Quinn Fabray es la chica mas popular de la universidad de Stanford, en California y junto con su amiga, Santana Lopez, harán una apuesta, que, sin pensarlo, les cambiara la vida...
Quinn, dispuesta a probarle a Santana que puede cumplir esa apuesta...
Ahora, otra vez en silencio, caminamos por el campus hasta que finalmente llegamos al auditorio y luego de que me aseguré de que este estaba solo, fuimos al pequeño cuarto que ahí habia, Rachel me dejó entrar y cerró la puerta, después ambas nos observamos y ella dejó salir un suspiro casi al mismo tiempo que yo, luego fue hasta el sofá y se sentó en el mientras que yo permanecí de pie mirándola, tratando de controlar mis deseos de ir hacia ella, besarla y hacerle el amor como la primera vez.
-R: ¿Piensas quedarte ahí toda la noche? Ven aquí.
-Q: Yo... no se si sea correcto.
-R: Quinn, no vamos a hacer nada, solo quiero sentirte cerca de mi.
-Q: Ok.
Entonces tragué saliva, y caminé hasta ella, me senté a su lado en el sofá y dejé salir un suspiro cuando Rachel tomó una de mis manos y entrelazó nuestros dedos para después recargar su cabeza en mi hombro.
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-B: Si, Rachel no esta aquí, y estoy algo preocupada.
-S: Te aseguro que esta bien, esta con Quinn y ella la cuidaría mas que a su vida, lo sabes, Britt.
-B: Si, tienes razón, pero aun así quiero que te quedes conmigo, hace tiempo que no dormimos juntas, que no pasamos la noche juntas.
-S: Ah, entiendo.
Enseguida de eso, entré al dormitorio de Brittany, cerré la puerta con pestillo y la mire mientras enmarcaba una ceja y me acercaba a ella, para colocar un mechón de su cabello detrás de su oreja y enseguida acariciar su mejilla, haciéndola sonreír.
-S: Pero cariño, la ultima noche que la pasamos juntas, no dormimos, nos entretuvimos haciendo algo que no fue dormir.
Tras decir eso, Brittany sonrió aun mas, mordió su labio inferior y rodeo con sus brazos mi cuello, pegando su cuerpo al mio.
-B: Lo se, Sanny, y es lo que quiero, que nos entretengamos en eso otra vez ¿crees que es posible?
-S: Sinceramente lo creo, amor.
Entonces esta vez fui yo la que sonrió, luego coloqué mis manos en su espalda, para bajar el cierre de su vestido mientras mis labios besaban vorazmente los suyos, esa fue nuestra manera de comenzar una increíble noche.
