Capítulo 27: Revelaciones.

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En multimedia: Imagine Dragons - Believer

                                                                                    ***

Siento el frío metal de una pistola rozándome el rostro, unas manos me sujetan con fuerza los brazos y no comprendo por la falta de luz si esta persona ha entrado por la ventana o ha estado escondida en la habitación esperando el momento adecuado. Lo primero que pienso es que Ethan volverá en cualquier momento, eso sí mis sospechas son ciertas y la luz se ha ido en toda la casa, de otro modo estoy jodida.

Tiran de mí hacia atrás varias veces y no veo nada, trato de resistirme pero ahora hunden el pico de la pistola en mi estómago y me falta el aire. De un momento a otro un ruido extraño se escucha y tiran de mí con más fuerza. Mi mente no está trabajando de momento, el impacto ha sido demasiado, sin embargo me llevarán si no hago nada, y si quisieran matarme ya me habrían disparado.

Grito.

—¡Auxilio! ¡Ethan! —lo hago lo más fuerte que puedo y escucho como corren hacia la habitación, pero en el justo momento en el que la puerta se abre y consigo mirar que hay oscuridad por todos lados, tiran totalmente de mí y salimos por la ventana.

No entiendo nada, ni cómo es que no caemos a una velocidad alarmante, o cómo demonios es que estamos volando, unos brinquitos me sacuden, aunque al llegar al suelo firme si me golpeo y consigo liberarme de quien sea que está sujetándome. Me siento tan desconcertada, desorientada y confundida por lo que acaba de pasar que no actúo de forma rápida aprovechando el momento que me han soltado para correr y soy atrapada nuevamente, hay más personas ahora y todas llevan pasamontañas.

Balazos se escuchan a mi espalda y me obligan a correr con ellos. Me sacan por las puertas traseras del patio que nadie usa y me suben a un vehículo. Ni cuando fui secuestrada por Barak me sentí tan derrotada como en este momento. Si no han podido rescatarme dentro de la casa y con cientos de hombres rodeando la zona, mis posibilidades de que lo hagan fuera y lejos se desvanecen sobre mí.

No quiero llorar, juro que no quiero, pero he pasado por tanto y he aguantado tanto, he querido cambiar mi forma de pensar, aprender, madurar de una maldita vez, que mi cerebro entra en un colapso nervioso, un colapso que se llama: realidad. ¡Bienvenida nuevamente, Blair! Ya te habías tardado.

Intento estúpidamente abrir la puerta y recibo un puñetazo limpio en la cara, tan duro y fuerte que me desmayo o pierdo ligeramente el conocimiento porque escucho a lo lejos pero no puedo abrir los ojos. No sé cuánto tiempo ha pasado cuando consigo al menos moverme un poco, vuelvo a entender que he sido raptada, por segunda vez y que en esta ocasión quizás tengo los minutos contados.

Me llevo una mano temblorosa a la mejilla, duele, arde, me quema. El golpe ha sido demasiado. Nadie se dirige a mí a pesar de que todos notan que estoy despierta y consciente.

—¿Quiénes son ustedes? ¿Dónde me llevan? ¡Contesten! —les grito descontrolada. Golpeo con mis puños la ventanilla y uno de los hombre me toma totalmente el cabello y tira hasta doblegarme en sus piernas.

—Mira, zorra barata, será mejor que cierres el puto pico, si no quieres que te explote la cabeza —abro los ojos como platos; por miedo, por terror, por pánico pero también porque he reconocido la voz.

Esa voz, joder esa voz.

—¡Auxilio! ¡Auxilio! —grito nuevamente solo para provocarlo y hacerlo hablar, no puedo confundirme así. Me vuelve a tomar del cabello y me avienta hacia la puerta, pego contra el cristal. No habla más, nadie. ¡Maldita sea! Esto no me puede estar pasando otra vez.

Peligrosa Atracción II (Almas Perdidas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora