Capítulo 35 (actualidad)

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- ¡Eres un maldito! -gritó Daniela mientras se bajaba del automóvil muy alterada-

Después de aquel maravilloso salto del carro de mi madre, sobre un barranco, había detenido este a tan solo unos metros de esa gran caída profunda...parecía ser que mis acompañantes estaban muy asustados, no entiendo porque, yo siempre he sido un excelente conductor, con decir que ni siquiera necesito ver el camino, claro los que me sé de memoria por supuesto.

- Creo que estas exagerando, no ha...

Y justo antes de terminar de hablar, fui callado por un puñetazo en mi cara, algo que me enfado bastante, volteé a ver quien había sido el responsable de aquello, aunque ya sabía quién era el responsable...

- ¿Qué rayos...? -y volví a ser cortado, por otro puñetazo en mi rostro, solo que con este pude sentir el sabor de sangre dentro de mi boca, era algo realmente asqueroso, así que sin pensarlo dos veces, la escupí- estas muerto...

Y fue ahí cuando me tire hacia Sterling con todas las intenciones de golpearlo, primero golpeé su rostro, para después golpearlo en el abdomen repetidas veces; él intentaba contraatacar, pero solo lograba hacer que nos acercaramos cada vez más al barranco, sin embargo, estaba tan molesto con él, que solo podía golpearlo...

- ¡Abraham, déjalo, lo vas a matar! -escuche que gritó Daniela horrorizada-

Y fue ahí cuando regresé a la realidad, de un momento a otro miré a mi amigo, la verdad es que no tengo ni la menor idea de como sucedió, pero estábamos los dos en el suelo, Sterling estaba muy lastimado del rostro, y podía notar como su cabeza estaba colocando hacia el barranco, yo estaba sobre él, con los nudillos sangrando, y el puño derecho levantado, justo para dar mi golpe final, el golpe que acabaría con su vida...

- Dios, perdóname Estela, yo... -me detuve al no recibir respuesta de su parte, realmente no hacía ningún gesto, eso me preocupaba, jamás había matado a alguien, y no planeaba a hacerlo nunca- ¡maldita sea!

Lo llevé en mis brazos al carro nuevamente, y lo deje acostado en los asientos traseros...

- Sube o te quedas -le dije apresurado a Daniela- sujetate bien Dan, la velocidad a la que manejé hace unos momentos, no se comparará con la de ahora-

- Claro...espera ¿qué? -preguntó Daniela confusa-

Manejé a toda velocidad rumbo al hospital más cercano, al llegar me di cuenta que ese hospital no prestaba sus servicios durante la noche...¡Demonios! no solo debía encontrar un hospital cerca, sino uno que pudiera atender a mi amigo ahora.

- ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Daniela preocupada-

- Tu solo asegúrate de que siga vivo, de lo demás me encargo yo Dan-

Definitivamente que sería una larga noche...

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- ¿Como te sientes Estela? -pregunté incómodamente-

- ¿En serio? Primero me golpeas y luego me preguntas como estoy...tu en serio estas loco -dijo sarcásticamente-

- Lamento haberte golpeado, no fue mi intención...bueno en realidad si lo fue, la verdad es que cuando me enojo tiendo a desquitarme con lo que sea, en este caso fuiste tu.

- Vaya, corres rápido y golpeas muy fuerte, ¿dónde rayos has aprendido todo eso? -cuestionó Sterling, supongo que trataba de aligerar el ambiente, algo que agradecía, pero también sabía que no era correcto que las cosas quedarán así, no después de que estuve a nada de matarlo-

- Cuando vivía en Madrid, fui a clases de defensa personal -contesté seriamente-

- ¿Tus padres te llevaron a clases de defensa personal? -preguntó asombrado-

- Jamás mencioné a mis padres en ello...

- ¿Entonces...?

- Fui yo solo... -y entró nuevamente el momento incómodo-

Miré a mi amigo una vez más, no podía evitar sentirme culpable, verlo tan herido del rostro, y tirado en esa camilla del hospital, no podía hacer como si nada hubiera pasado...

- Tu golpeas como una niñita -traté de bromear, aunque lo usé para llegar a otro tema-

- ¿De qué hablas? -preguntó Sterling confuso-

- Tienes que mejorar tus golpes, haya afuera hay gente mucho más fuerte que yo, y tuviste la suerte que quien te golpeó fue tu amigo y no otra persona...

- Oh, entonces debo ¿agradecerte? -preguntó en broma-

- La doctora dijo que no estás tan mal, que solo son heridas superficiales, pero aún así debes cuidarte las heridas del abdomen... -mencioné mientras me alejaba un poco de la camilla, y miraba hacia la ventana de la habitación, donde entraban los primeros rayos del sol-

- ¿Cómo sabes tu eso? ¿Qué esa información no la deben saber solo mis padres? -preguntó sin comprender-

- Estela tus padres no saben que estas aquí...

- Como no va a saberlo, de seguro notaron que no llegué a casa anoche y...

- Tomé tu celular, les llamé, les dije que estabas conmigo, y que quizás llegarías a casa dentro de unos cuantos días -dije fríamente-

- ¿Y qué les dijiste a tus padres? Espera...dijiste ¿unos días, por qué?

- Estela ya te dije que tus golpes son débiles, eres mi amigo, y siendo sincero no me gustaría verte nuevamente en esa camilla por culpa de otra persona...

- ¿Qué estas sugiriendo Mateo? -preguntó Sterling-

- Voy a enseñarte a pelear...

El Cuarto Vacío ~Abraham MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora