"Tortura"

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Comenzó a lamerle el lóbulo de la oreja, a morderla y jalarla ligeramente, mientras que  una de sus manos bajaba por el cuello de Albafica, quien trataba de todas las formas posibles quitarse a Minos de encima, pero le era en vano.

- Seras mio... - susurro en su oído, logrando que un pequeño escalofrío le recorriera la espalda.

Minos siguió jugando con el lóbulo de su oreja, hasta que comenzó a bajar sus labios por el cuello de peliceleste. Comenzó a besar, morder y dejar unas ligeras marcas rojizas  en esa blanca piel, que ahora tenia a su disposición. Con besos recorrió cada centímetro de ese cuello de cisne, mientras sus labios besaban, sus manos se encargaba de sacar las ropas que cubrían el cuerpo del Demonio. Una vez que logro sacar la estorbosa polera, quedo maravillado al ver el trabajado abdomen de Albafica, el cual no pensó dos veces en marcar. Sus labios se encargarían de torturar la tetilla derecha, comenzó a lamerla, morderla y apretarla con sus labios, mientras que su mano derecha torturaba la tetilla izquierda, la jalaba y apretaba a la vez.

Albafica se mordía el labio inferior para no dejar salir ningún gemido, aunque se le hacia difícil controlarse, los toques que le proporcionaba Minos le hacian sentir una sensación extraña en todo su cuerpo. Sintió una mano que acariciaba su miembro por sobre la ropa, que para su suerte aun llevaba puesta, sin querer dejo salir de sus labios algo parecido aun gemido. Minos al escucharlo sonrió con malicia, levanto la vista solo para ver el rostro sonrojado del Demonio, como se mordía los labios, y como una lágrima traviesa se le escapaba de uno de sus ojos.

- Eres hermoso- dijo para comenzar  a acariciarle las piernas, y a la vez a bajar los pantalones que las cubrían hasta dejarlas expuestas a la vista del Arcangel.

Minos se saco su propia camisa que le comenzaba a estorbar, dejando a la vista de Albafica su cuerpo, sonrió mas ampliamente, para luego tomar una de las piernas del peliceleste y comenzar a acariciarlas a besarlas. Sus manos subían y bajaban por esa blanca piel, a la que comenzaba a hacerse adicto. Decidió sentarse a horcajadas sobre el Demonio, con sus manos recorrió cada centímetro del abdomen de su victima, mientras sus labios atacaban los ajenos.

Albafica quiso morderlo pero estaba perdiendo el control de su cuerpo, comenzaba a ceder, una de las manos de Minos volvió a posarse sobre su miembro y los toques que le proporciono logro que soltara un gemido, haciendo que abriera su boca, eso Minos lo aprovecho e introdujo su lengua en la boca ajena, haciendo el beso mas profundo.

Albafica abrió mucho los ojos al sentir la intromisión, trato de golpearlo, pero sus piernas estaba presas bajo el peliplateado. De un momento a otro los movimientos que Minos hacia se hicieron mas desesperados, y él comenzaba a ceder cada vez mas, perdiendo el conocimiento de sus actos. Al percatarse de que él Demonio comenzaba a corresponder, decidió soltarle las manos y tal como lo esperaba las manos de Albafica fueron a parar a su fuerte espalda, recorriéndola, clavándole las uñas ligeramente, sin que se lo esperara el Demonio le comenzó a besar el cuello, y él no se quedaría atrás.

El tiempo se les paso rápido entre juego en juego, las ropas había quedado en el olvido y la habitación en donde se encontraba se había llenado de gemido y suspiros, de los cuales todos y cada unos salían de los labios de Albafica. Minos lo tenia en donde quería dominado por completo por el deseo. En su juego final lo había  preparado lo suficiente para lo que pronto sucedería.

Acerco su erecto miembro a la entrada ya preparada del peliceleste, de apoco se fue abriendo paso por el interior del Demonio, admiro su rostro viendo como apretaba los ojos por el dolor y como una que otra lágrima se le escapaba de sus rojizos ojos.

Albafica sentía una mezcla de dolor y placer cuando Minos entro en él, una vez que el Arcangel comenzó a moverse de sus labios salia ya no gemidos sino gritos, pero gritos de placer completo, ya no los reprimía los dejaba salir  libremente de su garganta. La cordura la había perdido hace mucho, no le importaba que a quien tenia frente a él era su enemigo, nada de eso importaba en ese momento.

Las embestidas se hicieron mas intensas mas precisas, hasta llegar a  cierto punto donde Albafica gimió con mayor fuerza.

- Con que ahí esta- había sido solo un susurro en su oído que lo hizo estremecerse- te dije que serias mio y así fue.

Tras sus últimas palabras siguió golpeando con mayor intensidad el punto clave del peliceleste, haciéndolo delirar del placer que sentía. Con una de sus manos comenzó a atender el miembro del Demonio, que pedía atención. Siguieron así por un tiempo hasta que el Arcangel se corrió en su interior y él en el abdomen de ambos.

Minos salio de él para luego acercarse a sus labios y susurrarle.

- Eres perfecto... y desde ahora, eres solo mio.

El Arcangel se fue dejándolo en la cama, y sus palabras le hicieron pensar, se había dejado tocar como si nada, se sentía utilizado, pero para su desgracia no podía negar que le había gustado, ese Arcangel sabia donde y como hacerlo ceder.

•••

(-.◦)

* mas roja que un tomate*

Hola

Eh?... bueno acaban de conocer mi lado mas pervertido, okey ni yo sabia que podía llegar a eso (●^.^●)

bueno ...Chao

ScorpioNoMilo fuera 😳

Ángel y Demonio. [1.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora