Capítulo 46

7.1K 592 35
                                    

Luego de pasar las puertas del Cementerio Oakwood, el más antiguo de Austin, y de buscar durante largos minutos las tumbas de mis padres, finalmente las encontramos.

- Sabía que aquí habían enterrado a mi madre, cuando todavía se llamaba Cementerio de la Ciudad, por lo que supuse que también estaría mi padre, pero jamás imaginé esto- confesé, sorprendida.

Frente a nosotros había tres tumbas. En la de la izquierda, aunque dificultosamente, se podía leer:

Matilda Felicity O'Conner

1870 - 1894

Amada esposa, hermana y madre, descansa en paz

En la del extremo derecho, en una tumba un poco más nueva, se leía con mayor claridad:

Charles Francis Lewis

1858 - 1913

Por siempre en la mente y el corazón del pueblo de Elgin, descansa en paz

Y justo en el centro, entre ambos, una tumba más pequeña rezaba:

Matilda Lewis

1894 - 1910

Nos dejaste demasiado pronto, pero ahora puedes descansar en paz

- Pero... dijiste que tu padre había dicho que estabas muerta.

- Nunca me imaginé que llegaría tan lejos con la mentira.

¿Había enterrado un cajón vacío? ¿Había llorado mi pérdida? ¿Se había arrepentido de condenar a una niña inocente durante toda su vida? Jamás lo sabría, y por eso debía dejarlo ir.

Llevaba demasiado tiempo cargando con todo aquello, y era mucho peso, incluso para un ser con una fuerza sobrenatural. No podía cargar el mundo sobre mis hombros, ya no.

- No muchos pueden decir que han visto su propia tumba, ¿eh?- reí con amargura, y luego tomé dos rosas blancas de una tumba vecina- Ni siquiera se leen los nombres con tantas flores, les hago un favor- comenté, casi como una forma de asegurarme a mi misma de que no estaba haciendo nada malo.

Primero dejé una en la tumba de mi madre, quedándome unos segundos agachada viendo su nombre grabado en la piedra. Si no hubiera muerto aquella noche, todo podría haber sido diferente. Tal vez mi padre no me hubiera odiado y enviado a un psiquiátrico. Tal vez no hubiera crecido sintiéndome un monstruo.

O quizá sí. Quizá ambos hubieran pensado que habían creado un monstruo que resultaba un peligro hasta para sí misma. Quizá me hubieran odiado de todas formas.

Con aquellos pensamientos ocasionando una tormenta en mi mente, me levanté. Observé la rosa que aún quedaba en mi mano, dubitativa. Aquella sería la parte más difícil.

Avancé a paso lento hasta la tumba de mi padre, recordando.

Recordando la primera vez que me contó sobre mi madre.

Recordando la primera vez que me echó la culpa por su muerte.

Recordando la vez en que había vuelto tarde a casa con una botella de alcohol en la mano y se había arrodillado frente a mí, llorando desconsoladamente porque había perdido a la persona que más quería en el mundo, y en su lugar le había quedado una carga a la que ni siquiera reconocía.

Recordando la vez en que lo esperé fuera de la fábrica durante horas, pero cuando salió pasó por mi lado sin siquiera dirigirme la mirada.

Recordando la primera vez que me había llamado monstruo, luego de provocar que su silla levitara con él encima.

Recordando la vez que me había contado la maravillosa mujer que era mi madre.

Recordando la vez que me había llevado a Belfast a conocer a su familia.

Recordando las noches en que lloraba preguntándome por qué. Por qué me odiaba. Por qué pensaba que era un monstruo. Por qué decía que había asesinado a mi madre. Por qué me había abandonado. Por qué todos lo hacían.

Recordando el día en que me había dejado en el psiquiátrico. Y la noche más larga de mi vida.

Recordando los años que pasé esperando que me fuera a visitar, y decepcionándome cada vez más.

Recordando todo lo que había pasado por el hombre que nunca había logrado amarme.

Y avancé lentamente hacia su tumba. Ahora no parecía intimidante. Ahora era un cadáver enterrado dos metros bajo tierra, y ya no pertenecía a este mundo.

Pero yo sí, y debía seguir viviendo.

Me agaché frente a su lápida, y dejé la última rosa blanca sobre la tierra.

¿Se había arrepentido? ¿Había cargado con la culpa de alejar a la única persona dispuesta a amarlo, a pesar de todo, hasta el punto en que ya no podría regresar junto a él?

Clive, mi primo, jamás me lo había dicho. Pero de cualquier forma, ahora estaba preparada.

- Está bien, papá. Te entiendo, y ya pasó.

Hice una pausa mientras me levantaba con tanta suavidad que parecía que casi no me movía nada. Y miré aquellas tres tumbas en el mar de lápidas que era aquel cementerio, juntando fuerzas para pronunciar las palabras que había esperado poder decir desde hacía más de un siglo.

- Te perdono, y te dejo ir. Los dejo ir a los tres- susurré.

Y tomando la mano de Seth, caminé hacia la salida frente a la atenta mirada del chico que me había cambiado la vida.

Ya no había nada que hacer en aquel lugar. Había dejado aquella inaguantable carga en la tumba con mi nombre.

Y me había perdonado.

-------------------------------------------------------

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que muy bien❣

Es muy fuerte decirlo pero... ya está, acá está el final de "No Eres un Monstruo". Realmente espero que les haya gustado, porque para mí fue muy emotivo escribirlo. Siento que esta novela más que ser un romance entre Matilda y Seth es la historia de cómo un personaje tan luminoso y noble como Seth, a través del amor, puede ayudar a alguien tan llena de dolor como Matilda. Matt se sentía un mounstro, y lo que siempre quise hacer fue mostrar el proceso que tuvo que atravesar, intentando desatar ese nudo de problemas y emociones hasta dar con la causa y finalmente poder dejarla ir y empezar una nueva vida ya sin estar atada a esa gran carga emocional. Por eso es que sentí que el final debía ser así, con Matilda volviendo por primera vez al lugar al que siempre tuvo miedo de ir para enfrentarse de una vez por todas a lo que inició todo y poder superarlo de forma definitiva. Y por supuesto, Seth, que estuvo a su lado en todo el proceso, tenía que acompañarla. Siéntanse libres de darme su propia opinión🤗. Además, cualquier crítica, siempre que sea constructiva, va a ser más que aceptada y agradecida🥰.

Por otro lado, les quería agradecer por todo: por haberle dado una oportunidad a la historia (por cierto, "No Eres un Monstruo" ya tiene más de 70k leídas🤩🤩🤩 ajsidnadiabadinda no lo puedo creer❤); por haber reído, llorado, sonreído e insultado con los personajes; por haber acompañado a Matilda en todo su proceso; por haberse enamorado junto a Matilda de Seth; por haberme ayudado y dado su opinión siempre que lo pedí (y cuando no, también); por haberme dejado comentarios hermosos que siempre me alegraron los días; por haberme acompañado y ayudado a mi también en mi propio proceso y crecimiento. En fin, gracias infinitas por todo💗.

Espero que esta historia les haya dejado algo bueno, porque entonces voy a sentir que mi trabajo aquí finalmente ha terminado 😅. Pero bueno, todavía nos queda un poquito más de la historia de Seth y Matilda, así que no es momento de despedidas. Nos vemos el miércoles con el epílogo y la carta de la autora🤭. L@s quiero❣

¡Cuídense mucho!

- Ayria💫

No Eres un Monstruo - Seth Clearwater✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora