Capitulo 1

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Amber Black.

Me desperté por el molesto ruido del despertador el cual no dejaba de sonar y por mas que estirara mi brazo para apagarlo de una vez no resultó.

Me desenrollé de las sabanas blancas de mi querida cama, tomé el despertador y lo tiré contra la pared.

Vi la hora en el celular y eran las 8:30 de la mañana.
Tenía que alistarme ya que Maya, mi mejor amiga, iba a pasar a buscarme a las 9:30 para ir a comprar cosas que nos hacen falta para poder llevar al internado mañana.

Me levanté y fui al baño. Me duché, lavé los dientes y me vestí con un hermoso vestido que me dio mi tía para mi cumpleaños numero 17, era de color blanco y tenia varios diseños en él, me encantaba.

Cuando estaba ya lista bajé y fui a la cocina donde estaban mis tíos desayunando.

-Buenos días Amber -Me saludó mi tía.

-Buenos días -Contesté.

-¿Como amaneciste? -Me preguntó mi tio.

-Bien, un poco ansiosa por mañana-Sonreí -¿Y ustedes?.

-Bien -Contestaron sonriendo.

-¿Quieres que te prepare el desayuno cariño? -Preguntó amablemente mi tía.

-No. Gracias tía, saldré con Maya para comprar algunas cosas para mañana y de paso desayunaremos.

-Esta bien, pero desayunan, no quiero que se enfermen.

-Si tía no te preocupes -La abracé y sonó el timbre.

Me despedí de mis tíos y fui a la puerta donde Maya estaba parada esperándome.

-¡Hola Amber! -Chilló alegre mientras me daba un abrazo.

-Hola Maya -Sonreí alegre mientras respondía el abrazo.

-¿Como estas?

-Genial, ¿y tu?

-De maravilla, y ahora vamos que luego se nos hace tarde -dijo y asentí y comenzamos a caminar por la calle. -¿Estas emocionada por mañana?.

-Si ¿y tu?

-También, y más por que vamos a conocer a chicos lindos -. Sonrió aún mas.

-Si claro. Eso es lo mas importante -reí.

(...)

Cuando llegamos a la cafetería nos sentanos en una mesa y comensamos a charlar mientras esperábamos a que nos atendieran.

-¿Que harás, ósea que haremos cuando lleguemos al internado? -preguntó Maya.

-Pues yo que se, podemos buscar a esos chicos guapos que mencionaste -digo alzando las cejas repetidas veces.

Maya se comenzó a reír y llega el mesero.

-Buenos días ¿que les puedo ofrecer? -pregunta con voz ronca.

Maya se gira a verlo mientras trata con toda su fuerza de voluntad de que no se le caiga la baba.

-Hola -Tartamudea, al verla en ese estado lo único que se me podía ocurrir era reírme en su cara.

El chico al no ver ninguna reacción por parte de mi amiga habla.

-Por mi parte te daría lo que tu quieras linda -Dice con voz picara observando a Maya.

Ella se puso roja como un tomate y yo ya no sabia si podía contener la risa.

-Bueno en ese caso quisiera dos capuchinos y ammm... -Lo piensa un poco -y galletas de chocolate, por favor.

-Vale -Le guiña un ojo -¿Nada mas? -Me mira.

-No gracias -Respondo y él asiente anotando todo en una pequeña libreta y luego retirandose a buscar nuestros pedidos.

-Bien que te gustó -Mire a Maya y la señalé con un dedo riendo mientras le mostraba la lengua.

A los minutos después llegó el chico con nuestro pedido y se fue sin antes guiñarle un ojo a Maya y entregarle una nota que decía:

Hola linda, mi nombre es Evan, ahí te dejo mi numero.

+44******

Nos miramos y comenzamos a reir.

(...)

Cuando terminamos de comer de inmediato fuimos a comprar las cosas.

Lo primero que hicimos fue ir a una tienda de ropa.

Yo compré una polera negra con el signo infinito, unos shorts rojos y unos pantalones rasgados.

En cambio Maya se compró una polera rosa pálida con el signo de la paz, unos shorts negros y un hermoso vestido Azul con rosas rojas

Luego fuimos a comprar los libros, cuadernos, lápices, bolso, etc.

Después de una larga tarde de compras fuimos por unos helados y Maya me dijo que si podía ir a mi casa y yo gustosa le dije que si.

(...)

-Hola niñas, ¿como les fue? -Preguntó mi tia cuando entramos a mi casa encontrándola en un sillón donde estaba viendo una película romántica.

-Bien -Dije un poco cansada de tanto caminar -Pero estamos muy cansadas.

-Les hice algo muy delicioso para comer y para recuperar las fuerzas -Sonrió -Así que ¿por qué no van a ducharse mientras preparo la mesa?

-Me encantaría quedarme, pero no traje ropa para cambiarme- dijo Maya apenada -Y no quiero sacar mi ropa nueva.

-No te preocupes, yo te presto como siempre que te quedas a dormir aquí.

-Está bien -rio.

-Bien entonces ¿que esperan? vayan.

Subimos hacia mi habitación y nos turnamos para bañarnos. A Maya le presté una polera roja con detalles negros, unos pantalones pitillos azul oscuro y un polerón negro.

En cambio yo me puse mi piyama de stich. Lo sé un poco infantil pero me encanta y será la ultima ves que lo use hasta que salga del internado ya que Maya me dijo que si lo llevaba me molestarían por toda la vida, lo sé es muy exagerada.

-¿De verdad? -Miró mi piyama -Por favor dime que me harás caso y no llevaras eso -Apuntó mi piyama con cara de suplica.

-No lo llevaré, solo quiero usarlo por ultima ves hasta que vuelva del internado.

-Uff que bueno -hizo unos movimientos con sus manos.

Mi amiga es muy rara pero por eso es mi mejor amiga.

Luego de repetirme los motivos por el que no tengo que llevar mi piyama y yo haciendo como que escuchaba bajamos a comer lo que mi tía había preparado.

-Mmm que rico huele aquí -Hablé entrando a la cocina.

-Lo sé -Dijo mi tía -Bueno, vamos a comer.

En la comida la pasamos muy bien recordando cuando Maya y yo éramos mas pequeñas y nos reímos por nuestras travesuras.

-Bien niñas creo que ya es un poco tarde y acuérdense de que mañana tienen que madrugar -Habló mi tia con un poco de tristesa en su voz.

-Tiene razón señora Amelia, yo ya me tengo que ir para poder arreglar las cosas para mañana -Habló Maya poniéndose de pie.

Luego de despedirme de Maya y mis tíos me fui a mi cuarto a arreglar las cosas para mañana.

Estaba muy cansada así que me acosté y enseguida caí en los brazos de Morfeo pensando en como va a ser el internado y que sorpresas nos podria tener.


Secreto Peligroso ||H.S|| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora