Capítulo 27: Juicios de moral indebidos y peleas a destiempo

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Cuándo Niall abrió los ojos, Harry ya era un gatito acurrucado a su lado.

Le habían despertado unos ruidos.  Debía ser Emily cocinando. Miró el reloj. Las ocho y veinte.

Acarició la cabeza de Harry que abrió los ojos.

-Voy a ver qué está haciendo y vuelvo un rato más a la cama.

Harry agachó la cabeza y volvió a dormirse. Niall se levantó y se armó de valor. Iba a haber preguntas.

Se puso el pijama y salió.

Emily tenía una sartén en la mano y estaba haciendo tortitas. Hizo contacto visual con su ex marido y él comprendió de inmediato que había oído lo de la noche anterior.

-Buenos días. –Niall abrió la nevera. Buscó agua. Emily puso la sartén en el fregadero.

-¿Tu amigo se encuentra bien? No he sentido la puerta cerrarse.

-Ya se fue.

-No sé como tomar que te traigas un hombre y tengas relaciones sexuales con él en la misma casa dónde vive tu hija.

Niall dejó el vaso de agua.

-Mi hija estaba dormida. Ni siquiera se ha enterado. Sin embargo cuando tú tuviste relaciones sexuales con un hombre y te fuiste con él si se enteró.

-Dijiste que lo habías perdonado.

-Lo hice pero tú no te atrevas a juzgarme.

-No sabía que eras...

-Creo que esta conversación es la que menos me apetece tener a esta hora. Yo soy un hombre que me he enamorado de otro hombre.

-¿Se lo vas a decir a Alana?

-Yo tengo más tacto y delicadeza que tú. En algún momento lo tendrá que saber, pero será cuando yo me sienta preparado y ella también lo esté. Ella ya ha sufrido mucho cuando tú te fuiste sin avisar.

-¿Cómo le conociste?

-No voy a hablar de Harry contigo... lo nuestro es demasiado especial.

Harry pasó corriendo por el salón. Emily le miró.

-Ha aparecido el gato.

-Sí –Niall volvió a abrir la nevera. -¿qué más necesitas saber?

Harry abrió el agua y se lavó rápido. La cosa iba a ponerse fea y Alana iba a necesitar apoyo. Volvió a tomar forma de gato y salió al salón.

-No hace falta que te pongas a la defensiva. Yo no tengo nada en contra de que sea un hombre. Es sólo que me parece... rápido.

-Emily, he estado callado meses. No quieras que yo diga lo que pienso.

-Dilo.

-Igual no fui el mejor marido, pero Alana es tu hija y ella no merecía que te fueses como lo hicistes. Y tampoco yo lo merecía.

-Es la primera vez desde que nos casamos que te pones así conmigo.

-¿Y no te parece raro que nunca peleáramos? Teníamos la misma pasión que un par de pingüinos.

-¡Entonces deberías entender porqué me fui!

-¡No del modo en que lo hiciste!

-¡Necesitaba respirar!

-¿Y mis necesidades?

-¡Yo no sabía que eras maricón, no me culpes por eso!

Niall se dio la vuelta y Emily maldijo. Se había pasado de la raya y lo sabía.

Niall cerró con un portazo su habitación.

Alana abrió la puerta de la suya. Harry corrió a su lado y ella le abrazó.

-Mamá... ¿qué pasa?

Niall salió de nuevo, vestido con unos jeans y un suéter grueso.

-Niall...

Él se puso la chaqueta, consciente de que su hija estaba despierta y no quería que fuese testigo de eso.

-Voy a dar una vuelta. Deberías ir buscando un hotel, la casa es pequeña.

-¿Mami se va a ir?

-No, Alana. Papá y yo tenemos que hablar de cosas... pero necesita calmarse.

Niall salió dando un portazo a la calle. Caminó muy deprisa. Necesitaba sacar su rabia y no sabía cómo.

Alana se acostó en la cama y abrazó a Harry, que ronroneó.

Emily no sabía qué hacer. Era consciente de que se había excedido pero no conocía a nadie en Londres ni podía pagar un hotel en temporada alta de Navidad. Sólo le quedaba rezar para que Niall se calmase.



Louis se despertó y tomó forma humana  de inmediato.

Mitch le estaba mirando.

-No puedo creer que me durmiera.

-Después de pelear con Zayn viniste temblando y bufando todo el camino. Tenías mucha adrenalina. Vinimos a tu casa pero tú estabas desatado y fuiste al cuarto donde tienes los juguetes de gato. Hasta que te dormiste.

-Ay, no.

-Conozco tu carácter.

Louis hundió la cara en su almohada y Mitch le levantó la cara y le besó.

-Es sábado y no tengo nada más que hacer que cumplir mi palabra de hacerte el amor.

Louis le agarró de la nuca y le empezó a besar acelerado. Mitch le acarició la cadera desnuda y se desabrochó la camisa.

-¿Qué haces vestido?

-Verte dormir.

-Ahora estoy despierto.

-Y tanto.

Mitch le subió las caderas y metió el pene de un empujón. Louis gritó de placer y Mitch le besó de nuevo.

Comenzó a moverse saliendo despacio de Louis para volver a entrar de un empujón firme.

-Más...

Louis movió las piernas enrollándoselas en la espalda. Se movió para favorecer el ángulo y que Mitch llegara más hondo. Volvió a sacar el pene y le acarició con él la entrada, sin llegar a penetrarlo. Louis gimió, moviendo el culo y la cadera para provocarlo. Mitch finalmente volvió a empujar en su interior y comenzó a moverse rápido.

Louis jadeó, adivinando que el orgasmo estaba a punto de llegar. Mitch se encajó en él con un último movimiento y disfrutó al notar el orgasmo de Louis, su pene estallando en sacudidas de placer y mojándole con su semen.

Se dejó ir tras él, corriéndose aún en su interior.

Se acostó a su lado y respiró rápido, mirando el techo. 

-Louis, ni siquiera usé lubricante.

-Hay varios en el primer cajón.

Mitch abrió el cajón y miró el contenido.

-Creo que voy a divertirme mucho contigo.

Louis sonrió de medio lado. Mitch visualizó los lubricantes de varios sabores, los geles de masaje, los preservativos de sabores y colores, juguetes sexuales variados y hasta unas pequeñas esposas de cuero.

-Yo también lo creo –dijo Louis al fin.

Stripped Fur ||Narry|| Ziam||AU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora