Capítulo 4: Un gato raro

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Niall acabó de preparar el desayuno y miró con un poco de resentimiento al gato.

-No tengo comida de gatos, compraré a mediodía. Tengo que trabajar.

Harry maulló. Ese humano parecía idiota. ¿Comida de gatos?

Quería bacon.

-No te voy a dar mi bacon.

Harry decidió maullar sin parar. Si sus maullidos le irritaban el humano le daría comida.

-Papá, dale un poco de bacon.

Niall puso los ojos en blanco pero buscó un recipiente para comida y lo puso junto al que había rellenado con agua.

-Vamos, Alana, tengo que trabajar.

-Papá, no me gusta que siempre estés serio.

-No lo estoy.

-Podrías sacar la guitarra de su caja y tocar, eso te hace sonreír.

-Ya no toco, Alana, y venga, llegamos tarde.

La niña protestó pero acabó de comer y se lavó los dientes. Niall miró al gato un poco molesto pero acabó de prepararse.

Harry les vió irse.

Esperó hasta que sintió la puerta de la calle.

La intimidad de la casa y saber que había una ducha le animaron a transformarse por primera vez en semanas.

Y dónde segundos antes había un gato ahora había un hombre alto con una salvaje mata de cabello oscuro y unos ojos verdes que recordaban su forma anterior.

Le costó un poco caminar a dos patas. Se sentía torpe, quizás por el tiempo prolongado en forma gatuna.

Pero ahora podía ser el mismo.

Aunque sin ropa.

No la necesitaba para una ducha. El humano debía tener ropa.

Buscó una toalla usada ya en el cubo de la lavandería para no levantar sospechas y comprobó si el humano tenía ropa.

La talla era muy pequeña y la ropa decididamente aburrida.

Sólo cogió ropa interior y abrió la ducha.

Tenía agua caliente. Vaya, eso era una novedad. Se dió una ducha larga y luego buscó comida. Su cuerpo humano requería más comida que la gatuna.

Comió hasta que no le entró más. Luego se acostó en el sofá. Hora de una siesta.



Le despertó el ruido de las llaves.

El humano.

Se escondió detrás del sofá. Escuchó las voces de Alana y su padre.

Necesitaba transformarse y lo necesitaba ya.

Pero mierda necesitaba tranquilidad para ello.

Cerró los ojos y gracias a todos los cielos notó su cuerpo empezar a contraerse con la transformación.



-Alana, vamos a darle al gato su comida, no le des de la nuestra... –Niall miró la nevera. Iba a guardar la leche y el zumo pero faltaban cosas –Alana, no me gusta que comas de noche.

-No lo hice.

Niall apretó los labios. No quería pelear con la niña, pero no le gustaba que mintiese.

Harry se acercó a buscar a Alana para que le acariciase la cabeza.

-Papá, el gato se ha enredado con uno de tus calzoncillos.

Niall miró los calzoncillos colgando del trasero del gato.

Vale, se estaba volviendo loco.

Se agachó y se los quitó.

-Vamos a darle su comida.

Harry vió esas bolas resecas caer en su comedero. Estaba loco si creía que iba a comer eso.

-¿Por qué no la come? Es Whiskas.

Harry se dio la vuelta ofendido.

Niall cerró los ojos y contó hasta diez.

No se estaba volviendo loco, no se estaba volviendo loco.

Stripped Fur ||Narry|| Ziam||AU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora