Parte 3 ADMÍTELO

145 8 5
                                    


Entramos a mi casa en silencio, nadie, ningunos de los dos, dijimos palabra alguna. Me siguió hasta mi cuarto, entramos, dejé mis cosas sobre el escritorio, me senté en mi cama y comencé a peinar mi cabello. 

-No pensás decir nada- dije cortando el incómodo silencio

-Em... bueno, yo...- contestó nerviosamente

-Mira Tobías, no tengo toda la noche, además, ya es muy tarde-

-No sé que decirte, no sé-

-Bueno, si no sabés siquiera que decirme, lo mejor, es que, te vayas a tu casa, pienses bien lo que me quieras decir, y vuelvas-

-Jazmín, no es fácil para mí... pedir perdón- 

Ahí pude darme cuenta, que Morrison, no era un chico que pidiera disculpas normalmente. Esto iba a ser difícil.

-Por lo menos, lo admitís-dije intentando ser amable

-Si- dijo nerviosamente mientras rascaba su nuca

-Bueno, ¿tenés algún tipo de explicación, excusa o algo de eso?- comenté

-¿Estás dispuesta a escuchar?-

-Si- contesté seca

Se sentó al lado mío, cruzó sus piernas, tomó mis manos y prosiguió.

-Me gustas- dijo sin más

¡OH MY GOOD!

-Que forma de empezar tu disculpa- dije ocultando mi emoción

-Bueno, eso fue dificíl- dijo sonriendo

-Seguí- dije

-Muy bien, esa chica, no es alguien por quién tenés que preocuparte. Es, mi mejor amiga, vino hace unos días de Italia, para saludar a su familia y decidió, saludarme a mí también. No quiero que te enojes, es, solo eso. Una amiga-

-Es chiste, ¿no?- pregunté sin entender

-No, no. Es solo eso. Dije lo de los mimos, para hacerte un chiste, nada más que eso-

-Pero los chicos, dijeron que era tu ex-

-¡¿Qué?!-

-Eso, lo que escuchaste-

-No, no para nada. Los chicos te deben haber hecho un chiste, o algo por el estilo. Mi única ex es Katrina-

-Dios santo, no puedo creer que me enojé solo por esto- dije meneando mi cabeza de lado a lado

-Bueno, es entendible. Te gusto, y te pusiste celosa- dijo guiñando un ojo

-¿Quién te dijo que me gustás querido?- comenté divertida

-Tu mirada, nena-

Comenzó a acercarse peligrosamente a mi cara, su mirada fija en la mía. No puedo describirle la cantidad de emociones que recorrieron mi cuerpo. Acarició suavemente mi mejilla izquierda, puso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja, su nariz rozó la mía. Cerré mis ojos esperando que sus rosados labios, se fundieran junto a los míos, pero no sucedió. 

Alguien tocó la puerta de mi habitación e inmediatamente, se separo de mí. La magia se esfumó por completo.

-Hija, ¿todo en orden?- preguntó mi papá desde afuera

-Si pa, solo charlamos con Tobías-

-Bueno, no tarden en bajar-


Nos miramos a los ojos y comenzamos a reir.

-Tenían que cortar, justo el momento, en dónde iba a conseguir, un beso de mi chica- dijo Tob besando mi frente

-¿Tu chica?- dije mientras me levantaba de la cama

-Si enana, sos mi chica- dijo tomando mi mano

-Perdón, ¿pero desde cuándo lo soy?- 

-¿No te diste cuenta?-

-¿De qué?-

-Desde que nos chocamos, sos mía- 

Y si más, salimos de mi habitación.




¿Por qué te cruzaste en mi vida?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora