Capítulo 12: Pasado.

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En multimedia: Ed Sheeran - One

~*~

Me siento en la orilla de la cama y él pone frente a mí la silla del escritorio y se sienta. Paso mis manos por mis costillas, de verdad el vestido está demasiado ajustado, pero he de soportarlo solo un poco más. Si comento algo, Ethan insistirá en que me cambie y si le digo que solo tengo la bata de baño, enviará a traer mi maleta y no hablará hasta que tenga el pijama puesto y esté relajada, porque así es él y es una de las tantas razones por las que lo amo tan profundamente.

—Habla —lo animo. Parece pensárselo, siempre hace eso, meditar si es buena idea ser completamente honesto conmigo o mentir al respecto—, me dijiste que me contarías todo. No más secretos.

—No quiero involucrarte más.

—Pero lo estoy, no hay nada que puedas hacer —soy sincera.

—Bien. No sé todavía cómo Petroski se enteró de que nos reunirían en esa casa y nos matarían porque González había descubierto nuestro plan, he tratado de averiguar incluso cómo es que el mismo González lo supo. En estos casos, siempre se habla de un traidor, pero sigo sin saber quién pudo ser. Luego de que dejé de escuchar tu voz, desperté en un hospital, me sentí confundido, lo primero que quise fue preguntar por ti, llamarte, llamar a alguno de los chicos, a alguien de mi confianza, pero entonces me di cuenta de que no tenía mi teléfono, mi habitación estaba custodiada, no eran policías, lo supe en cuanto miré el tatuaje de serpiente que tenían en una de sus muñecas. Todos los que trabajan para Petroski tienen esa marca.

—¿Tú tuviste que... —No me importa si tiene un tatuaje o no. No lo pregunto por eso, o porque me afecte, sino porque ha dicho que todos.

—No. Yo no soy fácil de manejar Blair. González arruinó mi vida pero me hizo lo que soy hoy y por muy joven que aún sea, sé muy bien cómo manejarme entre estos hombres. Nadie me intimida y si tú no fueses la persona más importante en mi vida, créeme, no estaría cumpliendo órdenes a través de amenazas. Decidí no hacer nada hasta que no supiera qué hacía ahí, cómo había llegado y por qué estaba siendo custodiado por personas de Petroski.

—¿Y los balazos? Fueron dos, perdiste mucha sangre —digo afligida recordando aquel momento.

—Y fue por eso por lo que perdí el conocimiento y el pulso se me debilitó tanto, perdí mucha sangre. Seguramente ustedes por los nervios no consiguieron notar mi pulso débil.

—¡Dios mío! Y te dejamos ahí, les supliqué que no lo hiciéramos, te juro que yo quería llevarte a un hospital. Me estaba volviendo loca, nunca quise dejarte, nunca —me exalto. Me toma de las manos y niega con su cabeza.

—Pequeña, tranquila. No pasa nada. Esto no es tu culpa, no te atormentes, todos estaban confundidos. Debo tener vidas extras porque tuve la suerte de que las balas no tocaran ningún órgano, pero eso sí, estaba muy débil, apenas y podía moverme. No estaba ni física ni mentalmente preparado para actuar solo. Esperé y en cuanto los doctores se dieron cuenta de mi mejoría los que me custodiaban decidieron hablar.

>>Al principio se mostraron amables, diciéndome que me habían salvado por órdenes del gran jefe, pensaron que yo había sido una víctima del tiroteo y que me haría cargo de L.A, querían negociar conmigo, ya sabes, que le cediera todo el cargamento, mercancía, proveedores, clientes, bodegas, gente, negocios, transporte, todas las vías de distribución y Petroski pensó que yo le daría todo el imperio que había formado González, dijo que Mateo jamás podría con tanto, que era un cobarde, que había oído rumores de que yo quería salir de este mundo. En ese momento decidí fingir que las cosas eran así, porque sabía bien que me podían matar en cualquier momento.

Peligrosa Atracción II (Almas Perdidas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora