Parte 2 APRENDIENDO MODALES

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Llegamos a destino, pero cuando mi papá me dijo que ésta era la casa yo no pude ocultar mi asombro.

-¿Estás seguro?- dije aún sorprendida mientras bajaba del auto

No podía  creer que ésta fuera la casa del jefe de mi papá, era muy notable de que poseía una gran cantidad de dinero. La casa tenía rejas negras que daban a la calle, adentro era todo un terreno verdoso, adelante había una gran pileta de piedras, con algunas reposeras de tela Italiana o eso me dijo mi mamá, palmeras a los costados, había un garaje y luego estaba la casa hecha de piedras. En la fachada tenía una puerta de vidrio y una escalera de madera para acceder a ella.

-Si hija, ¿Porqué lo preguntas?-

-Es que... es muy, nose- dije quedándome sin palabras

-Jaz, es un hombre con mucho dinero, esta casa no es nada a comparación de las otras cuatro-

-¡¿La otras cuatro?!- contesté sin poder creerlo

-Si- dijo él y sin más entramos

Adentro había mucha gente, todos vestidos muy elegantes, señores de traje y mujeres con vestidos despampanantes. Con mis padres nos aceramos a un matrimonio que claramente eran los dueños de casa.

-Richard esta es mi familia- dijo mi padre mientras le estrechaba la mano al hombre de traje

-Oh! Un gusto señora- dijo éste dándole la mano a mi madre

-Un gusto señor Morrison- dijo mi madre sonriendo

-Ella es mi hija Jazmín, la más chica- dijo mi papá orgullosamente

-Un gusto señorita, es muy bella, por cierto- dijo éste mientras me estrechaba la mano 

-Un gusto Richard y gracias- contesté sonriendo

-Ella es mi esposa Annabell- dijo el hombre mientras ella nos saludaba educadamente 

-¿Tienen hijos? - preguntó mi madre curiosamente

-Si, tenemos dos hijos barones, Tobias y Nestor- comentó el señor Morrison

-¡Ya mismo los voy a buscar para que los conozcan!- dijo Annabell


Mientras tanto, yo no dejaba de curiosear, la casa realmente era hermosa.

-Ma, voy un rato a fuera ¿si?- 

-Bueno hija, pero no tardes mucho-

-Bueno- dije y sin más salí de allí

Decidí llamar a Soledad para contarle en dónde me encontraba. Saqué mi celular de la cartera y marqué el número de memoria.

-Jaz!- dijo mi amiga desde la otro línea  

-¡Amiga! ¡No sabés el pedazo de mansión que tiene el jefe de mi papá!- dije saltando de la emoción

-Que envidia! Me encantaría estar ahí con vos-

-Huyy sii!, pero bueno igualmente estoy muy aburrida-

-Mmm... buscate algún muchachito guapo y listo!-

-Hay nena no cambias más vos!-

-Obvio que no!-

-Bueno, te dejo que ya tengo que entrar-

-Dale, dale. Después me contás todo, besote-

-Chau beso!-


Guardé el cel y cuando estuve a punto de darme vuelta mis ojos se encontraron con alguien, y creo que era con la última persona que en el día de hoy me quería cruzar. El creído nuevamente, este se acercaba a mí, sinceramente era la última persona en todo el maldito universo a la cual quería ver.

-Hola torpe- dijo él una vez que me tuvo en frente

-Hola- contesté sin ganas, el odio que irradiaban mis ojos era visible desde kilómetros

-¿Querés?- dijo mostrándome un vaso con un liquido azul en él

-No, no tomo. Gracias- dije cortante

La tensión que había en el aire era muy evidente

-Y... ¿qué haces acá?- dije sin interés realmente 

-Es mi casa- contestó sin más 

Mis ojos se abrieron casi saliéndose de las órbitas, no lo podía creer!, entonces el debía ser Tobías o Néstor. DIOS SANTO! lo único que me faltaba, que el jefe de mi papá tuviera a éste zoquete de hijo.

-Ey!- dijo mirándome preocupadamente 

-¿Qué?-

-¿Y, vos qué haces acá en mi casa?- dijo seriamente 

-Al parecer, tu papá es el jefe del mío y me obligaron a venir a tu estúpida fiesta-

-Mmm... ya veo, esto va a ser muy divertido- comentó mientras entre cerraba esos ojos oscuros que tenía y mostraba una fina sonrisa

-¡Simplemente no me jodas y todo va a estar más que bien!- di media vuelta y me perdí entre la gente

No iba a permitir que este espécimen me arruinara la noche.


¿Por qué te cruzaste en mi vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora