Capítulo 27 (actualidad)

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- ¿Qué es lo que estás planeando? Y dimelo sin rodeos por favor -dije muy serio-

- ¿De qué hablas hijo? -comentó mi madre, haciéndose la desentendida-

- ¿Qué hace Daniela aquí? Y quiero la verdad eh.

- Pero que felicidad, mi bebé ya se aprendió su nombre -dijo mi madre mientras me apretaba los cachetes-

- No me cambies el tema, y contesta lo que te estoy preguntando madre -agregué mientras me soltaba de su agarre-

- Sólo nos está acompañando a desayunar, no le veo nada de malo.

Ahora todo tenía sentido, mi madre la había invitado a desayunar por que sabía que mi padre estaría presente, y con eso estaría segura de que no trataría mal a Daniela...es increíble que llegue a ese punto, realmente la adora...

- No te vas a dar por vencida, ¿verdad? -dije ya cansado-

- Sólo quiero que la aceptes hijo, que le des una oportunidad... -comentó mientras me daba una mirada llena de amor y ternura-

Anteriormente he dicho que nunca debes mostrar tus sentimientos, porque siempre te lastiman, pero...es mi madre, y aunque yo deteste a la tal Daniela, a mi mamá no la puedo lastimar, ¡dios debo estar loco por lo que voy a hacer!

- Bien -dije en un suspiro cansado- pero no te prometo nada ¿si?, intentaré ser su amigo.

- Muchas gracias hijo, vas a ver que es una gran decisión, ella es buena chica, y creo que puede ayudarte -dijo mi madre muy esperanzada-

-Si tu lo dices, pero hey, que quede claro que no siempre la voy a tratar bien -agregué muy seriamente-

- Pero Abraham, para ser nov...digo, amigos... -se corrigió rápido y nerviosamente- ...hay que tratarse con respeto y cariño.

- Ma, creo que ya estoy haciendo mucho con aceptarla, así que no me presiones más... -finalicé mientras comenzaba a salir de la cocina-

- Bien...¿y por qué no empiezas ahora?

- No tengo ganas, adiós.

- Pero necesito que me hagas otro favor hijo.

- ¿Otro? No te parece que ya te haré un favor muy grande. -comenté con algo de molestia mientras me detenía en la puerta de la cocina-

- Este es sencillo, y además tu saldrías ganando -mencionó como los negociadores profesionales, eso no me sonaba una buena idea, pero ya que, la verdad no tenía ningún plan para hoy más que estar en mi cuarto-

- Bien, tu ganas...¿qué quieres?

- Sólo quiero que vayas a hacer las compras al supermercado... -genial, eso no es tan malo, y creo que lo puedo usar como una excusa para salir, aunque al intentarlo los recuerdos regresan a mi mente, y las ganas de cumplirlo se me complican- ...y que Daniela te acompañe...

Wow Wow Wow un segundo, que dijo, acaso realmente dijo que vaya con Daniela, eso es inaceptable, no puedo ir con ella, definitivamente no.

- ¿Y qué se supone que salgo yo ganando ahí? digo a parte de la desesperación y ganas de morir -agregué-

- Una amiga hijo, solo eso, una amiga...  -finalizó mientras salía por la puerta de la cocina, para que segundos después yo hiciera lo mismo-

- Esperame unos 5 minutos, y vamos a hacer las compras -dije firmemente sin esperar su repuesta-

- Claro -dijo en un susurro casi inaudible, pero no lo suficiente para mi-

Ya estaba hecho, ¿qué tan mal podía salir todo? No creo que sea malo, pero por precaución tengo 5 minutos para pensarlo bien, ¿qué? es verdad le pedí 5 minutos de espera, pero quien me conoce sabe que no hay nada en mi cuarto, por tal no tengo nada que hacer haya más que pensar, es obvio...¿no?

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- Y...¿Cuál es tu color favorito? -preguntó muy tímida supongo que temía por la forma en que podía responder-

- ¿Es en serio? Sólo espero que te quede bien en claro, que venimos por las compras, no para platicar y llevarnos claro, ¿comprendes? -dije lo más serio posible, mientras mantenía la mirada al frente-

Pasaron unos cuantos minutos en silencio, vaya si que tenia bien controlada a esta chica, realmente me agradaba estar así, pero...le prometí algo a mi madre, y pienso cumplirlo, claro hasta donde yo quiera...

- Escucha, se que no nos llevamos muy bien, desde que...

- De hecho, no nos llevamos bien por tu culpa -completó la frase, que era muy diferente a la mía-

- Estoy haciendo un esfuerzo por no gritarte, así que cállate y escucha, ¿ok? -ella solo asintió...¡genial! la había vuelto a asustar, definitivamente debía tratarla mejor, si quería cumplir- Creo que si ambos pusiéramos de nuestra parte, podríamos ser buenos conocidos...

- ¿Conocidos? -dijo pensativa-

- Me estoy esforzando, así no me presiones -dije lo más amable que pude-

- Bien.

- Bien -finalicé-

Habían pasado varios minutos de silencio entre nosotros, tanto que las cosas por las que venimos al supermercado, ya estaban en el carrito, y sólo esperábamos en la fila para pagar, y si no fuera por el chico que esta adelante nuestro, ya nos hubiéramos ido...

- ¿Quieres darte prisa? sólo es una maldita caja de chicles ¿qué tanto puedes tardar? -mi paciencia se había terminado, no podía ser posible que tardará tanto-

El chico sólo volteó a verme en silencio...

- Vaya, vaya es Abraham Mateo, debo admitir que pensé que nunca más nos veríamos -dijo con una sonrisa burlona-

¡Genial! justo hoy debía encontrármelo, ¿por qué...?

El Cuarto Vacío ~Abraham MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora