Capítulo 43

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El día de la batalla estuvo lleno de festejos, pero cuando el sol se asomó una vez más a la mañana siguiente, todos supimos que la hora en que nuestros caminos se separarían había llegado. Y en aquel escenario matutino, quedaba claro que al haber pasado tanto tiempo juntos, y al haber estado dispuestos a luchar lado a lado, varios grupos, amistades y relaciones se habían formado.

- Deben venir a visitarnos- nos dijo Benjamin a Seth y a mi cuando nos despedíamos.

- Con gusto- le sonreí.

- Y ustedes vengan alguna vez. No alcancé a mostrarles las playas de La Push- comentó Seth.

- Lo haremos- contestaron Tia y él, saludándonos con la mano una última vez antes de dirigirse hacia Amun y Kebi, y desaparecer junto a ellos.

Al ver a mi alrededor, noté que ya varios grupos más se habían ido. Jasper estaba despidiéndose de Peter y Charlotte, sus viejos amigos, mientras Senna y Zafrina hacían lo propio con Renesmee, Rosalie y Emmett. Una sonrisa se formó en mi rostro al ver la maternal expresión en el rostro de mi hermana mientras observaba a Nessie, e internamente agradecí poder verla así.

- He oído que pasarás unos días con el clan Denali...- comenté al sentir la presencia de Camille, la muchacha mitad humana mitad vampiro, a mi lado.

- Has oído bien- contestó, intentando inútilmente contener la sonrisa que asomaba en su rostro.

El día anterior, cuando el sol aún estaba en lo alto del cielo, me había acercado a los recién llegados para conocerlos un poco más, y de inmediato me di cuenta de que eran la clase de personas que querrías tener cerca siempre.

Huilen tenía el mismo aire maternal que Rose, y lo único que salían de su boca eran palabras de apoyo y profundo amor, especialmente hacia sus sobrinos.

Nahuel, el único muchacho, se había llevado de maravilla con Seth, y aunque al principio parecía un tanto serio, pronto te dabas cuenta de que aquel sólo era su instinto protector, y en él podías hallar un chico dulce y divertido.

Y Camille, con un poder envidiable, era con quien mejor me había llevado. La chica era terriblemente simpática y encantadora, y bastaba hablar unos minutos con ella para darte cuenta que era una mujer apasionada e independiente, que no dudaba dos veces antes de hacer lo correcto. Ella podía controlar los estados y emociones de cualquier criatura, logrando incluso poner en un trance similar al sueño a los vampiros. Y desde que lo había intentado en mí, un intenso sentimiento de afecto y apego a la chica había crecido en mí. 

Y también, cabía decirlo, aquel sentimiento había nacido en Tanya, quien no podía disimular su fascinación hacia ella lo suficiente. Sin embargo, también era notable el hecho de que Camille disfrutaba cada minuto de aquella repentina admiración, lanzándole comentarios coquetos y poco discretos que no pasaban desapercibidos y que, a pesar de las horribles circunstancias en que se encontraba su clan, lograban sacarle una sonrisa a la rubia.

- No lo puedo creer. Mis primas vinieron solas y ahora se van con dos vampiros más- hablé con falsa indignación-. O bueno, uno y medio- bromeé.

Ella rodó los ojos, lo que me hizo sonreír. Edward me había dicho que Camille le recordaba un poco a mí.

- Sólo iré a ayudarlos. Mi don puede ser especialmente útil en tiempos así.

- Sí, claro. ¿Todo por el bien común, no?

- Exacto. Por el bien de todo el clan.

- No sólo de Tanya- comenté en tono de burla.

Ella me fulminó con la mirada, haciéndome reír.

No Eres un Monstruo - Seth Clearwater✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora