Capítulo 17: La misma locura.

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En multimedia: ZAYN - There You Are

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Secuestra mis labios, primero sutilmente como atormentándolos para luego tomarlos con propiedad, succionando, acariciando con su lengua, sus dientes se entierran en mi labio inferior y jadeo, tira hasta que me besa con todas las ganas del mundo. Con necesidad apremiante y sugerencias pecaminosas.

Sus manos se introducen debajo de mi camisa y al sentir su piel tocando mi piel, pierdo el control por completo, quito desesperada su chaqueta negra, esa camiseta oscura igual a las que usaba antes y cuando tengo su pecho sin nada que me impida tocarlo, lo hago, paso mis manos enteras por toda la extensión de sus pectorales, sus costillas, su abdomen y subo nuevamente disfrutando del calor de su piel. No importa que tenga algunos kilos menos, sigue siendo demasiado sexi para ser real.

Sus manos agarran mi trasero y me estruja sobre él. Siento su miembro duro rozar mi sexo. Interrumpo el beso para besar toda esa piel que ya he tocado con mis manos hasta que estoy de rodillas con mi cara a la altura de su miembro y me encargo de desabrochar su pantalón, lo bajo enseguida y alcanzo a deshacerme también de su ropa interior y dejo libre su virilidad.

Mis ojos se clavan en la prueba más rotunda y expresiva de cuánto me desea, paso primero mi lengua sobre mis labios para humedecerlos y luego sobre su miembro y se endurece aún más. No tiene recato para jadear, y oírlo tan complacido solo alborota todo en mí aún más. Le doy entrada a mi boca y lentamente siento como la llena por completo. Muevo mi cabeza hacia adelante y hacia atrás y sus gruñidos me hacen agilizar el ritmo.

Me toma de los brazos y me levanta, quita mi camisa, mi sostén, mis pantalones y mis bragas a una velocidad que podría convertirse en todo un récord. Me recorre entera con la mirada y mi cuerpo empieza a temblar ante su escrutinio.

—Podría venirme solo con ver tu cuerpo desnudo, Blair. Quiero follarte hasta dejarte adolorida —dice con la mirada turbia.

—Hazlo —digo con una voz irreconocible.

Se olvida de ser delicado, aunque en realidad, nunca lo ha sido del todo y vuelve la fiera que tanto he extrañado. En el hotel nuestra ternura fue producto de la conmoción que nos dio volver a vernos después de lo que nos pareció una eternidad.

Tira todo lo que está encima del escritorio haciendo mucho ruido, posiblemente alerte a toda la casa y me recuesta sobre la madera, me abre completamente las piernas. Con la luz penetrante del estudio puede ver mi centro en todo su esplendor.

Sus dedos recorren mis piernas hasta llegar a mi punto más íntimo y pasa uno de sus dedos de arriba hacia abajo hasta que se mezcla con la prueba de mi excitación, humedeciéndose, sin previo aviso introduce dos dedos en mi interior, gimo y me llevo las manos a la boca porque pueden escucharnos.

—Gime para mí, Blair —gruñe e introduce más sus dedos haciendo que no pueda aguantar por mucho tiempo.

—¡Ah! —me quejo cuando su pulgar también entra en juego y hace círculos sobre mi parte más sensible.

Sus dedos entran y salen y cada embestida es como choques eléctricos de placer. Me estremezco en la mesa porque me lleva al éxtasis demasiado pronto. No me deja descansar ni un segundo, esta vez se pone un preservativo antes de actuar, su erección entra con fuerza en mí mientras su boca lame, muerde y besa mis pezones. Estoy en el jodido cielo.

Sus insistentes estocadas me hacen incluso gritar. Se separa un segundo y tira de mí hasta bajarme del escritorio, me voltea tan fácilmente que pronto estoy de espalda a él. Su mano grande y pesada cae sobre mi trasero y comienzo a sentir cada azote. La piel me arde luego de varios segundos, pero no se detiene y yo tampoco se lo pido, me enloquece demasiado.

Peligrosa Atracción II (Almas Perdidas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora