Capitulo 26

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A pesar de estas siendo ahorcado por el Demonio, le mostró una sonrisa muy sínica y arrogante cosa que hizo enfurecer todavía mas al otro peliazul. Milo lo soltó tirándolo al frío suelo.

- ¿De que te ríes maldita rata?

- De tú grandisima estupidez...- solo logro aumentar aun mas la furia del híbrido- Sabiendo que eres un Arcangel podrías haberme hecho desaparecer como si nada, pero en cambio, estas aquí arriesgando tu vida por un Ángel de la Muerte. Que bajo has caído.

Lo tomo de cuello de la camiseta para levantarlo unos centímetros del suelo, sus ojos tenían un ligero tono carmesí, algo que asusto a Saga ya que nada buenos se venia cuando ese Demonio tenia los ojos de ese tono.

- ¿Sabes por que lo hice así?...por que quería acabarte con mis propias manos.

Saga trago saliva si no hacia algo podía darse por muerto. Pero para su sorpresa Milo se separo de él dándole una mirada mas que asesina, advirtiéndole con ella que si intentaba hacer algo le iba a partir todo lo que se llama cara y algo mas. Milo se acercó a Camus que  sorprendido lo veía ir en su dirección, como era posible que se olvidara de la pelea con Saga solo para saber de él.

- Voy a sacarte de aquí, no te preocupes.- lo miro atónito, no por lo dicho sino por la apariencia de Arcangel que ahora poseía.

- ¿Como es que...?

- Luego te lo explico.

- ¡Milo, cuidado!- había visto a Saga levantarse del suelo y sacar un látigo que usaba con él para atacar al peliazul. Paso una de sus manos por las alas de Camus antes de levantarse y encarar al Guardián.

- Acaso eres tan cobarde que no puedes enfrentarme sin una puta arma.

Saga sonrió, no es que se consideraba débil en comparación a Milo, pero prefería tomar precauciones.

- No. Pero ¿sabes?- su sonrisa creció- un Arcangel no es un ser bueno en las batallas.

-No soy un Arcangel... ¡Soy el Demonio que te hará pedazos!

Dicho eso se abalanzo en contra del Guardián. Justo como lo esperaba Saga, sujeto con mayor fuerza el látigo, cuando Milo estuvo lo suficientemente cerca trato de azotarlo con él, por suerte logro esquivarlo con una sorprendente agilidad además de tomarlo con una mano en el momento justo, tiro de él con tal fuerza que obligo lo obligo a soltar del otro extremo. El mayor lo vio tirar el látigo por hay sin importarle en donde cayera. Ambos hicieron sonar sus nudillos y una pelea bastante pareja comenzó.

-¡ Tú y tus malditas trampas no me intimidan! - dijo a la vez que le lanzaba puñetazos al rostro, los cuales Saga podía esquivar con facilidad.

Desde la cama Camus veía toda la pelea, cada golpe, patada, puñetazo y maldiciones que se dedicaban el uno al otro. Todo eso por su causa... No. Todo por culpa de Saga, si ese maldito Guardián no se hubiera cerrado a la idea de tenerlo como suyo por la eternidad, posiblemente nada de esto estaría pasando.

El ruido de madera rompiéndose, junto con un pequeño grito ahogado lo saco de sus pensamientos. Miro a los pies de la cama ahí vio a Milo tirado en el suelo, con algunas astillas en las alas y sosteniéndose un brazo del cual brotaba un poco de sangre. Estaba completamente seguro que Saga alguna trampa tuvo que haber hecho, era imposible que ese degenerado fuera capas de derrotar al segundo guerrero mas fuerte de los Demonios.

-¿Ves? Te lo dije, los de tu tipo no son buenos en la batalla solo sirven para estar tras un escritorio.

Milo lo miro furioso, ese mal nacido le estaba ganando en velocidad, solo por que aun no se acostumbraba a su nueva forma, además las alas se le hacían mas pesadas, al ser mas  grandes que cuando era un Demonio. Aun así no se daría por vencido. Una de sus manos topo algo lo miro de reojo, y una sonrisa casi imperceptible se formo en su rostro.

- Si, tal vez tengas razón. Los Arcángeles son quienes están tras los escritorios, por lo tanto utilizan el cerebro y no la fuerza bruta.- dicho eso, tomo con mayor fuerza el objeto entre sus manos dándose cuenta de que era el látigo, lo ocuparía para su ventaja.

En un movimiento enredo el látigo en la pierna derecha del Guardián, tirándolo al suelo. Con una fuerza de la que el mayor no lo creía capas, Milo lo arrastro hasta hacerlo chocar violentamente contra la pared mas cercana.

Se había golpeado de una manera violenta la cabeza quedando así algo aturdido, pero no se esperaba para nada que a los segundo de pasar eso, un fuerte golpe le llegara en plena cara. El peliazul menor le había acertado una patada con tal fuerza en el rostro que hizo al contrario escupir sangre. Soltando el látigo se acerco a su enemigo, quien lo veía con los ojos entreabiertos. Lo tomo del cuello ahorcándolo un poco.

- Si no te mato ahora...- sus palabras parecían gruñidos- es solo por que prefiero desmembrarte en la guerra, y hacerte sufrir todo lo que yo quiera.

Lo soltó, Saga tosió tratando de recuperar algo de aire. Su rostro se veía con cortes en el labios, cerca del  ojo derecho y le caía una gruesa linea de sangre por la sien izquierda.

El Demonio se acerco a su pareja viendo en que condiciones se encontraba. Se abrazaron como si su vida dependiera de ello, Camus le susurro un "gracias" al oído a Milo, quien luego de separarse de sus brazos, buscaba la manera de sacar las gruesas cadenas de las alas de Camus.

- Como desearía tener las garras o los colmillo en este momento- decía mientras hacia fuerza en la cerradura del candado tratando de abrirlo- ¿Sabes donde esta llave?

- Creo que, podría tenerla Saga.

Milo reviso de pies a cabeza al Guardián, -que había caído inconsciente por los golpes en la cabeza- encontrando la llave entre sus ropas bien oculta. Una vez que libero al de la Muerte la de las cadenas, lo invito a que se fueran lo mas pronto de ahí, pero algo se lo impedía a Camus.

- ¿Que pasa?

- No siento las alas.

- ¿Que?... Pero, no sera como cuando te lleve a mi casa.

- ¡No!, ahora no siento absolutamente nada en ellas.- se estaba desesperando, si sus alas dejaban de cumplir con su deber, podía fallecer en cualquier momento, ya que aparte de darles la posibilidad de volar, también eran las que les proporcionaban la vida eterna.

- Tranquilo esto tiene solución. Sera mejor irnos de aquí - lo tomo con delicadeza del mentón logrando que lo viera a los ojos- No te preocupes, nada malo les pasara, por ahora sube a mi espalda.

- Pero eso no...

- No me molestara. Abriré tus alas con las mías, hay que estimularlas desde ya, vamos.

Una vez que se encontraban en el aire, Milo tenia una mezcla de sentimientos, por un lado estaba feliz por que al fin lo alejo de Saga, y por el otro estaba preocupado, si las alas de su bello Ángel no reaccionaban pronto podría perderlo cualquier día.

◆◆◆

Hola.

¡Al fin pude publicar! ヽ(^0^)ノ no saben cuanto las extrañe.

Pero como no todo puede ser bueno. El próximo lunes entro a clases... ¡Adiós vacaciones! ・゚゚・(>д<)・゚゚・
Así que actualizare una los fines de semana, estén atentas.

¡Las quiero! Chaito. (^)3^)

ScorpioNoMilo ✌

Ángel y Demonio. [1.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora