Capítulo 2: Un secreto

1.5K 222 76
                                    

Lo prometido se cumple... Votos y sobre todo comentarios estimulan para escribir...
Votad y subiré.

Niall cubrió con su chaqueta la cabeza de Alana para cruzar la calle. Estaban cayendo unos goterones gruesos y congelados.

Ya llevaban una semana en Londres y en realidad se habían aclimatado bien a la nueva vida en la ciudad. Alana acudía a la escuela y comía allí, Niall la recogía al final de su jornada y pasaban la tarde y cenaban juntos.

-Papi, el gatito se está mojando.

Niall se contuvo para no gritar. Todos los días Alana le decía algo del gato de la calle. Que además siempre parecía estar cerca cuando llegaban.

-Mira todo ese pelo. Y puede meterse bajo esos cubos.

Harry dejó de mirar a Alana, que era la que le interesaba porque le daba leche y jamón casi a diario, para dirigir su mirada ofendida al humano adulto.

¿Debajo de esos cubos? ¿Sucios?

Ese hombre siempre tenía problemas con todo. Bueno, con todo lo que tenía que ver con él.

Cerró la puerta dejándolo fuera, como si Alana no fuese a bajarle la leche y abrirle el portal como hacía a diario.

La primera vez que había visto al humano no había podido evitar fijarse en que era muy atractivo. Y con un bonito trasero. Aunque lo perdía todo con su actitud.

Con su actitud contra él, para ser exactos.



Niall miró a su hija, jugando con su teléfono en el sofá.

-Alana, tengo que bañarme. No salgas sola.

-No, papi.

-Ese gato está bien. Son gatos callejeros, están acostumbrados a sobrevivir. Y no podemos tener un gato.

Alana devolvió la mirada al juego de vestir muñecas. Niall se encerró en el baño.

Un trueno rompió el silencio y Alana miró preocupada la lluvia contra el cristal.

Abrió la puerta y la dejó abierta gracias a una silla. Y bajó corriendo las escaleras.

Abrió el portal y se encontró al gatito allí esperando.

-No vas a dormir fuera con esta lluvia.



Niall pinchó un trozo de pollo y suspiró.

-Alana, come todo.

-Estoy llena.

-Sé que estás enfadada por lo de ese gato, pero ahora mismo...

-Seguro que mamá me dejaría tener un gato.

-Mamá ya no vive con nosotros, cariño.

-No quiero más.

-Lávate los dientes y ve a dormir, mañana tienes colegio.

Alana apartó la silla y se fue sin recoger su plato.  Niall se acarició la frente. Debería regañarla pero las últimas semanas habían sido duras.

Recogió el plato con los restos de la comida y revisó que se acostara.



Su padre acababa de cerrar la puerta. Alana encendió la luz de la mesilla y levantó la colcha.

Unos enormes ojos verdes de pupilas dilatadas la miraron. Alana abrazó al gatito y le retiró la toalla con que lo había secado.

-En cuanto se duerma te doy comida.

Harry iba a maullar de agradecimiento pero recordó al humano desagradable.

-Mi mamá nos abandonó –dijo Alana acariciándole la cabeza – me llama y me dice que me quiere, pero se fue.

Harry ronroneó.

-Papá es un buen papá. Sé que parece serio pero es sólo por lo de mamá y la vida en Londres y eso. Antes reía mucho más y de noche tocaba la guitarra y cantaba en el pub.

¿Ese humano?

-Lo quiero mucho pero a veces añoro a mamá.

Harry le dio un cabezazo cariñoso.

Él también añoraba a su madre. Se había criado en una colonia de gatos cambiaformas en la zona rural, con su familia, hasta el año pasado.

Su madre había muerto atropellada muy cerca de su casa y nada fue lo mismo para él. Ella estaba en forma de gato al morir y por eso habían podido recuperar su cuerpo sin problemas.

Su madre solía decirle que era tan guapo de gato como de humano.

No había vuelto a transformarse en humano desde que había abandonado la colonia en verano.

Se acurrucó a los pies de la cama.

Un lecho blando, comida y calor.

Se quedó dormido incluso olvidando el hambre.

Despertó súbita y desagradablemente porque alguien le había agarrado del pellejo.

Alguien con unos ojos azules como el cielo y fríos como el hielo.

El humano desagradable.

Stripped Fur ||Narry|| Ziam||AU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora