Capítulo 2: Retomando mi vida.

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En multimedia: Sasha Sloan - Dancing With Your Ghost (está canción de verdad es como si la hubieran hecho para Blair💔 )

~*~

Al volver al apartamento y encerrarme como hago cada día después de darme con la dura realidad, tengo una crisis total, no de esas en las que lloras y te lamentas, no comes, no te bañas. No. Estoy muy lejos de esa etapa. En realidad me doy cuenta de que por mucho dolor que sienta, por mucho que lo extrañe y me parta en miles de pedazos su ausencia, no puedo continuar así; viajando sin rumbo, con la tonta esperanza de que él llegará a algún punto de encuentro solo porque no encontramos su cuerpo, porque seguimos sin encontrarlo.

Ethan ha muerto. Joder, ha muerto. Mi chico de ojos grises ha muerto y no hay nada que yo pueda hacer para traerlo de vuelta. No importa cuánto lo desee o lo necesite o lo quiera ver una última vez, no importa que no haya tenido tiempo, no importa un carajo. Él ya no está y Kim tiene razón, llevo tres meses estancada; no estudio, no trabajo, no hago nada con mi vida más que esperarlo y lo esperaría por siempre pero él no volverá. Es imposible.

Así que me armo de valor y meto nuevamente todas mis cosas a la pequeña maleta que cargo conmigo todo el tiempo. Me marcho de Kansas y me marcho de este plan absurdo de recorrer todos los pueblos y ciudades que salen marcados en el mapa. Mis ojos se llena de lágrimas y me obligo a retenerlas porque no quiero llorar más, ni todas las lágrimas del mundo me lo devolverán.

Gruño fastidiada y me siento un momento en la cama, miro hacia todos lados con melancolía, siempre es lo mismo con cada apartamento o cuarto de hotel que rento, es como si cada vez que decido irme, decida olvidarlo y eso me hace sentir terrible, es hacerlo a un lado, dejar de pensarlo... de quererlo... de amarlo... pero si no hago algo esta vez de verdad voy a consumirme, a sumergirme. Me voy a hundir para siempre.

Estoy harta de este sentimiento tan desesperante que me ataca cada maldito segundo del día, ese que se convierte en ansias por no poder hacer nada que lo haga regresar.

Cierro mis ojos unos segundos.

—Quisiera que estuvieras aquí —hablo con el aire pero en mi mente lo estoy haciendo con él. Lo imagino frente a mí, con su cara de malo, sus imponentes ojos grises que de pronto eran casi negros y otras veces demasiado claros que parecían del color del cielo, su ropa oscura, su chaqueta negra, su pelo revuelto, esa forma suya que tenía de sonreír, la manera en la que tensaba la mandíbula cuando yo lo sacaba de quicio—, me advertiste que si entraba a tu mundo iba a querer salir corriendo y tenías razón, quise salir corriendo tantas veces, quise alejarte de ese mundo tantas veces y ahora... ahora que no te tengo me habría gustado jamás pedirte que lo dejaras, me hubiera metido hasta el fondo si con eso estuvieras vivo. La vida sin ti apesta Ethan... me estoy marchitando sin ti. 

Y la crisis que no quería que fuese como las crisis mediocres termina siéndolo, termino llorando por no tenerlo más. Me hago un ovillo buen rato sobre la cama y todo vuelve a reproducirse en mi mente hasta que mi alma, mi cuerpo, mi mente cansada me piden parar.

Abro mis ojos y parpadeo un par de veces seguidas, algo frente a mí llama mi atención. A unos metros de la cama hay una pequeña mesita con una lámpara, recuerdo que cuando me mostraron el apartamento comenté con el dueño que esa mesa y esa lámpara absorbían demasiado espacio y no se usaban para nada, de hecho jamás la he usado, nunca la he encendido. Pero justo en este momento está encendida.

Niego con la cabeza sin poder comprenderlo porque recuerdo bien que incluso no estaba conectada a la electricidad. Me tenso, no puedo evitarlo, vivir sola hace que cualquier tontería te parezca extraña. Me pongo de pie con lentitud y miro la salida como si de pronto fuesen a salir personas hasta del armario y me secuestrarán o matarán.

Peligrosa Atracción II (Almas Perdidas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora