Guardian - II

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Saga.

Ese nombre rondaba por su cabeza una y otra vez. Desde la aparición de ese Guardián se le habían complicado bastantes las cosas, con decir que apenas Camus dejo de sentir entumecidas sus alas tuvo que marcharse de inmediato, con la simple escusa de que ese Guardián era su jefe, y que posiblemente lo había descubierto, de cierta forma sentía rabia  de que el Ángel Negro se haya ido de su lado, pero no podía hacer ya nada mas, desde que Camus había permanecido en su casa por lo menos unos cinco días, como se había acostumbrado a su presencia, sin él ahí, era como si el lugar se sintiera vacío.

Recorrió el camino a la habitación que había utilizado el Ángel, al verla vacía una sensación de rabia se acumulo en él, esa rabia era dirigida a Saga. Miro nuevamente la habitación recordando los cinco días que tuvo que cuidar del él, los primeros tres, que tuvo que velar por que no muriera, cuidar la fiebre que tenia por el traspaso de sangre no subiera demasiado, así se le fueron esos tres días, y los últimos dos se había acostumbrado a tenerlo cerca, que el solo saber que tal vez no podría verlo de nuevo, le daban ganas de matar al Guardián que era culpable de que se separaran.

Golpeo una pared, tratando de descargar esa rabia que mantenía, mantuvo su puño en el agujero que de había formado por el golpe. Bufo para luego sacar su mano de ahí, al hacerlo le nació la duda de saber por que se colocaba de esa manera con el simple  pensamiento de que Saga pudiera hacerle algún daño al de la Muerte, que no podía sacar de su mente desde que se había ido de su casa.

- Maldición.- gruño, de alguna manera tenia que desahogarse- ¡Ah! Ni se por que voy a hacer esto. 

Salio de su casa con rumbo al territorio de los Ángeles, sin siquiera pensar en las consecuencias que tendrían sus actos.

Territorio de los Demonios.

Shion se estaba preparando para ir él mismo en busca de Albafica. Muchos le habían dicho que las alas de ese Demonio ya se encontraban colgadas en la pared de algún Arcangel como un trofeo. Pero el seguía reusándose a esa posibilidad, simplemente le era algo muy difícil de creer, ya que conocía al peliceleste desde el primer día en que se convirtió en el Demonio que es hoy en día y sabia bien lo fuerte que este era. Miro las alas de un Arcangel que tenia colgadas en su oficina, ya sabia como entrar, ahora solo faltaba poner en marcha su plan.

Estaba sacando esas alas blancas de la pared, cuando la puerta se abrió de repente dejando ver la figura de Dohko, quien lo miro con confusión.

- ¿Que diablos haces Shion?

- ¿Que te parece que hago?, iré a buscarlo yo mismo.

- ¿Acaso te has vuelto loco?, sabes que podrían matarte antes de si quiera supieras donde esta Albafica.

- ¿Y eso que?, Correré el riesgo, me da igual. Conozco ese lugar como la palma de mi mano, bien sabes que mi familia desciende de Arcángeles, para mi desgracia.

- Pero de todas maneras...

- Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión.

Dohko suspiro resignado, Shion podía ser muy testarudo cuando se le metía una idea en la cabeza.

- Lo único que te digo, es que tengas cuidado, o sino nos dejaras sin un líder de batallas.

Dicho eso, y simplemente se fue dejando a Shion solo con sus pensamientos.

Milo no sabia como pero había podido llegar al territorio de los Ángeles sin ser descubierto, ahora solo le faltaba saber donde se encontraba el Ángel que buscaba. Recorrió gran parte del territorio por los cielos y a una altura prudente, pero por mas que mirara no veía por ningún lado alas negras, bien le había dicho Albafica que era difícil encontrar a algún Ángel Negro en ese lugar, pero no se daría por vencido tan pronto, algo le decía que nada bueno estaba pasando con el Ángel de la Muerte que buscaba.

Tan equivocado no se encontraba, mientras Milo surcaba los cielos, Camus estaba siendo interrogado y acorralado contra una pared por Saga, el Guardián tenia una mano al lado derecho de su cabeza, mientras que con la otra hacia que lo mirara a los ojos, sosteniendo su mentón, aunque no lo demostrara tener a ese Guardián tan cerca de él lo intimidaba, Saga siempre le había causado una sensación entre respeto y algo de miedo.

- Ahora me vas a responder te me desapareciste por cinco días Camusito, ¿Donde diablos estabas?

- Primero no me llames Camusito, no tienes derecho y segundo, que rayos te importa donde me encontraba.

- Jeje claro que me importa- dijo acercándose todavía mas a su rostro- por si no lo sabes, soy tu jefe, y como tal me debes respeto y lealtad, además que debo saber el paradero de mis Ángeles de la Muerte, pero en especial el tuyo...- lo ultimo lo había dicho con un tono de voz que hizo que se le erizara la piel, de miedo, que no demostró.

- ¿Porque?

- Por que podrías traicionarnos al igual que Degel, y por que se me da la gana- comenzó a acercar su rostro de una manera muy peligrosa.

Milo ya casi se decidía de volver a su casa y de que lo que hacia era solo una tontería, ¿Que le diría una  del que lo encontrara?, ¿Por qué lo buscaba?, ni el mismo lo tenia claro. Bajo en un lugar que considero alejado y en donde ningún Ángel lo vería. Suspiro resignado, era mejor que volviera no tenia nada que hacer ahí, eso iba a hacer hasta que escucho unas voces cerca de donde se encontraba, se apego a una pared cercana por instinto, de a poco se acerco al lugar de donde las voces provenían, la primera que escuchó no supo de quien era, pero la segunda, esa si la conocía, se acerco hasta llegar a una orilla desde donde asomo levemente su cabeza, y lo que vio no le gusto para nada.

-Pero ¿Que? 

◆◆◆

Hola

¡Volví! Jaja... espero que Suspenso-chan no haya sido tan malo con ustedes. Por lo visto Camus se metió en problemas. Y una cosa mas, comenzare a actualizar cada dos semanas, así que paciencia, l@s quiero.

Chao, Chao 👏

ScorpioNoMilo fuera ✌

Ángel y Demonio. [1.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora