Capítulo 1

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Como toda buena historia debería partir desde el comienzo, así que nos iremos al 13 de marzo de 1894, cuando nací.
Era una noche lluviosa, eso es lo poco que llegó a contarme mi padre; nunca tocó ese tema ya que mi madre murió dándome a luz.
Toda mi vida me ocurrieron cosas extrañas, cuando dormía casi siempre algo levitaba o se movía a mi alrededor, por lo que mi padre, sumado a que siempre me despreció echándome la culpa de la muerte de mi mamá, en 1900, cuando tenía 6 años, me mandó a un manicomio cercano al pueblo donde vivíamos. Jamás me fue a visitar, y negaba que yo fuese su hija hasta el punto en que inventó que yo había muerto.
Y eso prácticamente se volvió realidad 10 años mas tarde cuando, luego de poder escaparme de aquel lugar, una noche unos hombres me apuñalaron. Por suerte o por desgracia, un médico prestigioso pasaba por ahí, Carlisle Cullen, quien me salvó convirtiéndome en lo que soy ahora, un vampiro. Desde ese momento me acogió en su casa como si fuera su hija y me enseñó que se podía vivir sin ser un monstruo que mata humanos para alimentarse. Pero me escapé.
Todos se quedaban maravillados por mi belleza: cabello dorado cayendo en ondas hasta los codos, piel blanca, voz aterciopelada, olor dulce... cada parte de mi les atraía, estaba diseñada para matar. Durante esos años desarrollé mi don, podía mover y hacer volar objetos y personas a mi antojo, lo que me hacía letal. Pero cada vez que bebía la sangre de un humano sentía que una parte de mi se perdía, se moría. Y decidí volver con Carlisle. Fue mucha mi sorpresa al ver que había agregado dos miembros más a su familia: Esme, su esposa, y un nuevo hijo, Edward. Enseguida me aceptaron con ellos nuevamente, y me volví muy apegada a su otro hijo. Por un momento mi padre adoptivo pensó que podíamos ser como mi madre y él, pero no funcionó. Nos amábamos, y lo sigo amando, pero jamás nos vimos con amor de pareja, él era el hermano y mejor amigo que nunca tuve, algo que se mantiene intacto; y para Edward yo siempre fui como su hermana menor ya que aunque sea en teoría unos años más grande que él, a mi me habían convertido a los 16 y a él a los 17.
Pasaron los años y se fueron uniendo cada vez más miembros a nuestro aquelarre: Rosalie (con quien Carlisle esperó que Edward tuviera una relación, aunque nunca se cayeron del todo bien), Emmet, Alice y Jasper. Pero siempre tuve mejor relación con Edward... con él podía hablar de cualquier cosa y pensábamos igual. Y por supuesto, no podía faltar Alice como mi mejor amiga también, aunque a veces daban ganas de aplastarla con sus MUY imaginativas ideas. Con Emmet también siempre me llevé muy bien, pero al igual que con Jasper y Rosalie, teníamos una relación mas de hermanos normales, que se burlan y pelean por todo.
Todos ellos encontraron sus parejas, solo quedábamos Edward y yo.
Luego de varias décadas, dirigiéndonos hasta hace poco tiempo, mi hermano favorito conoció a una humana que le robó el corazón: Bella Swan. Desde que lo vi tan feliz y noté que sus ojos habían adquirido un brillo especial jamás visto, supe que era la indicada para él, y sigo sosteniendo firmemente esa teoría.
Aún recuerdo el día en que la conocí, mi hermano la llevó a casa y yo ya los estaba esperando al pie de las escaleras de entrada a la casa.

*Flashback*
-Bella, ella es mi hermana, Matilda- me presentó mi hermano con una sonrisa, no pude evitar estar que rebalsaba de alegría y Edward lo notaba puesto que podía leer mi mente, aunque eso a veces me molestara un poco.
-Hola Bella!- la abracé- No sabes lo feliz que estoy de verte! Eres como me imaginaba, ya verás que nos llevaremos muy bien, seremos grandes amigas.
-Hola!- me saludó ella confundida, creo que la incomodó mi efusividad momentánea -Que gusto me da conocerte, Edward me ha hablado mucho de ti- continuó.
-Claro, como no iba a hablar de su hermana preferida- añadí riendo.
-Y la más pesada- respondió mi hermano burlón.
-Creo que te confundes con Alice- todos continuamos riendo.
-Me llamaban?- llegó Alice con Jasper tomado de su mano y con una radiante sonrisa.
*Fin flashback*

Desde ese momento con Bella nos llevamos fantástico, se convirtió en mi mejor amiga, aún cuando es un total imán de peligros, en solo un par de meses pasamos un montón de cosas.
Todavía recuerdo el día que fuimos a jugar béisbol  al claro antes de que hubiera una tormenta y nos encontramos con James y su aquelarre, quien le intentó dar caza y consecuentemente lo tuvimos que matar.
También me dolió mucho lo que tuvimos que hacer hace un par de meses a petición de Edward por lo ocurrido en el cumpleaños de ella, abandonarla. Durante unos meses nos fuimos de Forks y nos separamos, Edward solo me dejó a mi para acompañarlo, y me devastaba verlo así; ni siquiera sabía lo que hacía, y parecía romperse a cada segundo.

*Flashback*
-Edward, ya no puedes más estar así- le dije ya harta de verlo sufrir tanto, me dolía demasiado.
-Ayúdame, Mat, ayúdame a olvidarla tan solo unos segundos- me suplicó acercándose a mi. No supe sus intenciones hasta que se acercó a una muy corta distancia de donde estaba.
-Ed, debes oírme, no puedes hacerte esto, ni siquiera es sano! Ambos sabemos que Bella y tú se aman- pero el me ignoró y se siguió acercando hasta tomarme el rostro entre sus manos. La desesperación me invadió, no podía besarme, quedaría como una marca para mi que mi primer beso sea con quien siempre consideré mi hermano.
-Edward no te hagas esto, sabes que me quieres como a una hermana menor y también puedes leer en mi mente como yo te veo y siempre te vi: como un hermano- cuando sus labios ya estaba a menos de dos centímentros de los míos recapacitó y se alejó dándome la espalda.
-Lo siento, puedes irte si gustas-me dijo totalmente arrepentido.
-Te entiendo-le respondí -y no estoy enojada contigo, jamás podría estarlo así que me quedo-
Pero unos días después iría con Rosalie, quien me contaría sobre la visión de Alice, y me partiría el corazón saber que Edward planeaba que los Vulturis lo matasen.

Y gracias a Dios Bella estaba viva, y salvó a mi hermano, dejándome en deuda eterna con ella, nunca mejor dicho.

-Oh Dios mio! No me hagan esto jamás, no saben el susto que me han dado! Que haría sin ustedes?- Exclamé desesperada abrazando a Bella y Edward muchas veces.
*Fin flahsback*

Aún recuerdo la ocurrencia de Bella: una votación para decidir sobre su destino.

*Flashback*
-Me gustaría saber su opinión sobre mi futuro,-comenzó mi amiga -todos aquí saben que anhelo convertirme en una de ustedes por lo que decidí hacer una votación: si dicen que sí entonces apoyan mi decisión, y si dicen que no... pues lo contrario. La mayoría gana-
Todos votamos, mi voto ya no iba a afectar la decisión, por lo que dije:
-Bella, sabes que eres mi amiga y siempre te apoyaré, y aunque yo prefiero esta vida de la que antes tenía, tu caso es diferente. Tu puedes tener una vida feliz, y mis pensamientos hacia nuestra especie no son nada buenos y difieren completamente de los tuyos. Así que diré que no, yo ya te considero mi hermana y me da una alegría indescriptible ver a mi hermano tan feliz a tu lado, pero me sentiría egoísta al arrebatarte tu alma solo para que te quedes siempre conmigo. Y ya sé que mi voto no cambiará nada, y terminarás convirtiéndote en una de nosotros, pero al menos tendré la conciencia un poco más tranquila al saber que compartí mi opinión contigo. Sin embargo, supongo que la minoría perdió, así que seré un poco egoísta y diré que me alegro de que me tengas que aguantar por mucho, mucho tiempo más- finalizé.
*Fin flashback*

Pero mi discurso claramente no la hizo cambiar de opinión, sin embargo su imán para el peligro sigue siendo fuerte, y henos aquí y ahora, preparándonos junto a licántropos para enfrentar un ejército de neófitos que planea como uno de sus objetivos principales, matar a Bella.

No Eres un Monstruo - Seth Clearwater✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora