La mentira se hizo verdad

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¿Cuanto tiempo llevaba con ese loco plan? Una semana y unos cuantos días.

Albafica no sabia como reaccionar a la situación en la que su corazón se hallaba en ese momento. Por un lado estaba Shion y por el otro Manigoldo, no tenía ni la menor idea de en que momento dejo de ver al peliazul como su cómplice en el plan para comenzar a verlo de otra manera, como su verdadero amante. No quería pensar que estaba escogiendo a Manigoldo y dejando ir a Shion, quien había sido capas de arriesgar su vida por él, pero no podía mandar en su corazón.

Suspiro con pesadez. Realmente tenia que aclarar sus dudas sino terminaría cayendo en serio en las redes de Manigoldo, y hablando del rey de Roma justo aparecía su dolor de cabeza.

~•~

- ¿Dime, que se siente pasar a ser la presa...?

Aiacos no podía creer con que facilidad ese Demonio lo había tirado al suelo en menos de un segundo. Podría tener la apariencia de un Arcangel pero sabia que muy en el fondo seguía siendo un Demonio. Milo se subió sobre él tomándolo del cuello de la camiseta, se acerco lo suficiente a su rostro para amenazarlo.

- Ahora me vas a servir de informante.

- Y crees que voy a soltar la lengua así como así.

- Necesitas razones, te las daré... Sino me das la información que necesito puedes  decirle adiós a tu vida- sonrió de una manera perversa, aunque ahora no tuviera sus colmillo su sonrisa no perdía el toque demoniaco.

- Ni con eso diré algo.

- Sabes, aunque ahora me vea como un Ángel no quiere decir que no pueda matarte. Según tengo entendido, son muy pocos los Arcángeles y si decido quedarme así puedo hacer que con una orden mía te maten... - se acerco un poco mas para susurrarle al oído con una voz muy aterradora- tampoco te dejare tranquilo si vuelvo a ser un Demonio, prometo buscarte y hacerte añicos. Tu decides.

Milo se levanto dejando al Guardián asustando en el suelo. Milo tenia razón, solo habían dos Arcángeles con vida  Asmita y Suikyou. Si se salvaba del peliazul como Ángel, no tendría la misma suerte si se convertía en Demonio, no tenia ninguna salida mas que cooperar para salvar su cuello.

- Esta bien, hablare.- consiguió que Milo sonriera satisfecho- ¿Que quieres saber?

- Primero necesito conocer el Territorio, vas a ser mi guía. Y no quiero trampas, sino el que la pasara mal seras tu. ¿Entendido?

- De acuerdo.

Tendría que armarse de una enorme paciencia si es que no quería acabar como comida de Demonio.

El viaje se le haría largo memorizando cada rincón del Territorio de los Ángeles, pero sobre todo sabiendo que por cada minuto y segundo que pasaba, mas maltratos y agresiones podría estar sufriendo el Ángel de la Muerte que con tanto desespero buscaba. Sin saberlo sobrevoló una casa que en su interior el segundo ser que mas a odiado en su vida se desangraba lentamente, víctima de un arma que sostenía su propia mano. 

~•~

Manigoldo lo había acorralado contra una pared cercana , ahora se encontraba besándole el cuello, no sabia por que había cedido así de repente si normalmente hacia eso estando Shion cerca para sacar los celos a flote, pero esta vez el Demonio no esta y él se estaba dejando llevar por las suaves caricias que el peliazul le daba.

-Manigoldo para - logro articular, aunque con mucha dificultad.

- No me pidas eso cuando veo que te gusta...- poso una de sus manos en las blancas mejillas de Albafica que ahora tenia un ligero tono rosado en ellas- Albita...- ese diminutivo de su nombre le recordó al asqueroso de Minos-  ¿Sabes por que accedí a hacer esto contigo?

- No...

- Por que en verdad me interesas, y tenia, no, aun tengo la ligera esperanza de que con todo esto tú te fijaras en mi, mas  que como un amig...

Su relato fue callado por los labios de Albafica, quien no sabia el por que de lo hacia hasta que cayó en cuenta, su corazón había escogido a Manigoldo y dejo ir a Shion verdaderamente, ya no podía negarlo era la pura y santa verdad. Hubiera seguido con ese beso que le resultó algo placentero, de no ser por que sus pulmones le pedía oxígeno con urgencia.

- ¿Que fue eso?- pregunto Manigoldo sin creerlo todavía.

- Creo que... Siento lo mismo que tú.

Sin perder tiempo el Demonio de cabellos azules atrapo de nuevo los labios de Albafica.

Con lo que no contaban era que cierto castaño había visto y escuchado todo, ahora se iba de ese lugar con una mezclas de sentimientos entre alegría y algo de tristeza, por como reaccionaria Shion cuando supiera lo que pasaba, lo que si tenia claro es que esa información no saldría de sus labios, que fuera el mismo Albafica el que se lo dijera. 

~•~

En la misma casa que había sobrevolado Milo hace unos minutos, un Ángel de la Muerte seguía mirando atónito la sangre esparcida por todos lados, no solo del Caído que se había conseguido solo hace un día sino que también la propia.

¿Como había pasado eso?, ¿En que momento?

Solo había dado un paso, cuando sintió el filo de la daga pasar por su vientre cortando su carne y dejándole una herida mortal, pero no solo eso a los segundo de haber caído al suelo, caía también otro cuerpo con heridas mas profundas en el cuello, solo lograba ver como la sangre se esparcía con lentitud sobre el suelo y como unos cabellos verdes se teñían lentamente de rojo.

Se había quitado la vida, con la esperanza de encontrarse en la Tierra con su tan amado Demonio que había partido antes que él.

◆◆◆

¡Hola!

¡Le robe la Armadura a Dohko para protegerme de todas las chanclas voladoras que me van a lanzar por haber matado a Degel!... Pero OJO su muerte tendrá sentido en el final, para que ese capitulo llegue falta mucho.

Chaito

ScorpioNoMilo ✌

Ángel y Demonio. [1.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora