La apuesta (Faberry)

Capitulo 30- Droga

-Q: Lo siento, Lauren, pero ya tengo planes.

-L: Mmm (enmarcó una ceja) Déjame adivinar, con el pequeño duende ¿no?

-Q: (Suspiré, puse los ojos en blanco y asentí) Has estado pasando mucho tiempo con Santana ¿verdad?

-L: En realidad si, mas del necesario.

Ella sonrió inocentemente mientras que yo la miraba un tanto cansada y me volví a sentar en mi cama.

-Q: Bueno no importa, mejor dime, ¿que haces aquí, Lauren?

-L: Cierto, olvide mi propósito inicial... vine a ver a Camila, tengo entendido que se esta quedando en el campus ¿no? (asentí) Bueno, pues necesito que me digas donde esta su dormitorio, porque estoy perdida.

Yo negué con la cabeza mientras sonreía un poco y suspiré, luego le dije a Lauren en donde estaba el dormitorio de Camila y ella luego de agradecerme se fue tan rápido como pudo.

Diablos, de haber sabido que con eso la sacaba rápido de aquí, desde cuando le hubiera dicho donde estaba Camila.

Luego de que cerré la puerta del dormitorio, me volví a acomodar en mi cama dispuesta a seguir con la siesta que la ojiverde habia interrumpido.

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Al día siguiente.

-Q: Si, San... no te preocupes, sabes de sobra que no estaré sola... no importa, en verdad no es necesario que regreses... ok, si insistes, esta bien... nos vemos en la noche, adiós.

Corte la llamada con Santana que luego de haberme felicitado por mi cumpleaños numero 20 insistió en regresar esta noche para celebrar mi cumpleaños y como siempre lo hemos celebrado juntas, ella no quería romper esa tradición cosa por la que terminé cediendo.

Luego, me miré una ultima vez al espejo y enseguida alguien tocó a la puerta.

Yo sonreí como de costumbre y fui a la puerta, donde me encontré con Rachel, traía puesta una camiseta de baseball azul y una gorra hacia atrás del mismo color con el nombre del equipo que iríamos a ver hoy y en su mano derecha traía otra gorra y otra camiseta igual pero blanca mientras me miraba sonriente.

-Q: Rach ¿porque traes es eso?

Pregunté pero ella solo sonrió otra vez, se acercó a mi y me tomó de la cintura mientras que yo envolvía su cuello con mis brazos.

-R: Antes que nada, feliz cumpleaños, Quinny.

Dijo ella y enseguida me besó en repetidas ocasiones hasta que nos separamos y nos miramos sonrientes.

-Q: Muchas gracias, amor, pero... ¿porque traes eso?

-R: Porque (entró al dormitorio y se sentó en mi cama)... vamos a un partido de baseball y si quieres vivir la experiencia completa debes vestirte para sentir la experiencia.

-Q: (Cerré la puerta y me paré frente a ella con los brazos cruzados) Rach, yo no pienso ponerme eso ni en un millón de años.

-R: Si, si te lo vas a poner, Quinn.

-Q: He dicho que no.

Entonces, Rachel se levantó de la cama y se puso frente a mi, solo viéndome en silencio y tres minutos después ya tenia esa playera para baseball puesta.

-R: Genial, ahora solo te falta la gorra.

-Q: Ah no, eso si que no, ni lo pienses.

-R: Anda amor, solo es una gorra.