Nunca pensó que podría estar en el mismo lugar que un Demonio sin tratar de eliminarlo, o si quiera de golpearlo, aunque más de una vez le había dado ganas de golpear a Milo por las estupideces que decía y debía admitir que más de una de esas misma estupideces le había sacado una sonrisa o carcajada, algo que ninguno de sus conocidos podía hacer.
Le parecía extraño, cuantas veces no trato de matar al peliazul en el campo de batalla, y ahora hablaban como si nada. Se puso a pensar, no había hecho una tregua ni nada, entonces ¿Por qué conversaban como si nada?
- Hey, ¡Camus!
- ¡ah!, perdona.
- ¿Que te pasa? Estabas en las nubes.
- No, solo estaba pensando.
- Ah okey... es que parecías en otro mund..- de repente Milo miro en dirección de la puerta y una sonrisa ladeada apareció en su rostro. Camus lo miraba curioso ¿que le llamo tanto la atención a ese Demonio?- je... oye ¿Quieres ver a un Demonio trabajando?
- ¿Que?
- Eso, ¿Si quieres ver como trabaja un Demonio? pero antes debo saber si no haces trabajo de Guardián o solo te encargas de los muertos y de las batallas.
- Puedo hacer el trabajo de un Guardián, pero por puro que me gano la curiosidad de saber como trabajas lo dejare pasar.
- Jaja perfecto.
Se levanto de la mesa seguido del Ángel. Milo abrió la puerta para ver al que seria su víctima, se trataba de un chico de cabellos negro, ojos de la misma tonalidad, lo conocía y sabia lo fácil que seria tentar a ese pobre humano.
- ¿Mh?, Zaphiri sera sencillo... no hay presencia de ningún Guardián. Esto nunca me había resultado tan fácil.- antes de comenzar hizo aparecer cerca de donde Zaphiri se encontraba un fajo de billetes. Se acerco al chico por la espalda, lo suficiente para poder susurrarle cosas, Camus solo veía desde el margen de la puerta como el Demonio hacia su trabajo.
Zaphiri ya había visto la cantidad de billetes que se hallaba a tan solo unos cuantos metros de él, lo dejaría pasar pero una parte de si comenzó a decirle que lo tomara y esa parte no era mas que la voz de Milo, tratando de convencerlo.
-Vamos, no vas dejar pasar estas oportunidad o ¿si?... tiene que haber como $200.000 hay. Recogelo.
- Y ¿Si se le perdió a alguien?
-Bah ya se le perdió, jodió. Ahora puede ser todo tuyo ...- tomo una de las manos del chico y la comenzó a guiar al fajo de billetes.
Camus no podía creer con que facilidad había logrado convencer al humano de llevarse esa cantidad de dinero como si no importara de quien fuera. Milo sonreía triunfal, le divertía hacer su trabajo, en especial cuando sus presas caían tan rápido, soltó la mano de Zaphiri que estaba apunto de tonar el dinero cuando, alguien lo detuvo.
- Genial- bufo Milo- tenias que ser tu, siempre arruinando mis planes... el Guardián que mas detesto.
El Guardián lo ignoro olímpicamente, y continuo haciendo su trabajo. Camus a penas lo vio aparecer se escondió, no podía dejar que el otro Ángel lo viera. Una vez que logro que Zaphiri se alejara del lugar miro a Milo por primera vez en dos minutos.
- Siempre me arruinas los planes sinceramente prefiero a tu hermano, no me causa problemas como tu Saga.
Territorio de los Ángeles.
Se encontraba sentado en la cama, recriminandose una y otra vez el haberse dejo utilizar de esa manera por un Arcangel de mierda, si eso era para él, un sucio Arcangel que aprovechando su rango posiblemente hacia lo que se le venia en gana y nadie le decía nada, se preguntaba ¿A cuantos más habrá hecho pasar por lo mismo?, tal vez no era el primero, quien sabe si sus pensamientos eran correctos o no. Trato de levantarse pero el intenso dolor en su cadera no lo dejo, aun así no quería quedarse en ese lugar, le daba igual que se callera más de una vez por el dolor, el quería largarse de ahí, y nunca mas volver a ver al peliplateado, para aumentar se desgracia recordó sus alas casi destruidas por completo, no podría salir de ahí, a menos que alguien viniera por él, pero a estas alturas más de uno debía pensar que estaba muerto o que lo tenían capturado. Recordó a la única persona que Movería cielo, mar y tierra por él.
- Shion, sacame de aquí.- dijo al viento, sin saber que el mencionado estaba haciendo lo imposible por encontrarlo.
◈
Milo fulminaba con la mira al Guardián que solo le veía serio; Saga era de los Guardianes que mas problemas le daba, ya que siempre lograba hacer que sus presas dejaran de escucharlo.
- Siempre me arruinas los planes sinceramente prefiero a tu hermano, no me causa problemas como tu Saga.
- Eso es solo por que Kanon te deja hacer que quieras, de no ser por mi ya lo hubieran convertido en un Caído, ahora me voy no tengo nada mas que hacer aquí.
- Si largate.
Estaba apunto de marcharse, cuando sintió la presencia de otro Ángel al interior de la cabaña, le pareció extraño ya que tenia entendido que ningún Ángel se hallaba por esos lado, iba a entrar pero Milo le corto el paso.
- ¡Hey! no creo que quieras entrar a la casa de un Demonio o ¿si? por que sino de aquí no sales. - dijo a la vez que sus ojos tomaban un ligero tono rojizo.
No dijo nada, simplemente siguió su camino, después de todo pudo saber que Ángel se encontraba al interior de esa casa, y justamente era el Ángel de la Muerte que falta en las filas de sus tropas, ya que él no era un Guardián cualquiera, era de los pocos que participaban en las guerras, y conocía a cada uno de sus Ángeles.
- Con que aquí estas Camusito.
◆◆◆
Hola
Aquí esta su loca escritora, con una mala noticia, se me acabaron las vacaciones de invierno, así que me tardare un poco mas en actualizar, pero prometo hacerlo lo mas pronto que pueda.
Chaito
ScorpioNoMilo fuera ✌
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Ángel y Demonio. [1.Temp.]
Hayran KurguÁngeles y Demonios, su guerra se a extendido durante milenios, han habido intervalos para que ambos ejércitos, retomaran su trabajo, los Demonios tentar a los humanos y los Ángeles tratar de defenderlos, entre ellos hay una gran rivalidad...y entre...