¿Por qué te cruzaste en mi vida?

Parte 3 ¿TREGUA?

Tob, estába entretenidamente relatándome sus aventuras, cuándo de la nada...

-¡¡TODOS AL PISO!!- gritó un hombre, que entró corriendo al bar con cinco muchachos más, todos armados

Los gritos eran impresionantes, Tobías en seguida me agarró del brazo y juntos nos tiramos debajo de la barra. Los hombres comenzaron a vaciar la caja registradora.

Yo, temblaba de una manera brutal, tenía mucho miedo, algo en mi pecho subía y bajaba de manera totalmente desconocida para mí, los ojos me ardían por las lágrimas retenidas. Tob no me soltaba, y aunque lo quisiera disimular, él, estaba en el mismo estado que yo.

De repente, siento que otro brazo me toma de la cintura y me elevaba por el aire.

-¡¡Tobías!!- grité, un ladrón, me había sujetado por la cintura y me llevaba con él

 Mi cuerpo, no dejaba de temblar, pataleaba, gritaba, me movía desquiciadamente, pero nada. En eso, puedo ver, que Morrison estaba peleando, mano a mano, con uno de los mal vivientes. Le sangraba la nariz y la comisura de la boca. ¡LO IBAN A MATAR!. Aunque debo aclarar, que Morrison, peleaba demasiado bien.

El hombre que me tenía apresada, comenzó a querer llevarme a fuera del lugar, pero yo, logré morderle el brazo y salí corriendo. Él, fue más rápido y logró tomarme la pierna, comenzó a arrastrarme hacia afuera, mientras yo no dejaba de patalear y gritar.

-¡AYUDA, POR FAVOR!-

Toda la gente, yacía en el suelo inmóvil. Miro para dónde estaba Tob hace unos minutos, pero no lo encuentro.

-¡JAZ!-

Esa voz. Morrison se había abalanzado sobre el hombre. Logré zafarme del agarre, pero lamentablemente, un disparo sonó.

Los ladrones se fueron, la policía no tardó en aparecer. Me dirigí hacia dónde estaba Tobías. Yacía en el suelo, el disparo, había impactado en su pierna izquierda, la cual no dejaba de sangrar.

En seguida llegó la ambulancia, lo subieron a la camilla y se lo llevaron.

-Doctor, ¿pue...do i...r con él?- dije todavía temblando

-Si, por favor acompáñeme. Usted, ¿está bien señorita?-

-Si... no me hicieron nada-

-Muy bien, venga conmigo-

Subí a la camioneta. Tobías estaba inconsciente. Tenía algunos ematomas, formándose en su rostro. Tomé su mano y respiré hondo.

-Todo va a estar bien- susurré

No obtuve repuesta alguna.

Una vez que llegamos al hospital, los médicos me dijeron, que le harían una cirugía para sacarle la bala. Mientras tanto, yo, esperaba sentada en los cómodos sillones de afuera.

Tomé la decisión de avisarle a la familia de Tob, me pareció lo correcto. No tardaron en llegar, su madre, junto al señor Morrison entraron corriendo.

-¡Jazmín querida!- dijo Anabbell mientras me abrazaba

-¿Qué fue lo que pasó?- preguntó su esposo

-Estábamos en el bar, cuando de la nada entraron a robar. Me agarraron y Tobías, al intentar salvarme... recibió un balazo en su pierna- dije mientras algunas lágrimas ,caían silenciosamente por mi mejilla

-¡Hay! ¡Dios santo!- gritó Anna

-¿Vos estás bien?- preguntó Richard

-Si, yo si. Estaba muy nerviosa, pero ahora estoy mejor-

-Cuánto me alegra que así sea, por lo menos, solo fue uno el herido- contestó Annabell amablemente

-Si, así es- dijo una voz razposa detrás de mi

Me di vuelta, y puede ver un chico de estatura media, ojos color celestes cielo, pelo negro como la noche, vestido con unos jeans, campera de jean azul y unas adidas. Tenía un cierto deje de despreocupación.

-Hola- me dijo este dándome un beso en mi mejilla

-Hola- contesté

-Jazmín, el es Néstor, nuestro hijo mayor- comentó Richard

-Oh! un gusto- dije

-Un placer, mi hermano, me habló bastante de vos-

No pude evitar sonrojarme al oír eso.

Pasaron horas, horas y horas, desde que Tob había entrado al quirófano. Nadie sabía nada, nadie nos decía nada. Yo, ya le había avisado a mi familia de que estaba bien, y, como era de esperarse, vinieron al instante.

-Familia de Tobías Morrison- dijo un médico que entró abruptamente en la sala

Todos nos levantamos al instante.

-¿Qué pasó?- dijo Annabell con la voz quebrada

-La operación ha sido exitosa, pero el joven perdió mucha sangre. Por lo tanto, no sabemos hasta cuándo estará inconsciente-.