*Extra*

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Territorio de los Demonios.

Terminada la guerra Shion busco de inmediato a Dohko, con la esperanza de encontrarlo vivo, lo hayo medio escondido entre unas rocas, el Demonio estaba bastante herido y la única  forma de que no perdiera la vida era escondiéndose de los Ángeles. Por las mismas heridas tenia la vista algo borrosa, por lo que cuando Shion fue ayudarlo por un momento lo confundió con un Ángel de la Muerte y casi lo ataca.

– ¡Dohko!– alcanzo a esquivar por suerte un golpe directo a su cabeza– ¡Mirame, idiota, soy yo!

– ¿Shion?

– Quien mas– lo tomo con algo de brusquedad, cobrándole el casi golpe–sostente voy a sacarte de aquí.

Normalmente se dejaba a los Demonios más heridos en el campo de batalla, para que - según ellos- murieran con honor de guerreros. Pero Shion se olvido de esa regla, ¿Como dejaría a Dohko morir cuando por fin había aceptado que lo amaba?

Una semana paso para que Dohko se recuperada por completo, y en la misma nadie vio a Shion ya que este solo se empeño en que su Demonio no lo dejara todavía, ¡Eso no se lo perdonaba ni ebrio! Cuando vio que al fin su amante se podía parar de la cama pudo suspirar tranquilo.

– ¿Estas mejor?

– Tuve al medico más hermoso que puede haber,– sus mejillas se tornaron de un suave carmesí– no podría estar mejor.

– No digas esas cosas.

– Es la verdad. Shion, ¿Por que me sacaste del campo de batalla, si normalmente a los más heridos se les deja morir?

– ¿Hubieras preferido la muerte, antes de quedarte conmigo?

«Eres un idiota, Dohko, un maldito idiota, como se me ocurre preguntar eso.» se recriminaba a si mismo.

–¡Por supuesto que no!... Solo me tomo por sorpresa, no te enojes.

– No importa.

– Mi gema, te conozco hace mucho no puedes ocultarme nada de lo que te pase, y lo sabes,– lo atrajo hacia sí, logrando que Shion fuera la replica exacta de un tomate, aparte del apodo que le había dado– así que, no me digas que no te importa cuando se que es mentira.

Sin que se lo esperara Dohko lo tomo de la cintura, atrayéndolo lo más que pudiera a su persona, y sin previo aviso sus labios atacaron el blanco cuello que estaba expuesto, comenzó a besar y morder dejando una marcas rojizas en la piel de Shion, quien sin oponerse a nada se dejo llevar. Las caricias que recibía le eran muy placenteras.

Los gemidos no tardaron en aparecer. Dohko le descubrió el torso sin ningún problema , deleitando su mirada con el abdomen bien trabajado de su pareja, sin pensarlo siquiera aprisiono con sus labios uno de los capullos rosas de Shion, mientras que su mano jugaba con el otro.

– Dohko, para...

– Lo siento, hoy no te obedeceré.

Esa noche, fue la mejor, en todos sus milenios de vida, Shion nunca antes había sentido esas sensaciones tan placenteras, ni cuando lo había hecho con Albafica, las sensaciones que Dohko despertaba en él quería seguir sintiendolas el resto de su vida.

Años después.

Dohko daba vueltas en la Tierra, buscando a algún humano lo suficientemente vulnerable para poder tentarlo de hacer algo indebido. Pero sus planes se vieron cambiados cuando a lo lejos, vio una cabellera azul rebelde, y larga, cuando el dueño de esta se dio la vuelta al Demonio casi se le va el alma del cuerpo.

Ángel y Demonio. [1.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora