Peligrosa Atracción II (Almas Perdidas)

Capítulo 30: Ocultos

En multimedia: Niall Horan - Black And White

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Lo miro con seriedad, no podemos eliminar a Kaleb como si nada, es una pieza fundamental si queremos salir de esto. No porque él nos fuese a ayudar, sino porque seguimos ignorando por completo hasta qué nivel ha llegado toda la información que sabe, o qué sigue con ese operativo tan grande. Me queda claro que para poder entrar al edificio y rescatarme han tenido que disparar, lo hicieron frente a mí, esos dos hombres que le avisaron a Kaleb que me desangraba están muertos o eso creo.

Con una sola persona que haya quedado viva, en este momento somos buscados por toda la DEA. Ethan se pasa las manos por el pelo sofocado y gruñe, hace un gesto raro con los labios y se cruza de brazos.

—Escucha, no es que no quiera contarte, es solo que a ti no te gusta todo eso de los golpes y la agresividad, así que prefiero no perturbarte. Está bien, está vivo, está estable. Se me ha pasado un poco la mano con la golpiza que le di y tiene una herida en la cabeza que ya ha sido atendida. Lo hemos capturado.

—¿Capturado?

—Sí. Él te capturó a ti, yo lo capturo a él, es una forma de decirle a la DEA que todo lo que hagan en contra de nosotros, nosotros se lo devolveremos, es una especie de intercambio mientras averiguamos todo de él, de su vida, de sus seres queridos y encontramos un modo de llegar a un arreglo, si es que quiere vivir, claro. Sus compañeros se enfocarán en averiguar en dónde está o con quién mientras nosotros le damos unas vacaciones pagadas en nuestras cabañas de lujo en mitad de la nada con interrogatorio privado y presión de primera hasta que nos suelte todo.

—Eso quiere decir...

—¿A que te lo he dicho bonito? Pero entiendes de qué va todo, ¿cierto?

Lo hago, vaya que sí, lo han secuestrado, su equipo empieza a buscarlo, nadie tiene pista de él ni de nosotros, mientras lo interrogan o más bien lo martirizan hasta que diga qué sabe y quiénes más saben y de ahí partiremos para elaborar nuestro siguiente paso, ese que tiene que ver con Vicent Petroski.

Es tan raro que las muertes, las amenazas, el hecho de martirizar a alguien ya no me pongan la piel erizada. Es hasta impresionante descubrir cómo una persona se va envolviendo en las circunstancias y como el ojo crítico ve todo dependiendo de qué lado de la historia estés. No sabes en realidad quiénes son buenos y quiénes son malos, si estás con los malos, los verás buenos y si estás con los buenos evidentemente los verás como héroes. Complicado el ser humano, ¿no?

—Sí, lo entiendo, pero no vas a matarlo, ¿cierto?

—No, si llegamos a un acuerdo, es todo lo que puedo prometerte. Y por acuerdo me refiero a nuestro acuerdo no el que él nos propondrá.

—Prefiero no saber qué ocurrirá con él, pase lo que pase, dime que lo has dejado ir.

—¿Por qué? ¿Te importa mucho su destino?

—No empieces Ethan...

—No, no empiezo.

—Es alguien a quien conozco, con quien hablé durante muchos días.

—Pero Jan te valió una mierda, y, lo conocías y le hablabas.

—Basta, no vayas por ese camino, solo te he pedido que no me digas y ya está. Haz lo que quieras pero no me lo digas.

—Si eres tú la que preguntas por todo —murmura y se toca la quijada viéndome con ese gris feroz de sus ojos.

—No quiero pelearme más contigo, ¿sabes?