Capítulo 41

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Aquella, la séptima muerte, terminó con mi juicio, y tuve la inmediata certeza de que aquel hecho había acabado con la poca cordura que me quedaba. Y volvió el huracán.

Mis ojos se depositaron en Aro, quien luchaba contra Alice y Bella, mientras Seth acababa con otro vampiros a unos metros de ellos.

Dos vampiros vinieron corriendo hacia mí en direcciones opuestas, y mientras le asestaba un golpe al de mi derecha, inmovilicé y volví cenizas con mi poder al de la izquierda. Cuando el de mi derecha se levantó, me tomó del cuello y me levantó mientras otro vampiro de unía a la pelea. Pero yo no me resistí. Vi la expresión de dolor en la cara del vampiro que estaba frente a mí mientras lo despedazaba con mi poder, y al darme vuelta para enfrentar al otro me di cuenta de que ya lo había reducido a un montón de polvo en el suelo.

Y lo sentí. El sonido había venido desde tan lejos, y había sido tan leve, que fácilmente debería haber sido opacado por el ruido de la guerra. Sin embargo, resonó en mi cabeza y en mi corazón como una marcha fúnebre. Los latidos del lobo cesaron, y mi mundo se derrumbó. El hilo que me ataba a este mundo se cortó, y todo lo que creía de mí y del universo, lo que me hacía pensar en un futuro, lo que le había dado sentido a mi existencia se desvaneció. No dejó en mí la esperable pregunta de por qué seguir existiendo, la necesaria incertidumbre al ver el partido de ajedrez que el bien jugaba contra el mal para decidir mi destino. De hecho, no dejó nada; pasó lenta y rápidamente al mismo tiempo, y barrió todo sentimiento, todo pensamiento, todo deseo que pudiera haber existido jamás en mí. Me dejó tan vacía como alguien puede estarlo.

Seth estaba muerto.

Y esa fue la octava muerte. La muerte que me convirtió en un monstruo.

No sentía mi cuerpo, no sentía mi mente, no sentía nada. Apenas entendía lo que estaba sucediendo. Porque de repente, no era yo la que le daba órdenes a mi cuerpo, yo me había convertido en una simple marioneta, un objeto inanimado atado con cuerdas a un cruel titiritero con sed de sangre. Y eso es lo que obtuvo.

Cuando me di cuenta, la batalla se había detenido, y todos, absolutamente todos, estaban observándome. El cielo se oscureció y una sombra comenzó a acercarse hacia nosotros en todas las direcciones. De repente yo me encontraba varios metros sobre el suelo, y ya no registraba bien nada de lo que pasaba.

- ¡Matilda, contrólalo! ¡Lo he visto, puedes controlarlo!- escuché los gritos de Alice.

Mentiras.

Las sombras continuaron acercándose, y aunque hacía un instante me parecía que se movían lentamente, ya habían llegado a los vampiros de la periferia. Y en cuanto los tocaron, éstos se convirtieron en polvo.

Aquella oscuridad continuó encerrándonos, y aunque todos comenzaron a correr al centro del círculo que parecía formar, eventualmente los alcanzó y desvaneció al instante. Vampiros de la Guardia, licántropos, tribus amigas, todos.

- ¡Matilda!- oí gritar una última vez a Bella y Alice antes de que aquella sombra las destruyera por completo.

¿Por qué gritaban mi nombre? Yo ya no era nada. Le había cedido el mando a aquella otra parte de mí, a la que siempre le había temido, pero a la que ahora abrazaba. El monstruo.

Y cuando me di cuenta, sólo quedábamos dos vampiros en aquel claro. Dirigí mi mirada a Aro, pero tampoco sentí nada al ver su rostro deformado por una extraña combinación de fascinación y horror. Aro, quien había matado a mi padre, quien me había dado la oportunidad de comenzar a vivir justo antes de morir. Aro, quien había asesinado a Seth, quien me había arrebatado a la persona que me había mostrado que se podía vivir una vida sin limitarse a existir. Aro, quien había acabado con todo. Y ahora yo había acabado con él.

Pero la sombra no se detuvo. A pesar de haber destruido a todos, aún cuando la única que quedaba en aquel frío y oscuro claro era yo, la sombra siguió avanzando.

Sin ningún sentimiento, vi cómo la piel de mi brazo se agrietaba, cómo mis dedos se convertían en polvo, cómo todo mi cuerpo lo hacía. Dirigí mi vista al cielo, donde un único rayo de luz, el único en aquel lugar, caía sobre mí, haciéndose cada vez más débil, hasta que desapareció por completo.

Y abracé la oscuridad.

Todas esas cosas que te dicen que verás al morir, todo aquello es una gran mentira. No vi a mi padre humano, ni sentí que volvía a nacer. No vi a Carlisle convirtiéndome, ni a Edward, ni a Renesmee. No vi a nadie, ni siquiera a Seth. Siempre había fantaseado con la idea de tener un alma, con la esperanza de, al momento de mi muerte, ir al Cielo. Llegué a estar segura de que allí encontraría a Seth, y juntos pasaríamos la eternidad en un lugar en el que ya no seríamos el opuesto del otro, un lugar donde no existieran las diferencias. Pero nada de eso ocurrió. Cuando la oscuridad me engulló, simplemente desaparecí, y conmigo todo rastro de mi existencia. Ya no existía la noche anterior, los besos de Seth, los abrazos de Edward, los comentarios de Emmett, los problemas de Bella, las visiones de Alice, los trucos de Jasper, las charlas con Rosalie, los recuerdos de Renesmee, las sonrisas de mis padres, nada. Ya no existían los sentimientos que alguna vez me habían resultado insoportables, que alguna vez me habían hecho sentir que había perdido la cabeza.

Cuando las sombras me consumieron, la luz nuevamente iluminó el claro. Pero ya no había nadie en él. El claro estaba tan vacío como algo podía estarlo, como yo había estado, quizá, alguna vez.

El monstruo se había llevado todo.

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¡Hola! ¿Cómo están? Espero que súper bien🥰.

No voy a decir nada respecto a este capítulo. Simplemente me voy a limitar a leer sus comentarios y decirles que el viernes voy a subir el epílogo. Espero que no me odien demasiado😬.

Lo que sí les quería comentar es que finalmente decidí quién va a "darle vida" a Matilda: la bellísima Danielle Rose Russell. Fue una de las tres chicas más elegidas y siento que es la que más me serviría para las ideas que tengo en mente, así que, si quieren, ya pueden ponerle cara a nuestra protagonista❤.

Ahora sí me despido. Espero que, a pesar de no ser un final feliz, les haya gustado este capítulo, y me gustaría saber su opinión y si se lo esperaban🙊. ¡Nos vemos el viernes! L@s quiero❣

¡Cuídense mucho!

- Ayria💫

No Eres un Monstruo - Seth Clearwater✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora