea que cruzaba por mis ojos. Pese a ser esposa de Itachi y que le conocía hace años, el único que había podido ver la verdad sobre mis mentiras era Sasuke, siempre sabía lo que pensaba o como me sentía, el chico siempre estaba atento a mí, cuando era niño solía estar pegado a mí cuando iba a visitarlos. 

Levanté la mirada para verlo directamente a los ojos los cuales reflejaban tranquilidad pero yo lo conocía, un destello de dolor y tristeza pero no era por lo que le habían hecho ni nada, era por mí ¿Tanto dolor le causaba verme? Un nudo se creo en mi garganta mientras mis ojos comenzaban a arder, era yo la causante de aquellas emociones tan complejas que Sasuke no podía ni sabía manejar ¿Qué debería hacer ahora?

La mano del azabache poco a poco se posó en mi mejilla, su pulgar limpió una lágrima que ni siquiera había notado. Otra caricia en mi mejilla y como si no pudiera controlarlo cerré los ojos y recargue mi cara en su mano disfrutando del suave tacto que el Uchiha me proporcionaba, su mano era cálida o tal vez yo lo sentía así. Estaba claro que Sasuke ya no era el mismo crío al que cuide, había crecido y se veía bastante atractivo, se veía maduro pero con solo ver sus ojos podía saber que no había madurado mucho, que seguía con el mismo objetivo de matar a Itachi.

Lentamente volvió a su color y forma natural, agradecí que solo fuera por el sello de maldicion de Orochimaru, rodee su cuerpo con mis brazos abrazandolo, recargue mi cabeza en su pecho escuchando los acelerados latidos de su corazón < Sigue tan inquieto como cuando era niño >. Cerré los ojos al sentir que mi abrazo era correspondido, lentamente rodeó mi cuerpo acariciando lentamente con el pulgar, mi columna.

-Has crecido...-murmuré sintiendo el calor de su piel

-¿Puedes ahora verme como un hombre?-me sonrojé

-Siempre lo he hecho...-paso su mano sobre mi cabello suavemente

-Me alegra verte...-sentí como beso mi cabeza

-Claro, la típica emoción de los Uchiha emana de ti-soltó una risa seca-Se lo que tú deseo de venganza no ha disminuido en lo absoluto pero... Sasuke..

El Legado del Cuarto Hokage {Itachi y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora