Carta de la autora

6K 408 79
                                    

Hoy es técnicamente 25 de julio de 2020, y estoy escribiendo esto a las 2:20 de la madrugada. Publiqué el primer capítulo de esta historia hace más de cuatro años (21 de junio de 2016), y nunca imaginé que la acabaría tanto tiempo después. Les advierto que esta carta va a ser extremadamente íntima y emocional, así que si quieren pueden ignorarla (de hecho, yo ya tengo lágrimas en los ojos), pero yo siento que a través de esta plataforma hay gente que ya me conoce y me transmite tanto amor que necesitaba hacer esto.

Esta historia representa mucho más para mi de lo que se pueden imaginar. Es la primera novela que escribo de principio a fin, y aunque con huecos en el medio, es en realidad con la que más consistencia tuve. Con esta historia aprendí lo importante que es para mí la escritura, y que hay gente "allá afuera" a las que le puede gustar eso que escribo. Y también aprendí mucho en mi vida.

Como les dije en varias oportunidades, Matilda y su proceso están basados en parte en mí y en el lugar al que espero llegar. Siento que crecí junto con ella tanto en edad (cuando empecé a escribir esta historia tenía catorce, y ahora tengo dieciocho), como en experiencias. Cambié mis gustos (hasta el punto en que no me sentía tan animada para escribir un fanfic de Crepúsculo cuando ya no me gustaba tanto como antes) y cambié yo. Y tal vez acá viene la parte más dura de escribir.

Hubo un tiempo muy largo en que dejé de escribir, uno en el que me limité a decir que estaba demasiado ocupada o tenía problemas personales y por eso no subía nuevos capítulos, porque ni se me ocurría contarles a gente que no conocía lo que realmente estaba pasando. Y con esto no pretendo dar lástima, sino contar un poco lo que pasé y la razón por la que tuve esta historia abandonada un tiempo, porque siento que aún les debo una explicación.

Se podría decir que todo empezó en 2016, el mismo año que empecé a escribir esta historia. Siempre fui una persona reservada, que se guarda sus sentimientos para no lastimar a las personas que le importan, y creo que ese siempre fue uno de mis mayores defectos. Porque cuando a eso se le suma una infancia poco afortunada, una constante búsqueda de defectos propios y la muerte de seres queridos, digamos que no es una buena combinación. Y la verdad es que caí en depresión. A pesar del bullying que había sufrido en mi infancia yo siempre había sido una niña muy feliz, que se reía por todo, y de repente había dejado de reír, había dejado de hablar, e iba a todos lados con mis auriculares puestos y pensamientos negativos torturándome constantemente. No quiero entrar en detalles porque no sé qué es lo que cada un@ de ustedes puede estar pasando en lo personal, pero llegué al punto en que sentía tanto odio hacia mi misma que lastimarme físicamente y las ideas suicidas eran constantes en mi día a día.

No es algo lindo de vivir, y no es algo de lo que se pueda volver fácilmente, pero por un momento, ya en 2017, creí que podía volver a ser feliz, si en algún momento lo había sido. Ahí fue cuando más obstáculos aparecieron, porque yo no era la única con problemas de salud mental en mi familia, y aquello a veces resultaba insostenible. Y me volví a encerrar en mi caparazón, uno tan impenetrable que mi mente, como un mecanismo de defensa, me hizo dejar de sentir. Es muy difícil de explicar o entender si nunca lo viviste, pero básicamente sentía como si mi cabeza se cerrara, como si creara una barrera de protección entre el mundo y yo porque sabía que si me dejaba sentir no podría controlarlo. Pero entonces, cada tanto, aquella barrera se tenía que abrir y ahí es cuando venían episodios de puro dolor en los cuales lo único que podía hacer era llorar, y llorar, y llorar y odiarme. Y al día siguiente, nuevamente me despertaba con las barreras arriba y sin ninguna emoción potente. De esa forma seguí durante un año más, y recién hace poco supe que aquellos episodios que había tenido (y cada tanto, aunque más suaves y controlados, sigo teniendo) eran ataques de ansiedad. Pero no nos adelantemos.

A fines de 2018 comenzó lo que después cambiaría mi vida. Y aunque cuanto más lo pienso más antes parece que empezó todo, creo que aquella es una buena fecha de inicio, porque ahí inició, realmente, mi trastorno alimenticio. No quiero entrar en detalles, así que sólo diré que la falsa idea de control me hizo hacer cosas de las que no estoy orgullosa (ni nunca lo estuve), hasta que la gente a mi alrededor lo empezó a notar. Y prometí, engañándome a mi misma, que volvería a comer. Y, debo decir, lo hice, pero un viaje alborotó todo y caí de nuevo. Caí a lo más profundo y cuando volví a mi casa después de un par de semanas me encontré con que no era capaz de comer en lo absoluto. De repente me vi sentada frente a una manzana con un nuevo ataque de ansiedad porque me aterrorizaba la idea de consumir "todas las calorías" que tenía aquella fruta, y que eran quizá la cantidad que había estado consumiendo en todo un día. Comer dolía, tanto mental como físicamente. Pero no pedí ayuda, y aquel fue mi error. Sin embargo, tengo la fortuna de estar rodeada de una familia y un grupo de amigos que se preocupan por mí, y fueron ellos quienes hicieron que me diera cuenta de que necesitaba ayuda, que no podía con aquello sola.

Desde hace aproximadamente un año hago terapia y tomo una pastilla antes del almuerzo y la cena porque perdí la capacidad de sentir hambre. Desde hace un año lucho contra la depresión que nunca había logrado vencer realmente, contra la ansiedad que a veces termina en ataques y nuevos pensamientos suicidas, y contra la anorexia y el trastorno por atracón que desarrollé más tarde. Desde hace un año intento, tal vez por millonésima vez en mis pocos años de vida, ser feliz. Y tal vez no lo parezca, pero esos sentimientos y ese proceso es el que siempre intenté reflejar en Matilda.

Como Matilda, yo también estoy aprendiendo a vivir conmigo misma, intentando ser feliz. Y no es fácil, pero nadie dijo que lo sería. Como ella, también yo tuve mis recaídas, cada una a nuestra manera, pero a veces la vida simplemente es así. A veces sentimos que avanzamos cinco pasos para retroceder diez, pero lo importante es intentar seguir avanzando.

Seth y los Cullen representan para Matilda lo que mi familia y amigos son para mi. Son ellos los que me apoyaron, me hicieron dar cuenta de que necesitaba ayuda, y caminaron a mi lado sosteniendo mi mano en todo el proceso. Son ellos por los que empecé esta lucha, y con suerte, al igual que Matt, será por mi misma por la que la voy a terminar, victoriosa.

No quiero que con esto parezca que lo único que viví estos años fueron problemas. Puedo recordar también momentos hermosos y sueños cumplidos que tal vez no disfruté tanto como podría haberlo hecho si hubiera estado en otra posición, pero aún así los recuerdo con alegría. Siempre hay luz, y a veces parece que nos concentramos tanto en la oscuridad que nos olvidamos de prestarle atención, pero siempre está. Y puede parecer chiquita, pero cuanto más la mires y la alimentes, más va a crecer.

Todavía no puedo decir que soy completamente feliz, ni que vencí todos los desafíos, y creo que la pandemia que estamos viviendo tampoco ayuda mucho a nadie, pero estoy trabajando en eso, y, en general, definitivamente estoy en un mejor lugar que hace uno, dos, tres, o cuatro años atrás. Tener ayuda de un psicólogo, y el amor y apoyo de mis allegados, definitivamente hizo para mi la diferencia, así que les pido que si están pasando por alguna situación un poco difícil, pidan ayuda. Acérquense a algún familiar, al servicio que tenga su escuela o universidad, a lo que sea, pero busquen ayuda. Tomen esto como la señal que necesitan para hacerlo, porque valen mucho. Su existencia es demasiado improbable para que el universo no l@s haya creado con una razón. Son personas muy hermosas, nunca olviden eso. Y por lo mismo, yo siempre actualizo mis mensajes en Wattpad para saber si alguien me mandó algo. No sientan vergüenza ni nada por el estilo porque, como yo estoy abriéndome de esta forma en esta carta, ustedes siempre lo pueden hacer por un mensaje privado en esta plataforma que puede traer mucho bien. No importa cuándo estén leyendo esto, si en 2020 o en 2025, mientras tenga Wattpad siempre voy a estar disponible y con los brazos bien abiertos para recibirl@s. Nunca l@s voy a juzgar, y siempre que pueda los voy a ayudar. Por favor, ténganlo en cuenta.

Quiero que sepan que son muy importantes para mi. En circunstancias así muchas veces es difícil encontrar motivación para hacer tareas simples, y mucho más para cosas como escribir (aún cuando es mi gran pasión). Pero al ver que algo que yo escribía desde mi casa llegaba a tanta gente y les gustaba lo suficiente como para dejar un voto, uno o más comentarios de apoyo y amor, y esperar con ansias el domingo siguiente para leer más... simplemente me llena el corazón de una forma inexplicable. Gracias, porque ustedes también fueron, sin saberlo, parte de quienes me ayudaron a salir adelante. Sé que no l@s conozco personalmente, pero l@s quiero como si lo hiciera, porque me acompañaron y me regalaron mucho amor en momentos buenos y malos durante los últimos cuatro años.

Definitivamente es raro estar escribiendo esto sabiendo que es una despedida. Voy a extrañarl@s de sobremanera, así que espero que me sigan hablando tanto por comentarios como por mensajes privados, contándome de sus vidas, de sus gustos, de sus historias, y compartiendo una vez más un momento junt@s. Me siento como si estuviera terminando la secundaria una vez más, pero como Matt, creo que es momento de dejar ir esta historia. Comenzó en un momento oscuro de mi vida, y termina en uno con mucha más esperanza, así que creo que es un buen momento para cerrar esta etapa. Voy a extrañar escribir a Matilda y a todos los personajes de esta historia, pero sé que van a seguir formando parte de mí durante toda mi vida, al igual que ustedes.

Gracias por compartir estos años de mi vida. Gracias por acompañarnos a Matilda y a mi en este camino.

Hasta siempre.

- Ayria💫
(25/07/2020 - 3:50a.m.)

No Eres un Monstruo - Seth Clearwater✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora