Capítulo 15 (actualidad)

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-¡MALDITA SEA! -grite con todas mis fuerzas-

No se cuanto tiempo llevaba mirando el techo de mi habitación, pero sé que ahora se estaba convirtiendo en mi pasatiempo favorito, lo se puede sonar muy aburrido, pero siento que de alguna forma me relajo.

Creo que quizás este exagerando un poco, pero no puedo evitar pensar que la historia de mi desgracia se volverá a repetir, tal vez no tenga mucho en común de cuando me fui de San Fernando, con la de ahora; aunque en ambos casos tomé la misma de decisión de irme sin decir nada, en el fondo sé que no ha sido mi intención hacer aquello, lamentablemente no puedo dejar de pensar que mi sufrimiento va a volver a surgir.

Te puedo asegurar que no vas a lograr remediar nada, si sigues ahí.
¿Y qué puedo hacer ahora? Ya es tarde, tu mismo lo dijiste.
Si es verdad que lo dije, pero también es cierto que puede haber una casi solución.
¿Por qué dices "casi solución"?
Porque puedes despedirte, pero seguirás causando daño, aunque no tanto que si te vas como si nada.
Bien, te haré caso solo porque tenías razón...¿qué se supone que debo hacer?
Sencillo, envíales un mensaje; aunque yo preferiría una llamada, ya que es algo más personal.
De acuerdo...

-¡Abraham! ¡Demonios! ¡Hijo! ¿qué tienes? ¿por qué no contestas? -dijo mi padre desesperado al ver que no respondía, cosa que se me hacia extraña, ya que nunca escuché nada de su parte hasta ahorita, probablemente porque yo estaba concentrado en la conversación con mi otro yo- ¡Susana!... -llamó a mi madre- ...ven, algo le pasa a Abraham... -y fue ahí cuando me di cuenta que seguía sin responderle-

-¡Papá! Tranquilo estoy bien, es solo que no te escuché -dije tratando de sonar creíble-

-¿Qué no me escuchaste? Por dios Abraham, llevo ratos gritando, y tu me dices que no me escuchaste, deja de jugar ¿quieres? -comentó mi padre muy molesto-

-¿Qué pasó? -dijo mi madre muy agitada mientras entraba a mi cuarto, supongo que había corrido para llegar tan rápido hasta aquí-

-Nada, parece que Abraham, solo quería hacerse el gracioso -dijo mi padre aun molesto-

-Lo siento, es solo que estaba concentrado en mis pensamientos -comenté a mis padres tratando de no quedar como un loco por hablar consigo mismo-

-Prefiero seguir creyendo que me estabas ignorando -dijo mi padre algo confundido, supongo que decía aquello porque no es normal que un chico de 16 años, próximo a entrar a el último año de bachillerato, diga ese tipo de cosas-

-Si, creo que es lo mejor... -dije casi en un susurro, para mi mismo- como sea...¿qué es lo que necesitan decirme?

-¡Oh! Creo que eso es algo que tu padre y tu deben hablar tranquilamente... -dijo mi madre con cierto nerviosismo, algo que no notaba desde los últimos días que estuvimos en San Fernando- ...bueno, los dejo solos -finalizó antes de irse por la puerta de mi habitación rápidamente-

Esa manera de actuar de mi madre solo me hizo pensar una cosa, algo iba mal; aun no estoy seguro de que, pero sé que de eso es lo que quiere hablar mi padre...

Solo quiero que por esta vez...solo por esta vez, me equivoque, ya que yo realmente odio equivocarme en las cosas; pero bueno...es parte de la vida equivocarse ¿no?

El Cuarto Vacío ~Abraham MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora