Hoy, corre sangre.

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Ya conociendo el Territorio por completo se deshizo de Aiacos, y solo por haberle servido bien le perdono la vida, aunque de todas formas le hizo la amenaza de acabar con él si alguien se enteraba de su presencia en ese lugar.

Una vez solo se fue directo a la casa en donde le había dicho vivía Saga, miro de lejos la casa esta parecía vacía, tendría que esperar hasta que el Guardián volviera a ella, y esperaría el tiempo que fuera necesario. Ya caída la noche vio que Saga se aparecía al fin, vio la posición de la luna era mas de la media noche.

Paso esa noche en las cercanías y al amanecer, espero que Saga saliera de su casa para seguirlo a donde sea que fuera, con la esperanza de encontrar a su Ángel pronto. Lo siguió desde las alturas para todos los lugares a los que fue, pero estaba llegando ya el medio día y no daba señales de llevarlo a su objetivo pronto, ya se estaba imaginando la posibilidad de que Saga no tuviera a Camus, y si era así no tendría el tiempo suficiente para encontrarlo, se había tomado un tiempo excesivo en conocer el Territorio y perseguir a Saga, y no tendría tiempo para comenzar todo de nuevo.

Antes del medio día Saga se comenzó a mover nuevamente, pensó que iría a su casa pero vio que el Guardián tomo un rumbo muy distinto, con dirección a un bosque cercano al Palacio del Juicio, le pareció extraño ¿Que tendría que hacer en ese lugar?. A los minutos llego a lo más profundo de ese bosque es donde se encontraba una casa oculta entre los árboles.

"Que no sea lo que estoy pensando"

Siguió al otro peliazul mirando por las ventanas, hasta que llego a un cuarto mas apartado de los demás pero con un enorme ventanal que lo dejaba ver perfectamente al interior de la habitación. Se escondió entre las ramas del árbol mas cercano y miro por el ventanal, al hacerlo apretó los puños hasta lastimarse las palmas de las manos con las uñas, sus ojos mostraban ira y un odio enorme.

En el interior de la habitación había una mesa de noche, cosas de dudosa procedencia esparcidas por el suelo y una cama, sombre ella estaba Camus;  sus cabellos esparcidos por todos lados, las alas encadenadas, en su cuerpo unos pequeños cortes al igual que en su rostro, se encontraba tirado en la cama como si alguien lo hubiera tirado sin ninguna consideración. Por lo que Milo lograba ver estaba consiente, pero no tenia las fuerzas necesarias para poder moverse.

Iba entrar sin perder mas tiempo para sacarlo lo mas rápido posible de ahí, pero justo cuando se disponía a saltar de la rama en donde estaba apareció Saga en la habitación.

El Guardián sonreía con malicia, asustando a Camus sabia con que intenciones venia a ese lugar el peliazul. Saga paro su andar justo delante de la cama, se sentó en una esquina y con una de sus manos comenzó a acariciar las piernas del Ángel Negro, con lentitud subía esa mano por todo el cuerpo del otro, hasta llegar a su boca y con su dedo pulgar delinear los labios de Camus.

-  No... Me toques.

- ¿Quien va a impedírmelo, tú?- rió, en verdad disfrutaba esa situación- lo dudo, pequeño.

- Ya te lo dije, no me toques- su mirada era fría, a pesar de encontrarse en una posición que no lo favorecía para nada- ¡No dejare que vuelvas a tocarme de esa manera!

- Oh vamos, como si no lo disfrutaras...

- ¡Contigo nunca lo disfrute!, ¡ me das asco, me repugnas. Eres un maldito cerdo!

Saga sonrió de lado ante esas palabras, y desde el punto de vista de Camus, era una sonrisa muy sádica, nada bueno se venia.

- Oh... Con que esas tenemos- se acerco a su oído para susurrarle- hoy, te haré gritar como nunca antes.

Atrapo sus labios a la vez que subía sus muñecas sobre la cabeza, cuando se iba a subir sobre él para estar mas cómodo, el ventanal se rompió, dejando ver a un Arcangel de cabellos azules este levanto el rostro, Camus lo reconoció al instante pero a Saga le costo un poco, le parecía familiar demasiado, supo de quien se trataba cuando el Arcangel le dio el puñetazo de su vida.

- ¡¡¡No te atrevas a ponerle tus sucias manos encima!!!

Otro puñetazo que lo mando al suelo.

- Milo...- le sonrió con burla-  Ya te habías tardado.

-¡¡No me provoques maldito, que puedo hacerte pedazos ahora mismo!!

A pesar de la amenaza, Saga rió con ganas, para él era una situación muy entretenida. Descubrir que su peor enemigo seria de un rango superior al suyo si decidía quedarse de esa forma, y por lo mismo podía deshacerse de su persona como si no fuera nada, pero también al estar ahí quería decir que nadie sabia de su transformación, sino tendría a los otros Arcángeles tras suyo para converselo, además lo que mas le divertía de esa situación, era de que a pesar de todo el poder de mando que podría tener, prefería gastar su tiempo en busca de un Ángel de la Muerte un simple soldado, en otras palabras alguien que tenia que obedecer hasta a los instintos mas bajos de sus superiores.

- Dime, ¿vienes por él?... Dejame decirte mi querido Milo...- el sarcasmo en su voz no era para nada disimulado- Que ya lo reclame como mio, ¿Cuantas veces fueron, unas cinco tal vez seis?... ¿mh? No lo recuerdo.

Desde la cama Camus vio como Milo hacia sonar su manos preparando un golpe, pero para su sorpresa y la de Saga eso no paso.

Tomo al Guardián del cuello como si se tratara de un muñeco de trapo, lo ahorcaba a la vez que lo estampó contra la pared.

- Hoy, corre sangre y te aseguro que no sera la mía...

◆◆◆

¡Hola!

🎤 No estaba muerta, andaba de parranda...

Buu ojala hubiera sido eso la escusa de tardar tanto pero no, la verdad es que me quede pegada viendo Ao no Exorcist xD... Recuerdenme no quedarme pegada viendo anime.

Chaito.

ScorpioNoMilo. ✌

Ángel y Demonio. [1.Temp.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora