Entré nuevamente a la casa, empujando un poco de gente ya que me era imposible pasar.
Después de estar buscando por un largo rato, pude ver a mis padres charlando y tomando una copa junto a Richard y Annabell.
-Hola- dije tímidamente
-¡Señorita!, ¿cómo la está pasando?- preguntó amablemente Richard
-Muy bien, gracias- dije fingiendo una sonrisa
- Hija, si querés allá está la barra, andá y pedite algo- dijo mi padre amablemente, era consiente que me estaba volviendo un hongo del aburrimiento
-Si, gracias- dije y sin pensarlo me fuí
Yo no suelo tomar, no me gusta, pero seguramente tengan gaseosa o agua.
Me acerqué a la barra y llamé al señor que se encontraba atendiendo.
-¿Qué desea señorita?- preguntó el hombre canoso
-Una gaseosa por favor señor-
-¡En seguida!-
-¿Una gaseosa?, ¡es un chiste!- dijo una voz ronca detrás de mi
-¡Genial!, ¿no te dije que no me jodieras?- le dije al intruso
-Es mi casa princesa, hago lo que quiero-
-Como digas- contesté sin ganas
-Tome- dijo el barman extendiéndome la botella
Tomé mi bebida y salí lo más rápido de allí.
-Hey! No me dijiste tu nombre- dijo el chico mientras me tomaba de la muñeca y me daba vuelta
-No les doy información a los inútiles como vos- contesté soltándome del agarre
-Linda, no es mucha información, solo tu nombre-
-Bueno, me llamo Jazmín Filadelfo y tengo 16 años. ¿Algo más?-
-No princesa, nada más. Yo soy Tobías Morrison y tengo 19 años, un gusto-
-Mmm... un gusto, supongo- dije mientras estrechábamos nuestras manos
-Y dime, ¿qué hacías el otro día?-
-¿Cuándo?-
-El día que nos conocimos, bueno, más bien que me tiraste al suelo-
-Bueno, primero, no te tiré, nos chocamos y segundo estaba apurada, tenía que entregar un trabajo-
-Así que, ¿estás segura que no me tiraste? ¡mi encanto es muy atrapante, seguro que te embobaste con tanta belleza!-
-¡Por supuesto que no te tire idiota!- dije perdiendo los estribos
-¡La boquita querida!-
-¡Hay no jodas! ¡El que tiene que aprender modales acá sos vos!-
-No seas grosera princesita, que sino tus padres te van a regañar-
-Yo no soy grosera, el problema acá es que... ¡tan solo tu presencia me saca de quicio!-
-¿Te saco de quicio? mmm... perdón nena no fue mi intención-
No lo podía creer, realmente, ¡este chico me sacaba de mis casillas!. Y aunque no lo quiera, es demasiado lindo, ¡hay! ¿pero que digo?, por favor Jazmín, ¡controlate!.
-Mejor, me retiro- dije
No dejé ni que me contestara, porque en tan solo dos segundos ya estaba saliendo de esa casa. Anteriormente le avisé a mi papá que ya me iba. Pasé por el auto, saqué mi campera de ahí y me encamine rumbo a mi hogar.
Ya era muy tarde, serían cómo las dos de la mañana, pero no me importaba, ya no aguantaba más la presencia de Tobías. Las calles despobladas daban realmente escalofríos y el frío que hacía era inaguantable.
Mientras caminaba, a lo lejos, ví una luz, si, sin duda era una luz, se acercaba.Hasta que lo ví, una moto de carreras, color roja era manejada por el mismísimo torpe Morrison.
-¿Te llevo princesa?- dijo mientras estacionaba al lado mío
-No gracias, antes me corto una pierna- contesté mientras seguía caminando
-Vamos nena, no te hagas la dificíl, es muy tarde y es peligroso-
-Ya te dije que no-
-Vamos, no me hagas rogarte muñeca-
¡Oh dios! ese "muñeca" había hecho que mi espina dorsal sufriera un escalofrío. De repente escuchamos que alguien caminaba apresuradamente hacia nosotros.
-Creo que voy a tener que acceder a tu propuesta, o esta noche no vivo- dije nerviosamente
-Subite antes de que te pase algo, ¡dale!-
-Para, para. ¿Y cómo sé, que no me va a pasar algo estando ahí arriba, en vez de acá?
-¡No seas terca!-
-Que quede claro que subo, porque es muy tarde, nada más-
-Si, seguro- contestó, mientras una sonrisa pícara se esparcía por sus labios
Sin perder un minuto más me subí a la gran moto. Tobías arrancó y así nos perdimos en las calles de Madrid.
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¿Por qué te cruzaste en mi vida?
Romance¿Por qué todas las historias comienzan con un había una vez; y terminan con un vivieron felices por siempre?. No todas las historias, comienzan siendo felices, y terminan tristes o viceversa, cada historia es diferente desde el hecho, de que cada un...