Capítulo 32: Bienvenidos...

18.2K 1.6K 386
                                    

En multimedia: Imagine Dragons - Radioactive

~*~

Mi respiración es lo único que se escucha después y lo siguiente que hago ante la incertidumbre de qué está pasando, ¿de dónde ha salido ese disparo? ¿Quién lo ha ejecutado? ¿A quién han herido?, es tirarme al suelo, me cubro lo más que puedo y me arrastro como si fuese una profesional. Hay más balazos y todo se descontrola, los pocos hombres que nos cuidan disparan hacia la oscuridad, los árboles enormes y encienden unas lámparas gigantes que me dejan casi ciega.

Y es cuando lo veo y mi respiración se detiene, no escucho nada, no siento nada, es como si fuese un árbol más en medio del descontrol.

Mateo, nuestro Mateo tumbado en el suelo con Kim debajo de él.

¡No! ¡No!

Me pongo de pie como si hubiesen apretado un botón en mí olvidándome por completo de que en el intercambio de balas, una podría darme también y Ethan corre al mismo tiempo hacia mí. Me tumba en el suelo de un solo tirón, y me cubre con su cuerpo, mientras los chicos, incluido mi hermano, salen de sus cabañas armados y se unen a los demás disparando, la cabaña de Kaleb queda desprotegida, pues los otros dos hombres reciben órdenes de disparar y proteger el área.

—¡Mateo! —le grito a Ethan—, han herido a Mateo, ¡han herido a Mateo! —grito desesperada.

—¡Quédate en el suelo! ¡Quédate en el suelo! —me exige y aún sin camisa, Zac le lanza un arma que bien podría ser un Ak-47 o qué se yo, es enorme—. ¡Quédate ahí! —vuelve a repetirme y se une a los demás.

Kim tampoco se está moviendo, y empiezo a tener un ataque porque me está costando respirar. De pronto la escucho quejarse y veo sus manos llenas de sangre mientras trata de hacer reaccionar a Mateo o al menos ponerlo sobre el piso, no sé dónde le han dado pero tiene la espalda llena de sangre. ¡Dios mío!

Arrastrándome nuevamente llego hasta ellos, sigo en el piso como me lo han ordenado, pero no puedo dejarlos solos, menos tratándose de las dos personas que más me han ayudado desde que decidí convertirme en el intento fallido de una mafiosa sin experiencia alguna.

—¿Me escuchas? ¿Mateo me escuchas? —vocifera Kim.

—Joder, joder, ¿Kim estás bien?

—Se ha puesto delante de mí, iban a dispararme a mí, y se ha interpuesto. ¡Ayúdame! —me pide y entre ambas movemos a Mat, cae en la tierra y veo la herida, le han dado en la parte baja e izquierda del estómago.

—¡Mateo! ¿Me escuchas? —insiste ella—, Mat no me hagas esto.

—Déjame con Blair, dispara, ayuda —le dice a Kim dándole su arma, es una igual a la de Ethan, su voz apenas y es audible. Está mal, de verdad.

—No, no, no, no me pidas que te deje. Tengo que sacarte de aquí, tengo que llevarte a un hospital —contesta ella desesperada tratando de parar el sangrado presionando la herida.

—No, mi rubia de ojos verdes, no. Déjame aquí —le pide—. Tú tienes más experiencia —le tiembla la voz y también están temblándole los labios. 

Miro hacia atrás, todos están en una sola línea, los disparos siguen y me doy cuenta de una cosa, solo hay disparos de nuestra parte, nadie está disparándonos y pienso en que; o han enviado a una sola persona a matar a Kim y Mateo o alguien, entre los pocos que estamos aquí, nos ha traicionado. Mateo cierra los ojos y empiezo a descontrolarme igual o peor que Kim que está llorando desconsolada.

—No me dejes, no así, Mateo despierta —le suplica tomándolo del rostro.

Sin pensarme ya nada, tomo el arma que Mateo tiene en las manos y sigo arrastrándome hasta llegar a la cabaña de Kaleb.

Peligrosa Atracción II (Almas Perdidas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora